Castillo de Peñíscola
Benedicto XIII, el Papa Luna
Su nombre era Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor (Illueca, 25 de noviembre de 1328-Peñíscola, 23 de mayo de 1423), también conocido como el “Papa Luna”. La familia Luna era una de las familias aragonesas más ricas y poderosas, que contaba entre sus miembros con arzobispos y reyes.
Como hijo segundón que era, Pedro de Luna comenzó la carrera militar, que abandonó para entrar en la Iglesia. En la Universidad de Montpellier estudió leyes; más tarde sería profesor de Derecho Canónico de este centro. El papa Gregorio IX le nombró cardenal, lo que evidencia que Pedro Luna era un personaje muy cercano a las más altas jerarquías eclesiásticas.
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Retrato del Papa Luna. La familia Luna era una de las familias aragonesas más ricas y poderosas (foto: Wikipedia) |
El cónclave de 1378 abre el Cisma de Occidente
Cuando este papa falleció se celebró un cónclave en 1378 para nombrar a su sucesor; los cardenales estaban divididos en varias facciones que reflejaban diversos intereses políticos, mientras que Pedro Luna y otro cardenal permanecieron neutrales. El pueblo de Roma no quería un papa francés y por ello se manifestaba en la plaza de San Pedro a favor de un papa italiano. Algunos manifestantes irrumpieron en el cónclave, aunque pudieron ser desalojados.
Finalmente, a propuesta de Pedro de Luna, se eligió a Urbano VI, italiano. Pero los cardenales franceses, reunidos en Anagni, comenzaron a reaccionar y a decir que la elección del nuevo papa había sido fraudulenta. Pedro de Luna se dirigió a Anagni para convencerles de los contrario, pero allí le explicaron que habían habido muchas presiones y que la elección de Urbano VI no había sido limpia. Estos testimonios y la llegada de cardenales que no habían podido asistir al cónclave convencieron a Pedro de Luna de que la elección no había sido limpia. Se realizó un nuevo cónclave que eligió a Clemente VII, quien volvió a Avignon con el apoyo de Pedro de Luna, que fue legado papal durante 16 años.
Objetos pertenecientes al Papa Luna. En el Cónclave de 1378 los cardenales estaban divididos en varias facciones que reflejaban diversos intereses políticos |
Pedro de Luna elegido Papa, 1394
Cuando murió Clemente VII, Pedro de Luna fue elegido papa como Benedicto XIII en 1394. La opinión de la monarquía francesa fue contraria al nombramiento, pues Pedro de Luna era ciudadano de la Corona de Aragón y su lealtad a Francia era más que dudosa.
En 1398 el rey francés retiró el apoyo financiero al papado de Aviñón y trató de conseguir la renuncia de Benedicto XIII. Como no conseguía sus objetivos, el monarca francés envió su ejército a Aviñón y sitió el palacio papal. Diecisiete cardenales abandonaron a Benedicto XIII, quedando fieles sólo cinco de ellos. Contaba no obstante con el apoyo de Castilla, Corona de Aragón, Escocia y Sicilia (vinculada a la Corona de Aragón). Benedicto XIII huyó en 1403 para, finalmente, encontrar refugio en el castillo de Peñíscola, bajo la protección de la monarquía de la Corona de Aragón.
En 1406 Benedicto XIII propuso a Gregorio XII -el papa ubicado en Roma- la renuncia de ambos para que se eligiera un nuevo pontífice y así acabar con la crisis. La propuesta no prosperó porque Benedicto XIII pretendía que el punto de partida fuese que se reconociese que él había sido el papa verdadero.
En 1413 organizó la llamada Disputa de Tortosa, en la que debatieron canónigos católicos y religiosos judíos, y que saldó con una conversión generalizada de estos últimos debido a todo tipo de presiones y amenazas recibidas.
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Báculo del Papa Luna. La monarquía francesa fue contraria a su nombramiento como Papa y por eso tuvo que refugiarse en Peñíscola |
El Papa Luna es declarado hereje y antipapa en el Concilio de Constanza, 1415
Finalmente, en 1415, en el Concilio de Constanza, fue condenado como hereje y antipapa y se nombró a Martín V como nuevo pontífice. El papa de Roma renunció y un tercer papa fue igualmente condenado con los mismos calificativos que el aragonés. Pero Benedicto XIII siguió manteniendo que "el verdadero Papa soy yo".
En 1418, con 90 años, Benedicto XIII fue envenenado por un cardenal que en realidad estaba al servicio del papa Martín V. Un médico judío le salvó la vida con un remedio que desde entonces se conoce como “Pulveris Papae Benedicti” (Polvo del Papa Benedicto). Aún se produjeron otros intentos de envenenamiento, pero el Papa Luna quedó sano y salvo en todos los casos.
Patio de armas. A pesar del Concilio de Constanza, Benedicto XIII siguió manteniendo que "el verdadero Papa soy yo". |
Muerte del Papa Luna a los 94 años
Murió en el castillo de Peñíscola en 1423, a los 94 años. Le sucedió Clemente VIII, que abdicó en 1429 y así el Cisma de Occidente llegó a su fin. Benedicto XIII se había mantenido como papa durante 29 años. A su muerte, abandonado por todos, tan sólo le acompañaban cuatro de sus cardenales y su sobrino. Aún se tardó unos meses en hacer pública su muerte, el tiempo necesario para los cardenales se repartiesen lo que quedaba del tesoro pontificio.
Los años que Benedicto XIII vivió en el castillo de Peñíscola convirtió a este lugar en la sede y biblioteca pontificia. Su biblioteca llegó a tener 2.000 libros, por entonces la colección privada más grande del mundo. Sólo otros dos lugares en todo Occidente alcanzaron este rango de sede pontificia: Aviñón y Roma.
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Estatua del Papa Luna en el exterior del castillo. Murió en 1423, a los 94 años |
"Mantenerse en sus trece"
La frase “mantenerse en sus trece” viene del nombre de este papa y hace alusión a su tenacidad y constancia en mantener su litigio de defensa de su papado. Otra frase de este personaje fue “el verdadero Papa soy yo”, que parecer ser repetía con asiduidad. También se cuenta que cuando salió de Colliure para dirigirse a Peñíscola, se levantó un gran tempestad y que el papa Luna pidió a Dios que calmara las aguas si él era el verdadero Papa; así sucedió y por ello Pedro de Luna exclamó su “soy Papa”.
Realizó importantes reformas en el castillo de Peñíscola: la “Torre del Papa Luna” y las estancias pontificias (palacio papal). La Orden de Montesa, en aquel momento propietaria del castillo de Peñíscola, se lo había cedido y el rey de la Corona de Aragón Fernando I dio su aprobación.
Maqueta de Peñíscola y su castillo. El Papa Luna realizó importantes reformas |
En el exterior del castillo, una gran estatua en bronce recuerda a nuestro personaje. La escultura fue realizada por Sergio Blanco y pesa más de 700 kg.
Cartel informativo: “En 1411 se instaló en este castillo Benedicto XIII (el Papa Luna). Lo convirtió en Sede Pontificia y aquí vivió hasta su muerte en 1423. Durante ese tiempo y estas salas y torres, el Papa Luna luchó y trabajó por sus derechos de forma tenaz y sin descanso; aquí dejó lo mejor de su saber, adquirido a lo largo de una vida dura y llena de peligros.”