Monasterio de Sant Cugat del Vallés
La iglesia
El interior de la iglesia
A destacar el Retablo Santa María de Todos los Santos, del 1375, atribuido a Pere Serra. En la imagen, el Niño coloca su mano en el pecho derecho de la Virgen. Las escenas en que intervienen los pechos de la Virgen -las 'lactancias', donde la Virgen da de mamar al Niño son las más características- evocan un simbolismo pagano mucho más antiguo que el cristiano: se trata de la transmisión a través de la leche materna de la Madre Tierra, por la que el Hombre renace espiritualmente a la sabiduría y a la elocuencia. Las Cantigas de Santa María, de Alfonso X el Sabio recogen el milagro de un monje que resucita (adquiere una nueva vida) cuando la Virgen le da su leche, «narrando el prodigio de la resurrección de un monje cisterciense, que obró la Virgen dándole leche de su seno». También se menciona este tipo de milagro en el Cancionero de Úbeda (1558).
Retablo de santa María de Todos los Santos
Imagen de la Mare de Deu del Bosc. El Niño, como en tantas imágenes medievales, hace un Mudra con la mano derecha, que es una figura del budismo tibetano que sirve para la transmisión de energía alta.
Debajo de la imagen de la Mare de Deu del Bosc encontramos este altar del siglo XIV
La nave tiene una orientación de 65º, con lo que recibirá el sol en horas de la mañana del solsticio de verano, 21-23 de junio, por la ventana del ábside central. Se da la circunstancia que el día de Sant Cugat se celebra el 23 de junio, en pleno período solsticial.
Cartel informativo: “El templo constituía el edificio principal del monasterio. Los monjes se reunían en él para celebrar las ocho oficios diarios establecidos por la Regla de San Benito. La iglesia actual es de planta basilical, con tres naves encabezadas por ábsides semicirculares y una cuarta nave, más corta. EL proyecto original, de concepción románica, fue transformado con elementos góticos. El edificio resultante dispone de una cabecera románica de la segunda mitad del siglo XII; dos primeros tramos y un cimborrio construidos en el siglo XIII, en un momento de transición entre románico y gótico; y los últimos tramos y la fachada, góticos, construidos en la segunda mitad del siglo XIV. La fachada, en la que destacan el portal y un gran rosetón, se caracteriza por la sobriedad y austeridad típicas del arte gótico catalán.”
Lápida del abad Odón, realizada en el siglo XV
El cimborrio es octogonal
Pila bautismal octogonal del siglo XIV.
La Rueda del Diablo. Se trata de una rueda con campanillas –a modo de Rueda de la Fortuna del Tarot- que representa el vaivén de la vida, y cuyo sonido sirve para asustar al diablo y mantener despiertos a los fieles para no ser víctimas del maligno.
Clave de Bóveda con la imagen de la mano de Dios en posición de un Mudra tibetano. Este Mudra simboliza la emanación de energía.
Clave de bóveda con la representación de un pentágono
Clave de bóveda
Clave de bóveda
Clave de bóveda
El exterior
Desde el exterior podemos ver cómo los tres ábsides se levantan sobre los restos de la antigua fortaleza romana.
La Torre-campanario es de la primitiva construcción románica del siglo XI
El cimborrio es octogonal (una vez más, sumando el centro tenemos el número 9), lo mismo que la pila bautismal.
La fachada es de la primera mitad del siglo XIV.
El Palacio Abacial es un edificio anexo a este conjunto. Fue edificado en el siglo XIV aprovechando los restos de las murallas y torres de defensa.
Canecillos. Hombre sentado y animales mitológicos
Canecillos. Algunos en mal estado
Canecillos de caras humanas. Es una costumbre que viene de los celtas.
Canecillos. Caras humanas
Canecillos. Caras humanas
Canecillos. Animales mitológicos
Canecillos. Animales mitológicos
Canecilos. Símbolo de Tauro, pareja de animales y oca