Románico del Cinca Medio y Bajo (Huesca)
Chalamera, ermita de Santa María
Una ermita templaria del siglo XII
La presencia humana en estas comarcas es muy temprana. De la Edad del Bronce tenemos una docena de asentamientos, con cerámica, herramientas, puntas de flecha y utensilios de cocina. Asimismo, son varios los asentamientos íberos ilergetes y romanos, con monedas, espadas (falcatas), fíbulas...
Esta ermita templaria formaba parte de un conjunto monástico hoy desaparecido
La ermita data de finales del siglo XII. Fue construida por los templarios. Formaba parte de un conjunto monástico hoy desaparecido, de origen benedictino. Perteneció al obispado de Roda de Isábena y, posteriormente, al monasterio de Santa María de Alaón. Se ubica en la confluencia de los ríos Cinca y Alcanadre. Por aquí pasaba un antiguo ramal del Camino de Santiago que venía de Lérida e iba hacia Huesca.
Cartel informativo: "Esta ermita se encuentra en un antiguo ramal del Camino de Santiago que venía desde Lérida y Fraga y pasaba posteriormente por el Monasterio de Sigena y Huesca. Por ello, aunque se celebra en ella una romería anual el 25 de abril, su fiesta principal es el día de Santiago (25 de julio) de cada Año Santo Jacobeo". Es un lugar de gran importancia estratégica, tanto por los caminos como por los ríos que la cruzan.
Los cristianos conquistaron el territorio a los musulmanes en 1141. Un documento nos lo cuenta: : " ... anno quando fuit capta Chalamera et prenderun team illos seniores de terras de Caragoca" (año en que fue capturada Chalamera por los señores de Zaragoza). Anteriormente, ya existen referencias a la ermita: fue un centro de culto mozárabe en tiempos islámicos. Se cita documentalmente como tal junto con la iglesia del pueblo, advocada a Santiago. Pudo tener un origen visigótico y se argumenta para ello la presencia de un rostro en uno de los sillares o el disco del tímpano de la portada sur. Cartel informativo: "En el interior de la ermita se han conservado restos de una primitiva basílica visigoda, aunque la construcción del actual edificio como parte de un conjunto monástico data de finales del siglo XII."
La ermita de la Chalamera pudo tener un origen visigótico
De 1089 tenemos la primera mención escrita: Sancho Ramírez entrega a la catedral de Roda de Isábena varias iglesias del Cinca, entre ellas la de Chalamera. En 1100 el obispo de Roda donó Chalamera al monasterio de Alaón para que organizaran una comunidad benedictina.
Al ser zona de frontera, este territorio pasó varias veces a manos cristianas y a manos musulmanas. También era zona de disputa entre el Conde de Barcelona y el Reino de Aragón. Los aragoneses pretendían avanzar hacia el Este y conquistar Lérida. Hacia 1120 hubo un pacto entre el valí de Lérida, Abifelel, y el conde Barcelona, Berenguer, para que éste ocupara el valle del Cinca y así detuviera el avance aragonés. Pero ya con Alfonso I el Batallador aparece documentada la conquista aragonesa de gran parte del valle del Cinca.
Portada de la ermita
Los templarios en Chalamera: el último acto de resistencia del Temple en todo Occidente
La presencia templaria en Chalamera se debe al testamento de Alfonso I el Batallador. Este monarca había legado el Reino de Aragón a varias órdenes militares, entre ellas la del Temple. Como la nobleza aragonesa se negó a reconocer este testamento, la Orden del Temple pidió, a cambio de renunciar al mismo, varias posesiones, entre ellas la de Chalamera.
Los templarios reformaron el castillo de Chalamera, de origen visigodo. Crearon aquí una encomienda que fue paralela a la de Monzón.
Cuando la Orden del Temple fue disuelta, los caballeros templarios resistieron heroicamente en el castillo de Chalamera. Fue el último acto de resistencia del Temple en todo Occidente. Por eso, vencidos los del Temple, el castillo fue arrasado hasta no quedar prácticamente rastro de él. A continuación, la encomienda pasó a manos de la Orden del Hospital, al igual que sucedió en tantos sitios. Cartel informativo: "En el siglo XIV el Papa Clemente V mediante Bula, suprimió la Orden del Temple reinando Jaime II en Aragón. Los monjes soldado no aceptaron tal decisión y presentaron resistencia por las armas. Chalamera y Monzón fueron sus últimas sedes derrotadas. Chalamera se rindió en febrero de 1309 y Monzón, pocos meses después. La Órden de San Juan de Jerusalén fue la receptora de los bienes de los Templarios y los mantuvo hasta el XIX".
Gran cruz templaria en el altar mayor
El nombre de "Chalamera": origen árabe o protovasco
Mucho se habla del origen de la palabra "chalamera". Una de las tesis se inclina por lo árabe. Chalamera vendría del nombre de un jefe musulmán llamado Shalam, palabra derivada de "salam" o paz. Chalamera sería, según ésto, un "lugar de paz". Dice Pita Mercé: "En la zona de Fraga existe actualmente el apellido Salamó en la zona de Graus el apellido Salamero, ambos derivados del mismo nombre o antropónimo musulmán, el primero de la forma de supervivencia morisca y el segundo de un gentilicio ribagorzano de origen medieval, que indica claramente un oriundo de Chalamera que en el siglo XII era Salamera y así se llamaba salamero y salamnero".
Por otra parte, en el vasco actual, "Txalamera" significa "campo de jaras". O, buscándole otro significado, sería un "lugar de ovejas y miel".
En el interior de la iglesia se conservan algunas pinturas
La ermita: una de las muestras más sobresalientes del Románico final aragonés
La iglesia fue construida a finales del siglo XII. Es una de las muestras más sobresalientes del románico final aragonés. Cartel informativo: "Debido a su localización en un lugar aislado, esta iglesia recibe el nombre de ermita a pesar de tener todas las características de un gran templo medieval. Está construida a base de bloques regulares de sillería bien asentados y su planta se estructura a partir de un nave única principal y otra secundaria, el crucero, que la atraviesa formando una cruz latina de brazos muy cortos. En la parte trasera posee tres ábsides semicirculares, aunque solamente el central queda acusado en planta, en el exterior."
Entrada lateral, que seguramente comunicaba con el claustro
Templo de planta de cruz latina, de una sola nave y tres ábsides. Conserva restos de pinturas murales en el ábside central, posiblemente una Anunciación. Cartel informativo: "la ermita de Santa María de chalamera es un magnífico ejemplar románico de finales del siglo XII, compuesto de planta de cruz latina, de una sola nave, tres ábsides, de los cuales sólo el central trasciende al exterior. También consta de cimborrio sobre trompas, y de arcos fajones en sus muros. Aún se pueden apreciare restos de lo que fuera el coro monacal."
La portada tiene capiteles con figuras humanas y animales. En el dintel tenemos una cruz de Jerusalén o "Cruz de las Cruzadas", característica de los templarios. Otra puerta lateral debió ser el acceso al claustro, hoy desaparecido. Cartel informativo: "El autor de esta espectacular portada pudo ser el del cercano Monasterio de Sigena, en la que los arquillos de su parte superior, denominados arquivoltas, también se van retrasando progresivamente para dar una sensación de profundidad. Estas arquivoltas arrancan a partir de dos series de seis columnas, cada una de las cuales acaba a su vez en un capitel con figuras esculpidas de oscuro significado. En la fachada destaca asimismo la ventana superior que se decora a modo de una nueva portada en miniatura."
En otro cartel informativo: "A los pies de la gilesia está la puerta principal, en arco de medio punto con 6 arquivoltas. Las jambas se forman con 16 columnas de fuste monolítico decoradas con capiteles bestiarios y florales. Sobre esta puerta se sitúa una ventana abocinada con tres arquivoltas en gradación, formada por 6 columnillas y su decoración es de piñas. Termina la fachada con dos espadañas de medio punto".
El acceso a la parte superior del templo se hace por una escalera de caracol. En el exterior, en la fachada sur, veremos un reloj de sol y una cara. También, la inscripción "Sepulcrum:de brna-do capellan oc..", que debe referirse a la tumba de un tal Bernardo, que sería el capellán de esta iglesia. Abundan las marcas de cantero. Muy frecuente es la marca en forma de sol.
El acceso a la parte superior del templo se hace por una escalera de caracol.
A la entrada de la iglesia y en el centro de la misma, encontramos una pila benditera. Está colocada sobre un vórtice de alta energía. El agua de esta pila queda así energizada por el influjo de las fuerzas telúricas de la Madre Naturaleza. Es el mismo ritual que hacían nuestros antepasados hace miles de años con las cazoletas de las rocas y el agua que caía del cielo. Tampoco hay que descartar que en el lugar de la pila benditera hubiera originariamente un menhir.
En uno de los ábsides laterales tenemos un sarcófago con decoraciones de estrellas. En la tapa parecen asimismo varios grabados. Posiblemente es de origen visigótico. Conserva parte de su policromía en color rojo.
En uno de los ábsides tenemos un sarcófago con decoraciones de estrellas. Posiblemente es de origen visigótico
La imagen de la Virgen, reciente, copia de otra anterior
Hubo una imagen original, románica, sedente, que fue sustituida en el siglo XIII por otra, de pie, que fue destrozada en la Guerra Civil en 1936. Lo que queda de ella se guarda en el templo. La imagen actual de la Virgen y el Niño es de factura reciente. Cartel informativo: "En el interior preside la imagen de la Virgen, talla de piedra blanca policromada, copia de una anterior que fue destrozada durante la pasada Guerra Civil".
La imagen actual de la Virgen y el Niño es de factura reciente.
El milagro de la luz en los equinoccios, un acto social muy concurrido
En los equinoccios, el sol penetra por la tarde por el rosetón de la fachada oeste e ilumina a la Virgen. Es un fenómeno que se convierte en un acto social muy concurrido.
La orientación del templo es de 80º, prácticamente los 77º de la llamada "onda de Isis", muy utilizada por los templarios. Con la orientación de 77º se construyeron los dromos (avenidas de esfinges) en Egipto; es así que esta orientación también se conoce como "onda de Isis" (la diosa que recoge el sistema de creencias matriarcal en la religión egipcia). El color asociado con esta posición de 77º es el púrpura-magenta, que se define como el color de la espiritualidad, mientras que el púrpura es el color del séptimo chakra, que está ubicado en la coronilla, el punto más alto de la cabeza y el más espiritual del ser humano. Hay que recordar que los monjes budistas visten de púrpura. Así pues, cuando el cuerpo humano está orientado en la "onda de Isis" alcanza su mayor espiritualidad.
En los equinoccios, el sol penetra por la tarde por el rosetón de la fachada oeste e ilumina a la Virgen.
Los capiteles de la portada, el mejor románico de la Chalamera
Presentan varios motivos: geométricos, ave con las alas desplegadas, dos cuadrúpedos, lucha de un caballero y una arpía, otra arpía, lucha entre caballeros, dos capiteles con Cristo y dos ángeles, en uno de estos capiteles hay 5 personajes, que pueden ser apóstoles, capitel con la escena de Adán y Eva en el Paraíso, una figura (¿un ángel?) que lleva una llave sería la escena de la expulsión del Paraíso, un hombre con un libro en la mano, dos fieras enfrentadas, ave y dos ángeles, figura que se lleva una mano al pecho y otra al vientre.
Capiteles del lado izquierdo
Animal
Lucha hombre-arpía y arpía
Lucha entre caballeros y apóstoles (?)
Apóstoles y orante
Capiteles del lado derecho
Adán y Eva en el Paraíso y ángel con la llave
Ángel con la llave del Paraíso y dos animales enfrentados
Animales enfrentados y personaje
Capiteles con pequeñas cabezas
Los capiteles del ábside
Podemos contemplar una sirena, dos aves sujetando a un personaje por las manos, un personaje que parece salir de la boca de otro, y la lucha de caballero y arpía
La Orden del Temple en Chalamera: un Estado dentro del Estado
Para salvar el testamento de Alfonso I el Batallador, los templarios recibieron varias posesiones. He aquí el documento de una de las donaciones, en la que se nombra a Chalamera: " ... también de este modo os entrego el castillo que se llama Chalamera y Barbará, con sus términos, territorios y pertenencias a los castillos mencionados, sin ninguna retención de persona alguna y el honor de Lope Sánchez de Belchite .. . "
En esta zona del Cinca, los templarios eligieron dos centros principales: Monzón y Chalamera. El castillo de Chalamera sufrió grandes reformas: torreones, almacenes, capilla y otras dependencias. Todo ello quedó reducido a ruinas tras la rendición de los caballeros del Temple.
Ventana exterior del ábside
Ventana exterior del ábside
La Orden del Temple chocaba frecuentemente con el obispado de Lérida. Los templarios dependían en lo religioso directamente del Papa y no del obispo de turno. Las encomiendas templarias se autogobernaban a todos los niveles (justicia, economía, impuestos, prácticas religiosas...) al margen de las autoridades civiles y religiosas de cada reino. Además, estas encomiendas alcanzaban una prosperidad muy por encima del resto de territorios que administraba la iglesia o los nobles, lo que ocasionaba envidias y rencores. Por otra parte, los ritos de la Orden, desconocidos para el exterior, sirvieron para alimentar todo tipo de rumores: "hay estatutos en el Temple que tan sólo los conoce Dios, nosotros y el diablo", afirmaban los caballeros del Temple.
Los templarios aprovecharon la experiencia de los musulmanes que continuaron habitando estos lugares después de la reconquista y que habían hecho de las huertas del Cinca una agricultura ciertamente rica y desarrollada. Dieron un nuevo empuje a la economía del valle del Cinca. Construyeron acequias (la de Chalamera a Ballobar, por ejemplo), molinos, caminos, puentes, iglesias, nuevas tierras para el cultivo, casas, reformaron castillos, desarrollaron el comercio... Los templarios fueron verdaderos ingenieros agrícolas. La acequias templarias en la comarca del Cinca han constituido la base del desarrollo agrícola de esta zona desde el siglo XII hasta nuestros días.
También se preocuparon por los más necesitados: construyeron albergues y hospitales. Las encomiendas templarias eran un Estado dentro del Estado, y/o un obispado dentro del obispado. Tal era el prestigio de la gestión de las encomiendas de la Orden del Temple que raro era el noble que en su testamento no les dejaba alguna donación; incluso estaba mal visto no hacerlo.
En los primeros años, Chalamera dependía de la encomienda de Monzón. Pero ya en 1192 tenemos documentada la encomienda de Chalamera: " .. . perpetuamente concedió que la iglesia de Crespán (por Fonz), la de Cofita, de Ariéstolas, Castejón Ceboler (Castejón del Puente), Pomar, Estiche, Santa Lecina, Larroya Pedro, por Pomar), Castelflorite, Alcolea, Castaillén, Sena, Sijena, Ontiñena, Torre de Cornel, Santiago de Chalamera, Ballobar, Ficena (nótese que Belver aún no se nombra; no existía todavía), Calavera, Ripol, Alfántega, San Esteban de Litera, Almunia de San Juan, sean del Temple". El comendador de Chalamera aparece en este documento con el nombre de Gastón. También se dice que los templarios podían elegir como lugar de enterramiento "tanto en Gardeny (Lérida), como en Chalamera o Monzón".
En otro documento de 1232 aparece como comendador Dominici Cellardi. Por esas fechas tenemos el nombre del comendador Bernardi de Osea. Como norma, parece ser que el número de templarios en Chalamera estuvo en torno a la docena.
Grabados en el exterior. Abundan las marcas de cantero
La liquidación de la Orden del Temple, 1307: la resistencia en la Corona de Aragón
En 1307 el rey francés decretó la liquidación de la Orden, con la aquiescencia del Papa. Los templarois de Francia fueron encarcelados y muchos de ellos torturados y quemados en la hoguera. "Fou deposat l'Ordre dels Templers, e moriren la major par a mala mort e degollats per lo grand pecat que ab ells era" (Fue disuelta la Orden de los Templarios, y murieron la mayoría de ellos por mala muerte y degollados por sus grandes pecados), dice un documento de la época. Como el monarca de la Corona de Aragón, Jaime II, escribiera al Papa sobre qué hacer, éste le respondía que " .. . con todo sigilo procediese a la captura de los templarios existentes en sus dominios y los ejecutara en un mismo día, así como el secuestro de todos sus bienes, haciendo cultivar a expensas de la Orden sus heredades y tierras, procurando cuidar bien los susodichos bienes, para restituirlos a la misma Orden si se hallase inocente o para aplicarlas a Tierra Santa si fuese culpable".
En la Corona de Aragón es donde se produjo la resistencia armada más importante de los Caballeros del Temple, casi la única resistencia armada que hubo en toda Europa. Los templarios se hicieron fueretes en sus castillos de Chalamera, Monzón, Miravet, Castellote, Cantavieja, Villel... En todos los casos se unieron a los templarios muchas gentes de las poblaciones respectivas.
Jaime II envió sus tropas para rendir a los templarios de Monzón y Chalamera. La Iglesia y la nobleza feudal también apoyaban el exterminio de la Orden. Aunque hay que resaltar que tanto el conde de Urgell como el obispo de Girona, Dalmau de Rocabertí, se negaron a colaborar en esta macabra empresa.
Los templarios tuvieron que rendirse ante las tropas reales, castillo tras castillo. Al final, sólo resistían Monzón y Chalamera. El pueblo de Chalamera fue conquistado en febrero de 1308, pero el castillo seguía en poder de los templarios. Los pasadizos que unían los castillos con el exterior permitían abastecer regularmente de víveres a los que permanecían en ellos. Además, a través de estos pasadizos los caballeros templarios salían al exterior y hacían incursiones militares en el campo enemigo.
El ábside, con la imagen de la Virgen y el Niño
Los ejércitos de Jaime II concentraron sus esfuerzos en Monzón a comienzos de 1309. Se reclutaron miles de soldados, una fuerza descomunal y desproporcionada para asaltar un solo castillo. Los templarios de Monzón eran tan sólo 40 y los de Chalamera una docena, aunque contaban con el refuerzo de muchos campesinos venidos de los pueblos de los alrededores.
Con la caída de Monzón los realistas esperaban encontrar grandes tesoros en el interior del castillo. Pero no fue así. Hallaron varias reliquias religiosas y la espada del Cid, Tizona. La creencia de que los templarios atesoraban grandes riqquezas resultó ser falsa... o los templarios se cuidaron de poner sus bienes a buen recaudo. Ello alimentó la leyenda de que en castillo de Monzón -y luego en el de Chalamera- se enconde aún hoy día un inmenso tesoro que los templarios escondieron cuando los castillos fueron asediados.
A la caída de Monzón le siguió la de Chalamera. Todos los bienes de los templarios pasaron a la Orden Hospitalaria de San Juan.
Vista general del interior del templo
La torturas: "no puedo soportar más suplicios a fuego lento"
Hay abundante documentación sobre el tema. En las capitulaciones de los castillos de Monzón y Chalamera, el rey Jaime II se lava las manos, pues dice que ""al fet del turment... no es seu poder (del rei) mes del papa" (el tormento no es potestad del rey sino del papa). No obstante, el monarca sí tenía claro que a los del Temple había que amarrarlos "ambs bons grillons, amb bones tancadures qu's tanquen amb clau . .. " (con buenos grilletes, con buenas cerraduras que se cierren con llave).
El testimonio del templario fray Ponsard de Gisí no deja lugar a dudas: al interrogarle la Inquisición si había sido torturado, respondió: "Sí; tres meses antes de mi confesión me ataron las manos a la espalda tan apretadamente que saltaba la sangre por las uñas y sujeto con una correa me metieron en una fosa. Si me vuelven a someter a tales torturas, yo negaré todo lo que ahora digo y diré todo lo que quieran. Estoy dispuesto a sufrir cualquier suplicio con tal que sea breve: que me corten la cabeza o me hagan hervir por el honor de la Orden, pero yo no puedo soportar suplicios a fuego lento como lo que he padecido en estos años de prisión".
Los pocos templarios que quedaron vivos de Chalamera y Monzón fueron llevados a las cárceles de Valencia.
Nota.- Las citas de la Chalamera templaria están sacadas de "La población templariohospitalaria de Chalamera y su monasterio de Santa María", de Francisco Castillón Cortada