Románico de Tudela y alrededores


Monasterio de Fitero.

Un poco de Historia



Primeros pobladores

Se han encontrado restos de los primeros pobladores celtas venidos de Europa hacia el siglo X a.n.e. Se trata de la tumba de un príncipe celta. Posteriormente serían los celtíberos y los vascones los que poblarían Fitero, antes de la llegada de los romanos. Se conocen dos villas romanas: Tudején, propiedad de Tutelius, y Ormiñén, propiedad de Orminius, que darían lugar a núcleos de población que se acabarían integrando en Fitero. También aquí se han encontrado los primeros restos arqueológicos del catolicismo navarro en tiempos de los visigodos. En época musulmana, Fitero acabó dependiendo de la taifa de Zaragoza. En 1119 fue conquistada por los cristianos e inicialmente repoblada por mozárabes procedentes de Granada.

Fachada del monasterio. En 1119 Fitero fue conquistada por los cristianos e inicialmente repoblada por mozárabes procedentes de Granada.

Cartel informativo: "Fitero cuenta con un entorno natural privilegiado con la singularidad de tener la única representación de la Cordillera Ibérica en Navarra. Geológicamente se sitúa en el límite entre la Sierra de Cameros y los materiales terciarios de la Cuenca del Ebro. En esta Era Terciario o Cenozoica los sedimentos se plegaron y superpusieron unos sobre otros al empuje del Sistema Ibérico hacia el Este y al apretamiento hacia Europa, lo que provocó la formación del cabalgamiento de Cameros, que generó numerosas fallas que provocaron las aguas termales de las que goza hoy la zona y que los romanos ya usaban".



El monasterio cisterciense más antiguo de España

Posiblemente el monasterio de Fitero es el monasterio cisterciense más antiguo de España. En un principio estuvo situado en el monte Yerga para, después que Alfonso VII de Castilla donase a la congregación unas tierras en Niencebas en 1140, trasladarse a este lugar. Pero la nueva ubicación era un lugar árido y poco apto para la agricultura, así que hubo un nuevo traslado a Fitero que ya sería el definitivo a partir de 1152. El monasterio estaba entonces bajo la autoridad de san Raimundo y pertenecía al reino de Castilla. Fueron monjes procedentes de Escaladieu (Altos Pirineos franceses) lo que formaron la primera comunidad monástica.

Cartel informativo: "La fundación del monasterio de Fitero (1140) por Alfonso VII de Castilla abrió las puerta de España al Císter, que rápidamente se difundió por los diversos reinos cristianos de la Península Ibérica. Con los monjes blancos entró una impetuosa renovación de la vida monástica, basada en el retorno al primitivo rigor de la regla de San Benito."

Como los monjes no querían obedecer al obispo de Tarazona, éste reaccionó con violencia. Mandó unas tropas que hirieron a varios monjes y se incautaron de los animales de granja (cerdos y cabras). San Raimundo se encontraba entonces fuera del monasterio y el resto de la comunidad pudo huir a Calahorra; nunca más regresaron a su monasterio. Finalmente y tras un largo pleito, la Iglesia se decantó por apoyar al obispado de Tarazona.

En pocos años, el monasterio de Fitero se convirtió en uno de los más poderosos de la zona. En 1158 se fundaba en Fitero la Orden de Calatrava. Las riquezas de Fitero atraían la codicia de muchos y eso provocó muchos conflictos. El abad fue acusado de consultar a un agorero y de ocultar una deuda y hubo nombramientos y destituciones de abades con varias acusaciones de por medio. 

También estaba interesado en Fitero el reino de Navarra. De hecho, Fitero, en aquel momento perteneciente a Castilla, y estaba situado en la frontera entre los castellanos y los navarros. Sancho el Sabio, Sancho el Fuerte y Teobaldo II, todos ellos reyes navarros, le concedieron privilegios y donaciones. En las disputas de frontera, Fitero pasaba alternativamente de manos de unos a otros. Así, en 1335, con Fitero en poder de Navarra, fue atacado por tropas castellanas. Eran 200 soldados de infantería y 13 a caballo, que lograron dominar Fitero, pero que fueron expulsados al poco por tropas navarras y aragonesas.

Plano del monasterio.  En 1158 se fundaba en Fitero la Orden de Calatrava.
(foto: cartel informativo)



Fitero queda definitivamente en el Reino de Navarra

A continuación comenzó un pleito que duraría hasta 1373. Tanto el Reino de Castilla como el Reino de Navarra alegaban sus razones y actuaron varias personalidades como intermediarias: el Papa, obispos y hasta el rey de Francia. La sentencia del último intermediario, representante pontificio, fue que Fitero pertenecía a Navarra, situación en que ha permanecido hasta nuestros días.

Un siglo más tarde, con la guerra entre Navarra y Castilla, los monjes de Fitero hubieron de abandonar su monasterio y refugiarse en Tudela durante 10 ó 12 años. La afectación económica de este hecho fue grande. 

Plano del monasterio



La guerra civil del siglo XV

Los problemas internos no cesaban, pues en 1443 el abad era acusado falsamente por uno de los monjes de varios crímenes y delitos; el abad pasó todo un calvario de privaciones, encarcelamientos, excomuniones y juicios durante varios años hasta que fue reconocida su inocencia. No era éste un problema pequeño: reflejaba la división de Navarra entre agramonteses y beaumonteses, que se expresaba en el enfrentamiento entre Juan I (agramonteses) y su hijo Carlos (beaumonteses) por el trono de Navarra. El monasterio de Fitero había tomado partido por Juan I. 

Esta guerra civil navarra (1447-1457) aún tendría serias repercusiones en Fitero, con varias alternativas a favor de uno u otro bando, cambios de abades según fuera la facción dominante y episodios de violencia.

Todos estos hechos hicieron que el monasterio entrara en decadencia económica y algunos vecinos se aprovechaban de ello; algunos, como el conde de Lerín les robaba impunemente sus ganados. Las normas religiosas se relajaron: muchos monjes ya no obedecían al voto de castidad, iban armados y se peleaban con los vecinos. En 1482 una declaración decía que  “e por causa de las guerras, prendas, reprendas que de las otras se han seguido y en especial por las diferencias que han seído en este afligido reino de Navarra... es venido en gran fatiga”. Esta situación se prolongó durante varias décadas, hasta el siglo XVI. 

El monasterio. La guerra civil navarra (1447-1457) tendría serias repercusiones en Fitero.
(foto: Wikipedia)



Renovación en el siglo XVI. Una dictadura monástica

Cierto aire de renovación llegó en el siglo XVI, como decimos. La población de Fitero ya había crecido y era una verdadera villa cuando en 1544 contaba ya con 220 casas. Los monjes se esforzaron en que llegaran nuevos pobladores, se construyeran nuevas casas y los campesinos dispusieran de tierras que cultivar. En 1524 el abad promulgó la primera ordenanza municipal de Fitero.

Pero, en realidad, lo que había era una auténtica dictadura monástica sobre la población de Fitero. En 1627 se produjo un levantamiento de los fiteranos para librarse del yugo de los monjes; el monasterio fue asaltado y saqueado. Las disputas y los enfrentamientos no cesaron hasta la liquidación de la vida monástica con la Desamortización de 1836.

En este siglo XVI se producirían nuevos intentos del obispo de Tarazona de hacerse con Fitero, aunque sin éxito. Durante el reinado de Felipe II se produjo el intento de hacer depender de Castilla los monasterios cistercienses navarros. 

También hubo un intento de renovación intelectual. Por aquel entonces contaba Fitero con 12 monjes y algunos legos, con una formación académica casi nula, como se desprende de una carta del virrey de Navarra al monarca español: “No se ha entendido hasta agora que en estos monasterios haya habido monjes letrados ni que se haya ejercitado letras algunas en alguno dellos, mas de que los sacerdotes son latinos llanos sin teología. Y la causa desto ha sido por que los abades pasados, en lo del rescibir los religiosos, no han tenido cuenta sino rescibir amigos y criados, personas que les tuviesen respeto y acatamiento. Agora con las muchas provisiones de abades que su Majestad ha hecho, se tiene entendido se remediará esto, porque son letrados teólogos y de buena vida y costumbres". 

También se trabajaba en la castellanización de estos monasterios. Así se expresaba el rector del colegio de San Bernardo de Alcalá en otra carta al rey: “Pues aquellas casas son fortalezas en aquel reino, más conforme al servicio de su Majestad sería que las poseyesen castellanos que no navarros para cualquiera fidelidad”. En este sentido, se prohibieron las visitas mutuas con la abadía de Poblet, de la misma orden religiosa que los de Fitero. Finalmente, los abades navarros conseguirían unirse a la 'provincia' de Aragón en 1631, evitando así la dependencia con Castilla. Aunque, desde 1643 el rey de España ordenó que los abades fueran elegidos entre monjes castellanos, para contrarrestar la relación con los aragoneses. Los monjes de los monasterios navarros hicieron una contrapropuesta: que los abades fueran elegidos entre los que habían profesado en los monasterios navarros; éste fue el acuerdo final, y llevó a que los monjes de origen castellano en monasterios navarros fueran marginados, para evitar que algún día fueran nombrados abades.

El monasterio. La recuperación del siglo XVI llevó a una auténtica dictadura monástica sobre la población de Fitero. En 1627 se produjo un levantamiento de los fiteranos para librarse del yugo de los monjes
(foto: pamplonaactual.com)


Esplendor en los siglos XVII-XVIII, decadencia final en el XIX

Los siglos XVII y XVIII fueron los más esplendorosos de Fitero. El hecho de poder enviar dos monjes a universidades elevó considerablemente el nivel cultural de los monasterios cistercienses navarros. Fitero contó con buenos expertos en teología e historia.

Pero el siglo XIX fue el siglo de la decadencia final. El monasterio fue clausurado y vuelto a abrir nuevamente varias veces, siguiendo el camino que marcaba la situación política de cada momento, hasta su cierre final con la Desamortización en 1836.

Cartel informativo: "Hablar de Fitero es hablar de arte y de cultura, es hablar de la puerta del Císter en España, de religión, de disputa de fronteras, de patrimonio, de personajes ilustres, como el poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer o el hijo de la villa, Juan de Palafox y Mendoza, Virrey y Capitán de la Nueva España, de leyendas y de historia, historia con mayúsculas. Desde que allá por el año 1140, San Raimundo de Fitero, primer abad del monasterio y fundador de la Orden Militar de Calatrava y actualmente patrón de la villa, llegase a este valle bañado por las aguas del río Alhama, Fitero suma casi un milenio cargado de historias".