La iglesia de Santa María de Sangüesa (Navarra)



La Virgen de Rocamadour

Rocamadour es un conocido santuario del sur de Francia, cerca de Burdeos, en el que una Virgen Negra aparece chapeada en plata, lo cual nos lleva al culto pagano precristiano a la Luna, que representa a la mujer dentro de los sistemas de creencias matriarcales. Debido a la cantidad de milagros que cuentan que obró esta Virgen, el lugar se convirtió en uno de los puntos de peregrinación más importantes de Europa en los siglos XI y XII. Hasta aquí llegaban grandes dignatarios eclesiásticos, así como reyes y nobles de todas partes, como es el caso de Enrique Plantagenet y Luis IX de Francia. El culto a esta Virgen Negra se extendió por toda Francia. En la Bretaña es la patrona de las gentes del mar.


La Virgen de Rocamadour de Sangüesa no es negra como su homónima francesa, pero sí mantiene su aspecto plateado como cristianización de una diosa-luna pagana. La luna aparece a sus pies

Seguramente de Francia pasó  este culto a Navarra debido a las estrechas relaciones de los navarros con el país vecino: «Se cree que los antiguos reyes de Navarra, que extendieron su dominación por varios departamentos de Francia, trajeron a Navarra la devoción a Rocamador», se dice en una crónica del siglo XIX.  También hay que tener en cuenta a la importante comunidad de gentes originarias de Francia que se establecieron en Sangüesa y que pudieron traer este culto a la ciudad además de las influencias que de Francia llegaban a través del Camino de Santiago. Hay referencia a la Virgen Negra de Rocamadour, además de Sangüesa, en Estella y en Olite. También se da culto a esta Virgen en algunas localidades de Andalucía y Portugal. Asimismo, se la nombra en “Los milagros de Nuestra Señora” de Gonzalo de Berceo, en “Las Cantigas” de Alfonso X y en algunos pasajes de la crónica del Cid.

No obstante, la Virgen de Rocamadour de Sangüesa no es negra como su homónima francesa, pero sí mantiene su aspecto plateado como cristianización de una diosa-luna pagana. Para que no haya lugar a dudas, la luna aparece a sus pies.


La Virgen de Rocamadour de Sangüesa

Esta Virgen celebra su fiesta el 15 de agosto. Es “la Virgen de Agosto”, fiestas muy habituales en España, debido a que son las fechas en que se han terminado las cosechas y de lo que se trata es de dar gracias a la Diosa por los alimentos obtenidos. Es un culto, pues, que tiene sus raíces en el Neolítico, hace miles de años. En Sangüesa se celebraban estas fiestas con una gran hoguera, procesión de la Virgen, cohetes, música y danzantes.

La Virgen Negra ha obrado muchos prodigios en Sangüesa. Es la protectora de los campos y los ganados, así como de la salud de las gentes. A veces se ayudaba del agua bendita que traían del santuario navarro de Soriada. Por otra parte, en la cristianización de este culto lunar no han podido ocultar totalmente los ritos paganos precristianos: para que la Virgen tuviera éxito era ayudada por un brujo (un “saludador”, se decía) a quien el ayuntamiento pagaba por sus trabajos. En el terreno de las leyendas, se cuenta la historia de un personaje que, rodeado por sus enemigos en el puente que hay al lado de la iglesia de Santa María, se lanzó al agua y salió ileso, tanto él como su caballo, aguas abajo al haber invocado a la Virgen de Rocamadour. Hay varias versiones de la leyenda: algunos la colocan en tiempo de los árabes, otros en los enfrentamientos con los aragoneses…

El color negro representa a la tierra primigenia, el origen y fuente de toda vida. No sólo las diosas egipcias eran negras (el caso de Isis es el más evidente), sino que también otras divinidades de distintas culturas en la Antigüedad también fueron representadas en este color en muchas ocasiones: Astarté, Cibeles, Démeter, Diana, divinidades celtas… El Islam, aunque no da el culto a las imágenes, mantiene el color negro en la piedra sagrada de la Meca denominada la Kaaba, que quiere decir “la muchacha de grandes senos”. El Cantar de los Cantares contiene la frase de "morena soy, pero hermosa", racismo aparte. Los templarios recuperaron la figura de las vírgenes negras desde que en Egipto entraron en contacto con el templo dedicado a la diosa Isis de la isla de Philae, que es negra como  el color de la tierra de las orillas del Nilo. A Isis se la representa amamantando a su hijo Horus, una imagen que pasaría al cristianismo en la Virgen amamantando al Niño. En la alquimia, la materia primordial es también negra y se encuentra bajo tierra (es decir, en el seno de la Madre Tierra); se le conoce como "el sexo de Isis".