Románico de la Hoya de Huesca




 Ibieca. Ermita de San Miguel de Foces

La iglesia data del siglo XIII. Fue fundada por Ximeno de Foces en 1259, que la donó a la Orden de San Juan para que este templo sirviera de panteón familiar. La familia Foces fue uno de los linajes nobiliarios más importantes del Aragón medieval. Tomaron su nombre de este lugar y se asentaron en el mismo en el siglo XI, cuando estas tierras les fueron donadas por Sancho Ramírez. El padre de Ximeno, Artal de Foces, fue ayo de Jaime I en la época en que vivió en el castillo templario de Monzón, lo que nos da idea de la estrecha relación entre esta familia, la monarquía y la Orden del Temple.



La iglesia fue construida por la familia Foces, muy relacionada con el Temple.


El templo guarda similitud con la catedral de Valencia, pues también fue promovida por la familia Foces y participaron los mismos constructores. Ximeno de Foces fue procurador general del Reino de Valencia por su participación en la conquista de estas tierras y también por la donación de 32.000 sueldos jaqueses a Jaime I para la expedición a Tierra Santa.

En este lugar ya existía un templo anterior, según un documento de 1180 del archivo de la Catedral de Huesca. 

La ermita formaba parte de un conjunto monástico de importancia. Había un hospital para peregrinos, del que queda la ermita de Santa María del Monte de Liesa; unas casas que se agrupaban en cinco pequeños poblados en los alrededores; un castillo y el monasterio con sus edificaciones, de lo que apenas quedan restos de todo ello. La iglesia dispondría de un claustro, del que no quedan restos.

El lugar tenía una importancia estratégica relevante, pues cerca pasa la calzada romana que unía Huesca y Alquézar hasta llegar a Lérida. Sobre esta calzada se levantó un camino real.



La portada. Decoración vegetal y geométrica


El Padre Huesca dice que Ximeno de Foces "donó su castillo y villa de Foces a los Caballeros Sanjuanistas para hacer allí un convento con la obligación de mantener en él un comendador y trece frailes presbíteros de dicha religión, uno de ellos con título de prior y que en 1259 D. Domingo de Sola obispo de Huesca, con asenso del capítulo, dio a la iglesia de Foces que se acababa de edificar y a fray Frando, gran comendador del Hospital de Jerusalén en las partes cismontanas, y fray Juan de Mallén, comendador del Hospital de Foces las iglesias de Huerto y de la Yedra.” Se constituía así una Encomienda sanjuanista de importancia, pero que apenas duraría hasta 1320.

Pero este complejo monacal entró pronto en abandono: se habla de la matanza de los monjes a cargo de un noble judío así como del traslado de la familia Foces al Reino de Valencia, vendiendo sus posesiones de San Miguel, a la vez que la hija de Atho, Godina, se trasladaba a sus posesiones en La Almunia (de ahí viene el nombre completo de la localidad: Almunia de Doña Godina). Parece ser que hubo un asalto al convento en la víspera de San Juan Bautista en 1309 que acabó con la vida de los monjes, pero que los asaltantes no fueron dirigidos por un judío sino que eran los campesinos de la zona. La leyenda del judío merece ser contada: había en San Miguel un fraile alquimista al que un noble judío pidió que curara a su hija del mal de amores; el fraile no quiso y ello desató la ira del judío, que asesinó a todos los frailes, quedando una gran mancha de sangre en el muro interior.

Las pestes del siglo XIV también fueron decisivas en el abandono de San Miguel. El pueblo quedó deshabitado. En el siglo XV, Alfonso V donó estas tierras a Pedro de Urrea.




 El templo

El templo es de transición del románico al gótico. La iglesia es de planta de cruz latina. La cabecera y las capillas laterales son góticas. “Se estructura la iglesia de San Miguel siguiendo el esquema de una sola nave de poca longitud y cubierta con bóveda de cañón apuntado, un amplio crucero marcado tanto en planta como en alzado y una triple cabecera conformada por un ábside central de siete lados y mayor altura, y sendas absidiolas pentagonales abiertas a cada uno de los lados del crucero.” (arteguías).


San Miguel es el templo mejor conservado de la época de transición del Románico al Gótico en todo Aragón.


En el altar mayor encontraremos una réplica de la Virgen románica original. Una gran pila bautismal de una sola pieza y una escalera de caracol para acceder a la cubierta, son otros elementos interesantes de este edificio. Los capiteles tienen motivos vegetales, aunque alguno es historiado: san Miguel y el dragón, hombres y dragones, leones enfrentados…


Réplica de la Virgen original



Capitel del interior del templo.


Capitel del interior del templo.


Un hombre con dos animales sugiriéndole algo por sus orejas es una manifestación del pensamiento dualista, que nos presenta la realidad como el enfrentamiento de dos elementos iguales, que se oponen y se complementan a la vez. Angelus Silesius (siglo XVII) dice: "Dos hombres hay en mí: uno quiere lo que Dios quiere; el otro, lo que quiere el mundo, el demonio y la muerte."  Anteriormente,  Tomás de Aquino señalaba: "duo sunt in homine" (dos son en el hombre).


El origen de esta forma de entender el mundo está en el Neolítico, cuando se observa que, dentro de un ciclo anual y eterno, el sol brilla con todo su esplendor (solsticio verano) para luego decaer (solsticio invierno), la semilla muere para dar paso a la vida de una planta, se cree que la muerte es un renacer… cada cosa tiene su opuesto. En Egipto, al mundo al que se dirigían las almas se le llamaba “el mundo invertido”.






 Las pinturas

Las pinturas son de estilo gótico lineal. Se pueden datar hacia el 1300. En el gótico lineal se resaltan las líneas del dibujo y el cromatismo vivo. Las pinturas de San Miguel están ubicadas en los brazos laterales del templo, en cuatro arcosolios con sarcófagos de la familia Foces.


Pinturas del lado sur. Los dos sarcófagos. Las pinturas representan el tema de la Crucifixión.



Pinturas del lado sur. La crucifixión. Detalle.


Pinturas del lado sur. Escenas de los arcos.



Pinturas del lado sur. Escenas de los arcos.



Pinturas del lado sur. Escenas de los arcos.




Pinturas del lado sur. Escenas de los arcos.




Pinturas del muro sur. Representan el tema de la crucifixión: el Calvario, con Cristo crucificado, la Virgen y san Juan y dos ángeles. Dos sarcófagos, uno de ellos perteneciente a Ximo de Foces y el otro a su hijo Atho de Foces, muerto en 1302; la cartela de éste hace referencia a su padre: "En el año del Señor de 1302, día lunes 19 de septiembre, murió el noble Atho de Foces, hijo del en otro tiempo noble Eximino de Foces, que edificó esta iglesia, cuyas almas descansen en paz". En el registro inferior, dos ángeles portan en un sudario el alma de Atho, representado por un niño desnudo y orante. También están representadas varias escenas de la vida de san Juan Bautista.

Pinturas del muro norte. Aparece un Pantocrátor con su Tetramorfos junto al sol y la luna. Lo completa diversas escenas de la infancia de Cristo: Anunciación, Nacimiento, Reyes Magos, Matanza de los Inocentes, Huida a Egipto…



Pinturas del lado norte




Pinturas del lado norte. Detalle





No hay más sarcófagos que los de los Foces.

Se cree que las pinturas del lado norte pertenecen a una escuela de Avignon (Francia), y las del lado sur a una escuela castellano-leonesa.




 El exterior

La portada tiene cuatro arquivoltas y guardapolvo. Los capiteles tienen decoración vegetal, como corresponde al gótico. Entre los motivos vegetales aparecen unas pequeñas figuras de cuyas bocas sale todo el conjunto de la vegetación, lo que supone una influencia de la religión celta con los “hombres verdes”.

La portada tiene similitudes con la Porta del Palau de la Catedral de Valencia, pues, como decimos, la familia Foces fue la impulsora de la construcción de esta catedral.

Las marcas de cantero en los muros exteriores son muy abundantes.




Un reloj de sol marcaba las pautas de la comunidad religiosa que aquí residía. Están indicadas las horas Prima, Tertia, Mediodía, Nona y Visperas. El movimiento de este reloj es contrario a los actuales relojes de agujas. En la parte inferior, una “S” nos señala la hora sexta, de donde deriva la palabra “siesta”, pues era el momento de descanso. Por encima del reloj, el escudo de la Cruz de Malta de la Orden de San Juan.


Reloj de sol



 Geometría sagrada

Reproducimos varios textos del estudio “Los análisis gráficos de la iglesia de San Miguel de Foces de Ibieca (Huesca)”, de Ma Luisa Navarro García, Concepción López González, Ángeles Rodrigo Molina y Jorge García Valdecabres, publicado en internet como 1039-2255-1-SM.pdf.

-> “El cuadrado (proporción ad cuadratum), el octógono (cuadrado girado 45º), el diagon (rectángulo obtenido a través del abatimiento de la diagonal del cuadrado), y el auron (rectángulo obtenido a través del abatimiento de la diagonal del semicuadrado), han sido las figuras que se han ensayado, tanto en las plantas como en alzados y secciones. 


Canecillos del exterior



-> “El perímetro de los muros exteriores de la nave está enmarcado en un cuadrado perfecto. Para obtener el grosor de los muros se enmarcan, por su parte interior, en el rectángulo dinámico diagon. La sección de la proporción áurea, de éste mismo cuadrado regulador, proporciona las trazas de los brazos del crucero por el eje de los muros de cierre. Los brazos del transepto se obtienen a partir del doble cuadrado generador de la nave en su parte externa. El cuadrado regulador generado a partir del eje de los muros de la nave, dividido en cuatro partes y girado nos proporciona el octógono de los absidiolos. Asimismo, la sección de proporción áurea de este mismo cuadrado regulador nos proporciona las trazas de los brazos del crucero por el eje de los muros de cierre. El ábside se enmarca en un decágono.”

-> “En el estudio geométrico de la sección transversal por el crucero (hacia la nave), se comprueba que a partir del cuadrado interior de la nave elevado a montea, se obtiene la altura de la cornisa imposta que recorre todo el interior del templo. El resto de dimensiones están sujetas también al cuadrado como figura principal del trazado regulador. Igualmente en el estudio geométrico de la sección transversal por el crucero (hacia el ábside), también el cuadrado sigue siendo la figura geométrica utilizada por el maestro para la obtención de las monteas correspondientes. Asimismo, el arco triunfal de acceso a los absidiolos se origina a partir del doble diagon, generado por un cuarto del cuadrado regulador de la nave. Parece existir una gran preocupación por parte del autor de la cabecera por integrar los trazados reguladores de la parte ya existente del templo, es decir, de la nave”

-> “Análisis metrológico. Según Cortés, 100 palmos de Valencia son 114 de Aragón. El pie de Valencia es igual al Geométrico, o Romano antiguo. Este texto deja constancia de la abundancia de sistemas de medidas existentes sólo en el ámbito de la Corona de Aragón.”

-> “En las investigaciones realizadas por D. Felipe Soler Sanz, profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, sobre trazados reguladores, se establecen los instrumentos y los métodos de aplicación para el conocimiento y análisis de los edificios: la intuición genial es insuficiente a la hora de proyectar en arquitectura. De la tabla de medidas utilizadas a lo largo de historia, de la elaborada por Soler entresacamos los datos que interesan para el estudio metrológico de San Miguel, tanto por su ubicación como por las fechas de construcción.”



Pintura del lado sur. Dos ángeles portan en un sudario el alma de Atho, representado por un niño desnudo y orante. 


-> “La aplicación del sistema métrico decimal al levantamiento de planos de un edificio, cuyo sistema métrico estaba basado en el sistema duodecimal, puede conducirnos a interpretaciones erróneas. Los estudios metrológicos permiten obtener información muy valiosa para el reconocimiento de las etapas constructivas de un edificio, así como para la determinación de los artífices y maestros que lo han llevado a cabo. Es habitual que en un edificio histórico se encuentran diferentes sistemas de medidas empleados para su construcción, dependiendo del momento histórico o del lugar de origen del maestro de obras que lo diseña y dirige. La determinación del sistema de medidas en cada unidad espacial o elemento constructivo aportará datos sobre la uniformidad de la construcción.”

-> “Tras el análisis y procesamiento de los datos almacenados en el catálogo se han extraído una serie de conclusiones: 


Pinturas del lado sur. La crucifixión


En la cabecera triabsial del Templo, podemos comprobar que el sistema de medidas empleado para su construcción se basa en el palmo y la vara valencianos. Un palmo valenciano se corresponde con 23,00 cm. del sistema métrico decimal, y una vara valenciana con 91,06 cm. coincidiendo con la medida de la vara romana. Es decir, una vara estaba compuesta por cuatro palmos y a su vez por tres pies, cuya medida trasladada al sistema métrico decimal se correspondería con 30’33 cm. 

Con el estudio de las trazas y la métrica empleada en la iglesia, se ha comprobado que el edificio posee dos fases constructivas muy diferenciadas, ya que la nave está realizada con trazas muy básicas, utilizando como trazado regulador el cuadrado tal y como se empleaba en el románico y en el gótico de transición, mientras que la cabecera utiliza juegos geométricos más complicados como es el giro del cuadrado para la obtención de octógonos o la utilización del decágono (directamente relacionada con la sección áurea) que se corresponden con un gótico más avanzado. Es por ello que podemos afirmar que la nave es anterior al siglo XIII, mientras que la cabecera es posterior (1249 según documentación escrita). 

Respecto a la métrica empleada se observa que para la construcción de la nave se utilizaron palmos y varas aragonesas y sin embargo, para la construcción del crucero y la cabecera la unidad de medida empleada fueron los palmos y varas valencianos. Ello es debido a hecho de que la nave fue construida por maestros aragoneses utilizando el sistema de medida propio de la Corona de Aragón de finales del s. XII. Sin embargo la cabecera se corresponde con medidas utilizadas en el Reino de Valencia a partir de mediados del siglo XIII. Ello es posible gracias al hecho de que el promotor de este templo (Eximeno de Foces), fue Consejero de Jaime I y nombrado, por éste rey, Lugarteniente Real en el Reino de Valencia y en 1258 Procurador General de este Reino. Es muy probable que hiciera venir maestros valencianos a construir la cabecera de su panteón familiar. Estas conclusiones no hubiesen sido posibles sin el estudio previo de la metrología y la geometría de este singular edificio.”