Románico de La Segarra, Lleida




Torà, Monasterio de Cellers


Un poco de Historia: los mártires Celedonio y Emeterio

Cuenta la leyenda que los restos de los mártires Celedonio y Emeterio fueron llevados a Cellers, un pequeño pueblo cercano a Torà. Venían de un monasterio de Aragón y fueron traídos hasta aquí huyendo del peligro de la invasión musulmana. Se construyó un templo en su honor y este el origen de nuestro monasterio. La devoción a estos santos se extendió por toda la comarca. 

El cartel informativo dice lo siguiente: “La primera referencia documental existente del monasterio se inserta en una donación a Santa María de la Seu del castillo de Figuerola el año 986 con el nombre de: “domum Sancto Celedonii... qui est in serra de Sellerus”. 


El monasterio de Cellers. Su nombre haría referencia a la existencia de celdas eremíticas, anteriores a este templo.


En 1038 la iglesia de Sant Celdoni y Sant Ermenter era dada al cuidado de los monjes  Guillem, Galid y Seniofred para revitalizar una comunidad benedictina que estaba en horas bajas. El cartel informativo dice lo siguiente: “En el año 1038, en una segunda donación, se entregan las iglesias de Sant Martí y Sant Celdoni de Cellers a los frailes Guillem, Seniofred y Galid para que residan allí y sirvan a Dios y a Santa María.  Es en este contexto que tenemos que ubicar la fundación del monasterio, pero, a pesar de ello, quedan algunos claroscuros sobre su origen. Teniendo en cuenta ésto, la toponimia del lugar nos podría indicar un origen monástico anterior, vinculados a celdas eremíticas, que con la llegada de las reliquias de los santos (Celdoni y Ermeter, los cuales fueron soldados romanos martirizados en Calahorra y trasladados posiblemente para protegerlos de la ocupación sarracena) habrían transformado en un monasterio canónico.”

En 1070 esta comunidad pasó a depender del monasterio de Sant Saturní de Tabèrnoles. A mediados del siglo XIV, posiblemente a causa de la peste negra, el lugar quedó deshabitado. Es por eso que el conde de Cardona, Joan Ramon Folc, y el señor feudal de la zona, Ramón de Pinós, acordaron trasladar los restos de los santos  de Cellers a la iglesia de Sant Miquel de Cardona en 1399. Sin embargo, otra versión cuenta que los cuerpos de los santos fueron robados o comprados por el conde. El cartel informativo dice lo siguiente: “El siguiente intento para revitalizar la vida monacal en Cellers fue a finales del siglo XI, cuando se dio el monasterio a Santa María de Tavèrnoles, convirtiéndolo en un priorato, pero sin mucho más éxito. Como resultado de todo esto, en 1399 se trasladaron las reliquias a la iglesia parroquial de Cardona. Un traslado muy polémico, ya que el conde Ramon Folch de Cardona fue acusado de robarlas y necesitó la firma de un decreto apostólico de absolución del papa Benedicto XIII por haber trasladado las reliquias son licencia legítima. El conflicto se resolvió finalmente con la vuelta de algunas de ellas al monasterio para garantizar la pervivencia de la vida espiritual, convirtiendo las procesiones con las reliquias para pedir buena lluvia para el trigo como principal acontecimiento. Actualmente las reliquias se veneran en la “Fiesta del Perdón”, que reúne a los vecinos cada año el domingo anterior a Ramos.”

En 1593 una bula permitió que las rentas del monasterio de Cellers quedaran incorporadas a la catedral de Solsona. Durante la Guerra dels Segadors, siglo XVII, el edificio sufrió importantes desperfectos, y por ello se tuvieron que hacer obras de reforma en 1700.

En la actualidad, el domingo de Pasión se celebra la “Fiesta del Perdón” en la que la costumbre es confesarse.


El monasterio en los años 60 del siglo pasado (foto: cartel informativo). Está dedicado a san Celedonio y san Emeterio, cuyas reliquias llegaron de Aragón, huyendo de la invasión musulmana.




La iglesia, inacabada, y varias dependencias

El monasterio de Cellers consta de varias dependencias, construidas a lo largo del tiempo. La iglesia es el elemento central. La “Casa de los Santos”, dos patios y la rectoría completan el conjunto. La iglesia es de planta casi cuadrada y tres ábsides. 

El cartel informativo dice lo siguiente: “La iglesia de Sant Celdoni i Sant Ermeter de Cellers es un edificio de planta excepcional. El edificio, netamente románico en lo referente a su ábside, actualmente se encuentra rodeado parcialmente por edificaciones posteriores. La principal es la rectoría, edificio construido en el siglo XVIII y que antiguamente estaba adosado a la fachada de la iglesia, así como una pequeña cocina y el espacio conocido como la “Caseta dels Sants” (casita de los santos, espacio cubierto y abierto desde el siglo XVI-XVIIII, para ofrecer un espacio de acogida antes de la entrada a misa, hospedería y acogida para pobres y peregrinos y punto de reunión y comida en celebraciones) situado a mediodía."


Plano del monasterio (foto: cartel informativo). “La iglesia, que quedó incabada, está formada únicamente por el ábside principal, dos más laterales y el crucero reconvertido en la nave.


“Rectoría e iglesia conforman un patio interior desde el que se accede a la iglesia. La portalada de entrada, rehecha a finales del siglo XIX siguiendo factura de imitación románica, conserva un interesante trabajo de forja en la puerta adornada con hierro del siglo XVIII, en el que se puede leer: “HESENT PRIOR MIQUEL HOLIVA 1760” (Siendo prior Miquel Oliva, 1760).

“La iglesia, que quedó inacabada, está formada únicamente por el ábside principal, dos más laterales y el crucero reconvertido en la nave. Exteriormente, el ábside principal destaca por la sencillez de sus líneas y por lo que posiblemente fueron los inicios de una decoración de lesenas lombardas que tampoco fueron completadas. Por encima del ábside se alza una bóveda ogival interior mediante cuatro arcadas decoradas en su inicio por escudos neoclásicos, que muestran motivos simbólicos de los santos mártires. Exteriormente la bóveda se convierte en un cimborrio cuadrangular, rehecho posiblemente en la segunda mitad del siglo XIX después de que un incendio arrasase el edificio. La cubierta está coronada con un campanario de espadaña de dos ojos. En el interior, a la singularidad de la planta se añade un presbiterio elevado dos metros por encima de la cripta.”



Interior del templo. La cripta (foto: cartel informativo). En Catalunya sólo hay 7 criptas románicas.




La cripta: doce pares de columnas con capiteles con rostros humanos

Una cripta da un carácter singular a este templo, con tres naves y doce pares de columnas con capiteles.

El número 3 aparece en las religiones más diversas. Los celtas tienen tres partes en el mundo. EL budismo y muchas religiones de la Antigüedad (entre ellas el cristianismo) son trinitarios. El Templo de Jerusalén tenía tres partes. Pitágoras define el tres como el número más perfecto. Platón dice: “… es imposible combinar dos cosas sin una tercera, hace falta una relación entre ellas que las ensamble". 

Es número 12 el número de los apóstoles, de los sabios druidas, de los monjes con que Bernardo funda la abadía de Claravall, las 12 tribus de Israel, los 12 trabajos de Hércules, los 12 meses del año... Los dioses principales asirios, griegos y romanos también eran 12.

El cartel informativo dice lo siguiente: “El monasterio de Cellers es uno de los monasterios más singulares que podemos encontrar actualmente en Catalunya. A la sombra del castillo de Cardona, los acontecimientos pasados han condicionado la evolución del monasterio hasta perpetuar un edificio románico de planta excepcional que resiste el paso del tiempo, a pesar de las adversidades, atesorando una de las 7 criptas románicas de Catalunya.”

“La cripta. La entrada es una portalada románica (rehecha totalmente en el siglo XIX) con dos columnas y capiteles esculpidos a cada lado. El espacio interior está dividido en seis partes a partir de cuatro columnas abombadas que forman un dosel o baldaquino en su parte central en el que podría haber habido un catafalco para guardar las reliquias de los santos.

“Los capiteles son el elemento más singular de la cripta. En conjunto muestran unas formas y decoraciones similares, entre las que resaltan las grandes flores redondas y los rostros humanos con un aire grotesco. Un elemento a remarcar es el ábaco, bien trabajado y con molduras. A pesar de ello, hay que remarcar que es necesario un estudio detallado de los capiteles que permita aportar un poco más de luz a la autoría, época y procedencia del conjunto”