Románico del Somontano (Huesca)
Alquézar. El castillo. Un poco de Historia
El castillo es de origen árabe y data del siglo IX, con importantes reformas en siglos posteriores, sobretodo en el XVI. Está rodeado por una muralla (se conservan restos de la muralla musulmana) y cuenta con dos torreones. El nombre de Alquézar viene de la palabra "castillo" en árabe ('al-qasr')
Alquézar. Al fondo, el castillo-colegiata
Fue construido por Jalaf Ibn Arad para defender las tierras de Barbastro del avance de los cristianos del norte de los condados de Sobrarbe y Ribagorza. El lugar se denominó “Al-Qasr Banu Jasaf”, es decir, "castillo de la familia Banu Jasaf". Fue, de hecho, el principal punto de de defensa de los musulmanes de Barbastro. Bajo la dominación musulmana, pasó por diversas manos: los banu Qasi de Tudela en el 893, los Banu Hud de Zaragoza y el Tawil de Huesca en el 907.
Sancho Ramírez lo conquistó para los cristianos en 1067. A continuación, construyó la capilla real de Santa María y concedió a Alquézar el título de Villa. El castillo fue conocido como "Castrum Alqueçaris". Este monarca reforzó las fortificaciones (la torre albarrana data de estas fechas) y le dió al castillo un carácter eminentemente militar. De nuevo en 1075 Sancho Ramírez concedió privilegios, "cuando se levantó el sitio de los sarracenos". Alquézar se convertiría en un punto estratégico fundamental en el avance cristiano hacia el Bajo Aragón. En 1125 Alfonso I el Batallador concedía nuevos fueros a Alquézar. Jaime I confirmó estos fueros en 1245 y concedió los privilegios de feria y mercado semanal.
Sancho Ramírez (1043–1094) fue uno de los monarca más importantes del Reino de Aragón y de Aragón y Pamplona. Encabezó la primera Cruzada conocida, que fue la que el papa Alejandro II convocó para la conquista de Barbastro, infeudó su reino al Papa de Roma para conseguir el reconocimiento que consolidase su reino (a cambio de un pago anual y de introducir el rito romano -por primera vez en España- en la Iglesia aragonesa), concedió el Fuero de Jaca (modelo de otros muchos fueros peninsulares), convirtiendo a esta ciudad en su capital y extendió sus dominios hacia el sur.
En 1099 fue consagrada la iglesia, que fue administrada por una comunidad de agustinos dependiente del obispado de Roda de Isábena. La abadía agustiniana se convirtió en priorato en 1149. En 1218 Jaime I dio la iglesia alquezarana al obispo de Tortosa. En el siglo XIV se edificó el claustro gótico con decoración románica.
Conforme avanzaba la reconquista hacia el sur, el castillo de Alquézar fue perdiendo importancia estratégica, a la vez que el papel de la Colegiata iba pasando a primer plano. Los siglos XII y XIII conocieron un crecimiento de población importante, y se edificaron muchas casas fuera del recinto amurallado, dando lugar a la actual villa de Alquézar. La población mudéjar (musulmanes que vivían en territorio cristiano) era muy numerosa y destacaba especialmente en los trabajos albañilería.
Alquézar perteneció al rey hasta 1295. Bajo el dominio cristiano, también pasó por diversos propietarios: Galindo Galíndez, Jimeno Sánchez, Pelegrín Castellazol (tras la muerte de Alfonso El Batallador), Artal de Foces (con Jaime I, en 1233), Pedro Cervera (con Alfonso II), Pedro Jordán de Urriés (mayordomo de palacio, a quien se lo vendió Pedro IV), Gonzalo González (que permutó Alquézar con Ricla en tiempos de Pedro IV, quien recuperaría el castillo al comprárselo a Violante de Urrea en 1380) y Alfonso de Nápoles, que lo empeñó en el siglo XV.
En el siglo XVI la iglesia-colegiata es sustituida por otra tardogótica; del edificio románico sólo se conserva el atrio y sus capiteles. El arquitecto fue Juan de Segura, que realizó la obra entre 1525 y 1532 y que también construiría la Seo de Barbastro. En el siglo siguiente se añadieron varias capillas y el retablo, de transición entre el Renacimiento y el Barroco. De la primitiva iglesia románica sólo se conservan el claustro y el muro sur.
El castillo-colegiata de Alquézar fue declarado Monumento Histórico en 1931, con la II República.