Calaceite


Las guerras de los siglos XVII al XX




En el siglo XVII Calaceite entró en una espiral de guerras que no ha parado hasta el siglo XX, alternando con períodos de paz de y bonanza económica, sobretodo en el siglo XVIII. 

En 1625 estalló una epidemia de peste, a la que siguieron una gran sequía y nueva mortalidad entre 1646 y 1649. La Guerra dels Segadors (Guerra de los Segadores) tuvo lugar entre 1640 y 1652 y se originó por la rebelión de los campesinos catalanes contra los abusos de las tropas que estaban desplegadas en Cataluña en el marco de la guerra contra Francia. Calaceite, como Tortosa, se puso del lado del rey de España y contra las tropas francocatalanas, que saquearon e incendiaron la villa, robando el reloj de la antigua iglesia y masacrando a la población.


Calaceite con 'la bassa' en primer término. Foto: Arxiu Mas

Santiago Vidiella nos cuenta cómo fueron aquellos días:

“Especialmente a partir del año 1635, resulta afligido el país por la estancia de tropas y sus continuos calamitosos pasajes (…). De aquí que los naturales aconsejasen y ayudasen las deserciones de soldados, muchos de los cuales, que venían entre filas con violencia, las dejaban y volvían a sus casas”

Tras la ofensiva franco-catalana de 1643, Calaceite es atacada. Santiago Vidiella nos lo sigue contando: “Corresponde ahora hablar a la calaceitanos de 1643, en aquel triste párrafo del Memorial de 1644 relacionado con la tremenda catástrofe: “Con gran desconsuelo y priesa, dicen, salvando (los habitantes) lo que pudieron aquel día y noche, desampararon sus casas y se entraron la tierra adentro por montes y asperezas grandes con sus mujeres e hijos pequeñuelos. Sin bastar la diligencia para que el mesmo día, por la tarde, y noche siguiente, y segundo de Pascua por la mañana, dejasen muchos de dar en manos de los enemigos y ser muertos, cautivos y robados. Con que a su salvo el segundo día de Pascua (25 de Mayo) entre ocho y nueve de la mañana se entraron en dicha villa los enemigos sin hallar resistencia alguna en ella, y habiéndola saqueado por espacio de cuatro o cinco días”. (S.Vidiella, Historia de Calaceite, ed. Ayuntamiento de Calaceite).


Ayuntamiento y Plaza. Comienzos del siglo XX. Foto: Arxiu Mas


Pero las tropas del rey de España tampoco se quedaban atrás en el saqueo de las poblaciones que ocupaban. Salvador Vidiella reproduce un escrito de 1650 del Dr. Pedro Verdún, que tenía que trasladarse de Alcañiz a Calaceite: “Me hace temer el salir fuera; porque son tantas las quejas que aquí llegan cada día de lo que los soldados hacen por los caminos, que nadie puede con seguridad salir de su casa, pues lo más ordinario es quitalle a cada uno lo que lleva”  (S.Vidiella, Historia de Calaceite, ed. Ayuntamiento de Calaceite).

Con mejores perspectivas acabó el siglo XVII y comenzó el siglo XVIII, de la mano del comercio del aceite, producto que se exportaba a muchos lugares. A la feria de Santa Lucía venía gente de los pueblos y comarcas vecinos. En el siglo XVII se construyó la actual iglesia y las capillas de la Madre de Dios del Pilar -que se asienta sobre un arco románico- y de San Antonio, así como el actual ayuntamiento y los arcos de la plaza, que aún hoy siguen siendo la lonja local. Calaceite era conocida como la villa más rica de Aragón antes de la guerra de Sucesión de comienzos del siglo XVIII.

La Guerra de Sucesión (1701-1713) volvió a sumir a Calaceite en la miseria. La villa tomó partido por el archiduque Carlos, como fue la norma en muchos lugares de la Corona de Aragón. Las tropas de Felipe V saquearon la villa con nuevas masacres. “Ansiaba cualquier pretexto el odio de la soldadesca, la codicia de sus jefes, la rapacidad de todos, y se hizo al pueblo reo de ejecución militar sujeto a las resultas de una verdadera conquista.  Once días de saqueo concedió el mariscal a sus hambrientos soldados, y es imponderable el estrago que se hizo en bienes y personas, sin detener lo más sagrado de la familia ni lo más santo de Dios. Cincuenta hombres (entre ellos algún sacerdote) fueron inmolados a la ira del invasor; fue general el despojo de las casas; la iglesia de san Pedro pereció a manos del extranjero (…); la soldadesca, en fin, ebria de vino y sangre, risoteaba con escarnio al resplandor de las casas particulares ferozmente abrasadas” (S.Vidiella, Historia de Calaceite, ed. Ayuntamiento de Calaceite).


Campesinos. Foto: Archivo Amigos de Calaceite




Calaceite tuvo que pagar 200 doblones a las nuevas autoridades borbónicas, cantidad que los calacitanos no podían asumir. Vinieron unos años de miseria. El año 1710 se conoció como ‘el año del hambre’. 

El siglo XVIII fue una época de recuperación económica en España, que en Calaceite también se dejó sentir. La de 1755 fue ‘la cosecha más fuerte hasta este día’; también es destacable la de 1778. Como decimos, muchos edificios se construyeron en este siglo.

La Guerra de la Independencia (1808-1814) afectó poco a la villa. Tan sólo sus habitantes sufrieron las cargas fiscales de tener que financiar al invasor ejército francés.

En 1823 Calaceite dejó de depender del obispado de Tortosa y pasó a convertirse en cabeza de partido judicial, lo que perdió poco después a favor de Valderrobres.

Las guerras carlistas en el siglo XIX se saldaron con más destrucción y sufrimiento para la población de Calaceite. El carlismo gozó de una gran simpatía entre los calacitanos. “Las familias inclinadas a uno u otro bando, sufrieron siempre las iras y venganzas del contrario. En 1836 varias personas emparentadas con voluntarios carlistas fueron presas por Nogueras y llevadas a Alcañiz; Cabrera hizo lo propio con las familias desafectas a su causa. Sólo por serlo, impuso Torner en una ocasión multas de 2.400 reales, y cabrera de 1.000 en 1839, señalándose mucho mayores en 1837 a las familias de los mozos que marchaban a las plazas liberales por excusar la quinta que los carlistas decretaron aquel año y sacó de esta pueblo 135 pacíficos labradores, sin otros que se desterraban voluntariamente.” (S.Vidiella, Historia de Calaceite, ed. Ayuntamiento de Calaceite).

En 1872 estallaba de nuevo la guerra carlista. “Transcurrió después, hasta 1880, otro periodo fatal por la pobreza de las cosechas, incesante aumento de los tributos públicos y depreciación de los frutos de la tierra, contratiempos capaces de colmar de infelicidad la vida de un pueblo agrícola como éste (...). La última guerra, lamentable como civil y gravosa a los pueblos como guerra, aunque en verdad más templada y humana que las pasadas luchas españolas.”  (S.Vidiella, Historia de Calaceite, ed. Ayuntamiento de Calaceite)


Portal del Pilar. Foto: Enrique Alcalá

En 1863 se construyeron las aceras y empedrado de las calles, con un coste total de 25.000 duros. En 1865 las cosechas fueron malas, al contrario que en 1911, tan copiosas como las de 1860 y 1885. En 1912 se construyó la carretera de Calaceite a Cretas, lo que facilitaba, por otra parte, el acceso de los campesinos a las tierras de labor. En 1913 se puso en marcha por primera vez el alumbrado eléctrico.

La guerra civil de 1936-1939 terminó con muchos calacitanos muertos y muchos otros exiliados. La terrible postguerra arruinó la economía local y ello dio origen a la emigración a las grandes ciudades y al descenso de la población, que pasó de los 3.027 habitantes de 1920 a 1.930  habitantes en 1940, mientras que en 1960 eran 1.742 los calacitanos.

En la actualidad, Calaceite, con algo más de 1.000 habitantes, vive de la agricultura (olivo), con algunas industrias derivadas de los productos del campo. También hay que destacar el turismo cultural.