Románico de Campoo y Valderredible, Cantabria


Elines, 

Iglesia de San Martín



Un poco de Historia. 

El monasterio organizador de la vida del valle

DE LAS TRIBUS CÁNTABRAS A LAS PRIMERAS RESISTENCIAS CONTRA LOS MUSULMANES. Los pueblos cántabros del primer siglo antes de nuestra Era, en la Edad del Hierro, recibían este nombre porque vivían en “Cant-iber” o las montañas del Ebro. La romanización fue mucho más tardía que en otras zonas de España, con lo que pervivieron por largo tiempo las costumbres y creencias tribales. Los romanos construyeron una serie de calzadas para asegurar el desplazamiento de sus ejércitos y poner en contacto rápido y fácil a estas tierras con el resto de sus dominios hispánicos. Con los visigodos, el rey Leovigildo conquistó Amaya, que era la capital de los cántabros, situada al noroeste de la provincia del actual Burgos.

LOS MUSULMANES Y LA RESISTENCIA DEL NORTE PENINSULAR. Con la llegada de los musulmanes en el 711, fue el duque Pedro el que dirigió la resistencia de los cristianos en tierras cántabras, ejerciendo su autoridad sobre los diversos clanes. Pedro (hacia 680- hacia 730) fue duque de Cantabria y descendiente de los reyes visigodos Leovigildo y Recaredo. Tras la batalla de Covadonga, al duque Pedro se le une don Pelayo. La hija de éste, Emersinda, se casó con el hijo del duque Pedro, Alfonso, que reinaría como Alfonso I el Católico. Es el origen de la renacida monarquía cristiana hispánica, dando lugar a un linaje al que pertenecerían los reyes de Asturias, León, Castilla, Navarra y Aragón.

Peña Amaya fue capital de las tribus cántabras y también del ducado de Cantabria del duque Pedro (foto: Wikièdia)


Entre los siglos VIII y XII, la preocupación de las gentes del norte estaba en salvaguardar y proteger los caminos y pastos del ganado y permitir la llegada de gentes que vivían en territorio musulmán. El ganado lanar y el cultivo del trigo fueron la base económica en estos siglos, en un territorio escasamente poblado y que recibía con los brazos abiertos a todo aquel que venía del sur. En el siglo X se alcanzó ya una densidad de población bastante notable. Una característica de estos primeros tiempos fue la construcción de iglesias rupestres, excavadas en la roca. Es el caso de Arroyuelos, Santa María de Valverde, Cadalso…

EN SUS COMIENZOS, IGLESIA MOZÁRABE. La iglesia data de comienzos del siglo XII, en el románico pleno, una de las primeras iglesias románicas de Cantabria. Anteriormente, aquí habría un monasterio mozárabe en el siglo X (algunos restos en el claustro así lo indican), que quedó en la ruina al hundirse en 1102 y que obligaría a levantar el templo que ahora contemplamos.

Del monasterio benedictino del siglo XII sólo queda la iglesia. Su influencia espiritual y económica fue muy grande, debido a las importantes donaciones que recibió de la nobleza y de la monarquía. Durante toda la Edad Media, San Martín de Elines fue un centro organizador de la vida de las gentes y monasterio principal de este valle, 

En el siglo X esta región era conocida como “Val de Ripa Hibre” o valle del río Ebro, lo que daría lugar a “Valderredible”. El siglo X es también el momento en que se construyen iglesias, aunque pocas han llegado a nuestros días ya que se reconstruyeron en estilo románico la mayoría de ellas, en las que se nota la influencia del arte islámico, asturiano, visigodo y carolingio.

La iglesia data de comienzos del siglo XII, en el románico pleno, una de las primeras iglesias románicas de Cantabria. 


MOMENTOS DE ESPLENDOR. CAMINO DE SANTIAGO, EXPORTACIÓN DE LA LANA Y “LA MISERIA DEL OMME”. El primer Camino de Santiago, que discurría paralelo a la costa, dinamiza y hace una gran aportación a la vida económica y social de la zona. Nuevos aires culturales traerán el arte románico, tan presente en las tierras cántabras. La iglesia se dedica a San Martín de Tours, obispo francés, lo que evidencia -además de la presencia de los benedictinos- su relación con la Ruta Jacobea.

A partir del siglo XII los puertos de Cantabria y País Vasco se convierten en puntos de exportación de la lana, con lo que tiene de incremento comercial, de población, aportando nueva riqueza a la zona.

A finales del siglo XIII en este monasterio se escribió el libro “La miseria del omme”, de autor anónimo. Se trata de un poema castellano del Mester de Clerecía escrito en cuaderna vía. Sólo queda un ejemplar, que se encuentra en la biblioteca Menéndez Pelayo. El "mester de clerecía" es la literatura escrita por clérigos, gentes con un nivel intelectual alto para la época y que a veces no eran necesariamente sacerdotes o monjes. Se opone al "mester de juglaría", más popular y practicado por los juglares.

Plano de la iglesia (fuente. romanicoenruta.com)


LOS BENEDICTINOS ABANDONAN EL MONASTERIO, QUE ENTRA EN DECADENCIA. Por estas fechas los monjes benedictinos abandonaron el monasterio, lo mismo que sucedió en otros centros religiosos de Cantabria. Seguramente el motivo fue que la frontera con los musulmanes se había trasladado mucho más al sur y ello obligaba a los monjes a emigrar para fomentar y organizar la repoblación de las nuevas tierras conquistadas. Por otra parte, el Camino de Santiago ya había perdido el protagonismo y el vigor de otros tiempos y ya no era la vía económica y cultural imprescindible para los reinos cristianos. Los agustinos sustituyeron a los benedictinos en la colegiata de Elines, pero ya la decadencia del cenobio fue imparable.

En el siglo XIV es el hijo natural de Alfonso XI, Tello Alfonso, quien hereda el territorio de las merindades de Aguilar, que comprendía partes de las actuales provincias de Cantabria, Palencia y Burgos. La Peste Negra afectó muy seriamente a estas comarcas y produjo una crisis económica y social que duraría hasta el siglo siguiente.

SE SUPRIME LA COLEGIATA. En el siglo XVI, el marqués de Aguilar suprimió la colegiata de San Martín de Elines en beneficio de Aguilar de Campoo (Palencia). El marqués era el embajador de Carlos V en la Santa Sede y de esta forma convenció al Papa para que autorizara estos cambios. En total, fueron las colegiatas de San Martín de Elines, Castañeda y Escalada las que perdieron este rango en beneficio de la iglesia de Aguilar de Campoo.

En el siglo XVI la exportación de lana pasó a hacerse por el eje Barcelona- Génova, reduciendo sensiblemente la exportación que hasta el momento tenía lugar por los puertos cántabros y vascos. La depresión económica alcanzó a muchas ciudades y pueblos de Castilla y Cantabria y alejó las fuentes de riqueza a las gentes de Valderredible.

San Martín de Elines fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931, con la II República.

LA VIEJA CHORICERA. Una costumbre que ha pervivido hasta hace ya unos cuantos años, cuando llegaba la Cuaresma y no se podía comer carne, era que las madres decían a sus hijos que el chorizo con el que habitualmente completaban los bocadillos se lo había llevado “la vieja choricera”, una imagen de la iglesia de San Martín. Por este motivo, cuando llegaba el domingo de Pascua, los niños apedreaban a la figura de la choricera, causando el deterioro que hoy podemos contemplar.

“La vieja choricera” es en realidad los restos de un Pantocrátor.

 Cuando llegaba la Cuaresma, las madres decían a sus hijos que el chorizo con el que habitualmente completaban los bocadillos se lo había llevado “la vieja choricera”