Románico de los Monegros, Huesca
Monasterio de Sigena. Un poco de Historia
El monasterio se ubica en el término municipal de Villanueva de Sigena, patria, por otra parte, de Miguel Servet, descubridor de la circulación menor o pulmonar de la sangre, y que moriría en la hoguera calvinista en tierras suizas en 1553.
El monasterio fue fundado en 1188 por doña Sancha, esposa del rey Alfonso II |
El monasterio fue fundado en 1188 por doña Sancha, esposa del rey Alfonso II "el Casto" o "el Trovador". Doña Sancha (1154 ó 1157-1208) era hija del rey castellano-leonés Alfonso VII. La fundación de Sigena se debe a que era un punto importante en la comunicación entre Lleida, Huesca y Zaragoza, al mismo tiempo que podía actuar como cabeza de puente en la administración y repoblación de estas comarcas, en los territorios recientemente conquistados a los musulmanes.
La leyenda atribuye la fundación de Sigena a un milagro: la imagen de la Virgen del Coro se aparecía en este lugar, que era una pequeña isla dentro de una laguna, y, aunque la trasladaban de nuevo a la iglesia de donde procedía, volvía al mismo sitio; un toro se apartaba de la manada e indicaba el lugar donde se hallaba la estatua, refugiada en la isla.
Con la construcción del monasterio, las localidades de Sixena y Ullastret se unificaron y trasladaron a un nuevo emplazamiento que se llamó Villanueva de Sigena. Doña Sancha se apoyó en la Orden de San Juan de Jerusalén u Orden de Malta, para evitar la influencia de los templarios, que tenían mucha posesiones en estas comarcas.
En vida, Doña Sancha era de hecho la priora del monasterio. En su testamento, dejó establecido que las prioras fuesen elegidas de entre las monjas y no por el Capellán de Amposta (máximo representante de la Orden de San Juan de Jerusalén), que tan sólo debía ser consultado. Esta autonomía de Sigena llevó a no pocos litigios con los sanjuanistas a lo largo de la Historia.
El monasterio fue un cenobio femenino. Acogía a las hijas de las familias aragonesas más ricas. También hubo frailes, pero la dirección del monasterio siempre la ejerció una monja. La comunidad religiosa se estructura en tres estamentos: las sorores o domine (religiosa de clausura), las iuniores (niñas educadas en el monasterio) y las obedentiales o media cruz (religiosas servidoras de la comunidad).
A la muerte de su esposo en 1196, la reina actuó como regente durante 4 años, pero su influencia en la política de la Corona de Aragón se mantuvo mientras vivió. Fue la primera reina de la Corona de Aragón en utilizar un sello regio. Según las crónicas castellanas, doña Sancha amaba apasionadamente al rey castellano del momento, su sobrino Alfonso VIII, y por ello, una vez viuda, propició el acercamiento a Castilla (las relaciones entre la Corona de Aragón y Castilla siempre habían sido tensas), lo que finalmente facilitaría la colaboración de los reinos cristianos en la batalla de las Navas de Tolosa de 1212, que marcó un antes y un después en la Reconquista.
Alfonso II fue el primer monarca de la Corona de Aragón. |
Su pasión religiosa llevó a ser conocida como "la reina santa" y estableció su Corte en el monasterio de Sigena. Fue enterrada en el propio monasterio, lo mismo que sus hijas Leonor y Dulce y su hijo Pedro II, muerto en la batalla de Muret en 1213, por lo que Sigena es considerado como Panteón Real. Desgraciadamente, durante la Guerra Civil 1936-1936, el mausoleo de la reina, así como todo el monasterio, fue saqueado por milicianos anarquistas.
Alfonso II (1157-1196) era hijo de Ramon Berenguer IV y doña Petronila de Aragón. Es, pues, primer monarca de la Corona de Aragón. Incorporó a la Corona la Provenza, el Rosellón y el Pallars Jussà. Sus relaciones con Castilla siempre fueron difíciles, pues el reino castellano aparecía cada vez más como el hegemónico en los territorios peninsulares. Para ello, buscó la alianza con los reinos de Navarra, Portugal y León. Inició la conquista del Matarraña y de las tierras del sur de Aragón. Protegió las artes y él mismo cultivó la poesía; por todo ello se le conoce también como "el Trovador". Su papel normativo en lo que sería Catalunya fue muy importante: definió los límites del territorio catalán "a Salsis usque ad Dertusam et Ilerda" (desde Sales hasta Tortosa y Lleida), creó la división en veguerías (especie de comarcas) y la elaboración de los inventarios de los derechos condales en el "Liber Feodorum Maior".
La primera monja ordenada en el monasterio fue doña Dulce, hija de Alfonso II y doña Sancha. Después de la muerte de esta reina, se inició un periodo de crisis que resolvió Jaime I; ello dio origen a una nueva consagración del tempo en 1258. En el siglo XIV Sigena acogió una gran cantidad de tapices, retablos, pinturas, muebles y obras de arte en general. A partir del siglo XV comienza su decadencia, ya que Sigena había apoyado a Jaime II de Urgell en las disputas por el trono de la Corona de Aragón de la que salió vencedor Fernando I de Trastámara tras el Compromiso de Caspe; por otra parte, son momentos de fuerte crisis económica en el reino. En los siglos XVII y XVIII Sigena ya no era archivo real.
La Guerra de la Independencia (comienzos del siglo XIX), la Desamortización de Mendizábal de 1835 y la Guerra Civil de 1936-1939 acabaron por arruinar el monasterio, situación que se mantendría hasta que comenzó su restauración en las últimas décadas. Con la Desamortización las monjas tuvieron que abandonar el monasterio, al que, no obstante, regresaron unos años más tarde en medio de grandes dificultades. En la Guerra Civil de 1936 se perdieron las pinturas murales de finales del siglo XII o comienzos del XIII, el artesonado, la biblioteca y otros elementos muebles. Una parte de las pinturas de la Sala Capitular se mantuvieron en pie y fueron trasladadas al Museo de Arte Románico de Barcelona por las autoridades republicanas.
En las últimas décadas, debido al material almacenado en las instituciones catalanas y a la venta de bienes artísticos que las monjas hicieron a la Generalitat, se ha mantenido un litigio judicial entre las autoridades de Aragón y Catalunya, que ha tenido una gran eco en los medios de comunicación.