Catedral de Jaca



Un poco de Historia


Hablar del origen de la Jaca medieval es hablar de la expansión del condado de Aragón a comienzos del siglo X. Por estas fechas, el conde Galindo Aznárez II llevó sus dominios hasta el río Gállego y fundó varios monasterios que vertebraron la sociedad de la época en torno a las autoridades feudales y la religión católica, tales como San Juan de la Peña y San Pedro de Jaca. El nexo que unía el condado de Aragón a las autoridades carolingias, de las que teóricamente dependían, era cada vez más débil.

Jaca se convirtió en la residencia del conde. Aún perduraba la memoria del pasado romano de la ciudad y por ello -aunque el motivo principal era su situación estratégica, por supuesto- fue la capital del condado de Aragón, como si se restaurara un antiguo orden imperial cargado de recuerdos gloriosos.

Catedral de Jaca. Fachada sur. La Jaca medieval va asociada al nacimiento del Reino de Aragón
Al poco, hacia el 922, fue el rey de Pamplona, Sancho Garcés I, quien conquistó el territorio del incipiente condado aragonés, pero siguió apoyando el desarrollo de la ciudad de Jaca. El Camino de Santiago la convirtió desde entonces en un punto de paso obligado de miles y miles de personas. En unas décadas encontramos el barrio de la Zapatería (hoy calle Bellido), que era la sede de numerosos zapateros que tenían el trabajo asegurado por el incesante trajín de peregrinos que iban a Santiago de Compostela.








Jaca capital del Reino de Aragón

En 1035 el condado se convirtió en Reino de Aragón. Jaca reafirmó su capitalidad desde 1077 y como centro comercial de los mercaderes musulmanes y cristianos que llegaban a través del valle del río Aragón. Sancho Ramírez decía que ”sepan todos los hombres… que yo quiero constituir una ciudad en mi villa que es llamada Jaca”. En estos momentos la población llegaría a unas 1.000 personas, con una fuerte presencia de gentes que habían llegado del otro lado de los Pirineos.

Como capital del Reino, Jaca también tenía que ser la sede del obispado. Para ello se construyó la catedral de San Pedro, que se terminará en 1139. El primer obispo fue el hermano del monarca, el infante García.

Sancho Ramírez (1043-1094) consolidó y legitimó el Reino de Aragón haciéndose vasallo del Papa, para lo que realizó un viaje a Roma. Las autoridades católicas pretendían la liquidación del rito mozárabe, entonces imperante en España, y su sustitución por el rito romano. Aragón sería la puerta de entrada de este cambio hacia el resto de la Península. El rito romano se implantó por primera vez en San Juan de la Peña, cerca de Jaca, en 1071; le siguió la iglesia del castillo de Loarre. El Papa siguió con su especial protección hacia Aragón calificando de Cruzada a las batallas por la conquista de Barbastro en 1073, anterior en 20 años a las Cruzadas que tuvieron Oriente Medio como escenario.


Catedral de Jaca. Entrada principal. Sancho Ramírez (1043-1094) consolidó y legitimó el Reino de Aragón desde esta ciudad.

Sancho Ramírez, segundo rey de Aragón, fue el verdadero forjador de este reino. Fue el creador del Fuero de Jaca, una pieza jurídica fundamental, que inspiró los fueros de muchos otras ciudades españolas. A Jaca llegaban delegaciones de muchos lugares de Aragón y Castilla para conocer in situ el funcionamiento de sus fueros. El Fuero de Jaca es una carta de población que liquidaba los “malos fueros” -por los que se sometía a la población a fuertes impuestos y obligaciones- y ponía en marcha los “buenos fueros” que servirían para que muchas gentes procedentes de Francia se instalasen en la ciudad y contribuyesen a su desarrollo económico. El Fuero de Jaca ponía a igual nivel a los mercaderes con los caballeros nobles y facilitaba la actividad comercial. En 1134 Ramiro el Monje concedió a los mercaderes jaqueses las mismas franquicias que tenían los de Montepellier. Los Fueros de Aragón de 1247 se basaron en los de Jaca. 

El siglo XI fue un siglo de grandes obras: Jaca se organizó en torno a dos ejes perpendiculares, al modo de las ciudades romanas. En el siglo XII la ciudad ya estába totalmente amurallada. La muralla de Jaca se acabará derribando a comienzos del siglo XX y aún se puede contemplar alguna parte de la misma.

Jaca es también la ciudad donde se crearon Jurados y se definió el modelo concejil de la Corona de Aragón. En 1238 nacía el “Consejo de Ciento” compuesto por “cien hombres de Jaca” que colaboraban y asesoraban al gobierno local. Sobre esta base se creará en Barcelona en 1265 el “Consell de Cent”.




El famoso tímpano, una de las obras más bellas del románico europeo.




Del Renacimiento a nuestros días. Una ciudad comercial y militar

Desde 1096 la capital del Reino de Aragón pasó a ser Huesca. La frontera con los territorios musulmanes se había desplazado muchos quilómetros más al sur.  A pesar de ello, Jaca mantuvo un nivel comercial importante, al ser lugar de paso del tránsito de mercaderías con Francia. Tras sufrir varios incendios de importancia en el siglo XV, se llevaron a cabo grandes obras en la catedral, se remodelaron muchas viviendas y calles y se construyó un nuevo Ayuntamiento.

A finales del siglo XVI se produjo el enfrentamiento entre la población y los militares acuartelados. La presencia militar se debía al peligro constante de una invasión francesa. De hecho, la ciudad se convirtió en una plaza militar, lo que creó muchos inconvenientes para el desarrollo de la vida económica. Muchos mercaderes jaquenses se trasladaron a Zaragoza y con ello se abrió una época de decadencia.

En el siglo XVIII en Jaca se creó la Real Sociedad de Amigos del País. Esta entidad se interesará por la educación y la sanidad de sus gentes y será la que organice la resistencia a las tropas napoleónicas a comienzos del siglo XIX.

En el siglo XX Jaca fue la primera ciudad española que se sublevó para instaurar la República. Era en diciembre de 1930 y el intento fracasó -encabezado por Fermín Galán y García Hernández-, pues no fue seguido en el resto del país. La República se proclamaría al cabo de unos meses.