Románico de Huesca capital
Catedral de Huesca. Un poco de Historia
Para los íberos, Huesca era Bolskan, una de las ciudades más importantes de la Península, con ceca propia. Aún se conservan muchas monedas íberas acuñadas aquí. En el siglo II y el siglo I a.n.e., ya bajo dominio romano, fue la ceca que emitió más moneda en toda Hispania. En la actualidad, el escudo de la ciudad presenta a un jinete que imita el estilo de las monedas íberas. Con la conquista romana en el 179 a.n.e., el nombre de la ciudad pasó de Bolskan a Osca. Quinto Sertorio, que encabezó una de las varias rebeliones dentro del Imperio Romano, hizo de Huesca su capital y creó un importante centro de estudios para los hijos de los nobles hispanos, la llamada Academia de la Latinidad, precedente de la Universidad Sertoriana de Huesca, una de las primeras universidades de España.
Quinto Sertorio en Huesca. Creó la "Academia de la Latinidad", precedente de lo que sería la Universidad Sertoriana de Huesca, una de las primeras universidades de España.
En época íbera, Bolskan pertenecía a la tribu de los ilergetes, que tenían su capital en Ilerda (actual Lleida). Otros investigadores la sitúan dentro de la tribu de los suesetanos.
Desde el año 719 Huesca fue musulmana. Era una de las ciudades musulmanas más septentrionales de la Península. En ella convivieron árabes, judíos y cristianos. Se construyó una mezquita sobre los restos de un templo romano y donde posteriormente se levantaría la catedral cristiana. Huesca fue una ciudad importante en el plano cultural y económico gracias a que los árabes aprovecharon muy bien los recursos hídricos de la zona (los ríos Isuela, Flumen y otros riegan estas tierras) para desarrollar una economía agraria de relevancia.
Los cristianos conquistaron Huesca en 1096, con Pedro I. Su padre, Sancho Ramírez, había construido en las cercanías de la ciudad el castillo de Montearagón para preparar el asalto final. La leyenda cuenta que la aparición de san Jorge fue decisiva para ganar la batalla; por eso, a partir de ese momento, y sobretodo desde el siglo XIII, san Jorge fue un santo muy venerado para, finalmente, convertirse en el patrono de Aragón.
En 1135 tuvo lugar el célebre suceso de "la campana de Huesca". Cuenta la leyenda que el monarca mandó llamar a los nobles rebeldes para que vieran una campana que "se oiría en todo el Reino". Les hizo pasar de uno en uno a una habitación y, conforme entraban, les fue cortando la cabeza. Luego, formó un círculo con las cabezas y en el centro, a modo de badajo, colocó la del obispo de Huesca, uno de los líderes de la revuelta. Finalmente, hizo pasar al resto de los nobles para que contemplaran la escena y se les quitaran las ganas de oponerse al rey.
Cuadro de la campana de Huesca, que se tendría que oír en todo el Reino. Autor: José Casado del Alisal, La campana de Huesca, 1880.
La Peste Negra de 1348 produjo una mortandad del 50% en la ciudad, haciendo que su población, de unos 8.000 habitantes, pasase a unas 4.000 personas. No alcanzaría los 10.000 habitantes hasta comienzos del siglo XX.
En 1349 se prohibió que en el mercado municipal se hablase árabe, hebreo o vasco: el aragonés sería la única lengua oficial, y así "Item muyl corredor nonsia usado que faga mercaderia ninguna que compre nin venda entre ningunas personas, faulando en algarabía ni en abraych nin en basquenç: et qui lo fara pague por coto XXX sol. Anyo 1349" (Ordenanzas Municipales).
EN 1575 se instaló la primera imprenta en la ciudad, a instancia de la Universidad. El primer libro impreso en Huesca fue en latín, sobre los comentarios a la obra de Aristóteles.