Bordón (Teruel) y la música del diablo
Las pinturas. El proceso de iniciación.
Las pinturas
datan de 1719, de acuerdo con la fecha que está encima de la puerta de entrada
y nos van descubriendo las fases del proceso de iniciación, en el que la
persona desciende a los infiernos y renace al final como el ave fénix, ayudada
por una música que le sirve para entrar en un estado alterado de conciencia.
Estas pinturas nos pueden indicar que en estas fechas (siglos XVII-XVIII) se
realizaban este tipo de ceremonias en la iglesia de Bordón, como continuación
de un ritual que debió de tomar forma en época de la Orden del Temple.
El proceso de
iniciación se explica a lo largo de las 3 arcadas del templo. En cada una de
las arcadas está representado un momento específico de este proceso, de manera
que en la primera se hace un planteamiento del tema, en la segunda se expone la
entrada en trance y el descenso a los infiernos y en la tercera el final o renacimiento del ser a un nivel
superior de conciencia. Es un proceso dialéctico que comprende las tres fases
del movimiento que estableció el filósofo alemán Hegel y otros filósofos
germanos posteriores: tesis, antítesis y síntesis. El número 3 está muy presente en la religión celta, para quienes el
mundo está divido en 3 partes. Los templarios lo recuperaron en muchas de sus
normas, como la lucha de un templario con hasta 3 enemigos, la comunión 3 veces
al año, la misa 3 veces a la semana, 3 series de azotes a los templarios que incurrían en alguna indisciplina, comer carne 3 veces a la semana…
Lo primero
que llama la atención es que las paredes y los techos están decoradas con
flores pintadas. La iglesia de Bordón tiene la apariencia de un inmenso jardín.
Es la representación de la Naturaleza y de la energía de la Tierra, de donde se
origina todo. Algunas flores crecen hacia abajo, pues es desde el interior de
la tierra que surge esa fuerza telúrica. La flor de lis es un motivo que se
repite: es la flor de la luz y de la vida, asociada a la Madre Tierra. En la
Biblia simboliza al pueblo elegido; para los templarios el lirio era la
representación de la pureza.
Aspecto general de la iglesia
En la zona de
entrada, aparte de la referencia a la música con el órgano y la imagen de Santa
Cecilia, aparecen dos gigantes como guardando la puerta de entrada. Entre los
motivos pintados, en medio de las flores -algunas formando motivos espirales-,
destacan dos figuras esenciales en todo el proceso que vendrá a continuación:
el cancerbero y el pozo de la sabiduría.
Flores formando motivos espirales
Dos gigantes a ambos lados de la puerta de entrada
Flores formando motivos espirales
Dos gigantes a ambos lados de la puerta de entrada
Las fases del
proceso de iniciación, descritas en las 3 arcadas, son:
-> arcada 1: el comienzo
-> las
Vírgenes. La arcada 1 está flanqueada por la Virgen de la Carrasca y la Virgen
de la Araña. Son dos formas de la Madre Tierra, la divinización de la
Naturaleza, el origen de la vida, la que controla la estaciones y las aguas. Es
Isis, Hathor, Ishtar, Cibeles, Démeter, Astarté, María…
-> las dos
torres. Una de ellas aparece en estadio precario y parece como si saliesen
llamas. Representa a la persona, que se va a transformar gracias a un fuego
devorador que liquidará su antiguo ser. La torre -el ser humano en su estado
actual- se ha de derribar para volver a construir. Rodeada de flores, la torre
amplifica la energía que le viene de la tierra.
La torre representa el Ego, la arrogancia, los niveles emocionales que
hay que superar. La torre de Babel es la cristianización del simbolismo del que
estamos hablando.
-> el pozo. Es la fuente
de la sabiduría, muy presente en las mitologías celta y nórdica. El pozo
sagrado alimentaba a Yggdrasil, el árbol que sostiene el mundo. Las aguas del
pozo dan la sabiduría a quien las bebe: Odín sacrificó uno de sus ojos para
poder saciar su sed de saber en estas aguas; aquí fue herido de muerte y
resucitó a continuación. El pozo es un principio femenino, es la fuente y
origen de la vida. Para los celtas, el pozo de agua es un lugar mágico que nos
sana de nuestros males tanto físicos como espirituales. En la actualidad, es
costumbre echar monedas a los pozos y las fuentes, en la creencia de que ello
transforma nuestros deseos en realidades.
-> el sol
en medio del templo, con ojos y boca, en la línea de la orientación del templo
Este-Oeste, siguiendo la puesta y el nacimiento del astro en los equinoccios de
marzo y septiembre, y la entrada de la luz del astro a comienzos de mayo y
mediados de agosto por la vertical de la iglesia. Al lado del sol, según Sergio
Solsona, la inscripción MA junto al ángel "representa el mantra sagrado el
AAAMMM; AAAMMM ese sonido, esa vibración que hace levantarse al Dragón
dormido". Hay otra posibilidad más: que esté representado el anagrama IAM, que significa 'agua' en lengua semítica.
-> la
fuente de la vida. Sus aguas nos dan la sabiduría y la inmortalidad, al modo
del pozo de la sabiduría representado en otra figura de esta misma arcada.
El sol, el pozo y la fuente de la sabiduría ayudarán al iniciado en su viaje.
El sol, el pozo y la fuente de la sabiduría ayudarán al iniciado en su viaje.
En
la lectura de esta serie de símbolos, vemos cómo el iniciado (las torres), en
tanto que hijo de la Madre Tierra (las Vírgenes) y ayudándose de la fuerza del
sol, ha bebido en las aguas de la sabiduría (el pozo y la fuente) y se dirige a
la siguiente fase.
Nótese
la simbología dual: dos torres, dos vírgenes, dos pozo/fuente. El sol, que sólo
puede ser uno, va acompañado del ángel y el texto AM y así se hace dual. El
dualismo es la forma de pensamiento de las corrientes gnósticas (la lucha entre
el Bien y el Mal…), que tuvieron una gran importancia en los primeros siglos
del cristianismo hasta que fueron perseguidas y liquidadas. El dualismo explica
la realidad por la acción de dos fuerzas. Los templarios y los cátaros
recuperaron el pensamiento dualista en la Edad Media.
-> arcada 2: el descenso a los (nuestros)
infiernos
-> el
descenso a los infiernos (a nuestros infiernos) hace que nos enfrentemos a
nuestros miedos y miserias internas. Es el encuentro con lo terrible. Allí nos
encontramos con dos perros cancerberos: este mito está muy presente en la
mitología griega, como el perro de tres cabezas que guardaba la entrada a los
infiernos, para impedir que los muertos salieran y los vivos entraran. Un dato
importante: a este animal se le vence por la música, y es así como Orfeo
consiguió dormirlo apaciblemente; estamos en la arcada donde están dibujadas
las notas del diablo.
-> la
ventana cerrada y la ventana abierta. Hay quien no es capaz de seguir el
proceso, y se encuentra con la ventana cerrada; quien la atraviesa, pasa a una
nueva fase, a una nueva dimensión.
Los cancerberos y la venta abierta/cerrada marcan el paso por el inframundo.
-> la nota
del diablo. Las 6 figuras geométricas del centro de la arcada son las que se
forman con los "experimentos de cimática" que hemos relatado
anteriormente. Son figuras que corresponden a distintas formas de lo que se ha
llamado "la nota del diablo", cuya repetición incesante debía servir
para que el iniciado entrase en trance. Estas figuras geométricas ocupan justo
el centro de todo el conjunto de arcadas, lo que resalta su importancia.
Las figuras geométricas o notas del diablo, con las que el iniciado entra en trance para poder salir victorioso de su paso por los infiernos.
Las figuras geométricas o notas del diablo, con las que el iniciado entra en trance para poder salir victorioso de su paso por los infiernos.
En esta
Arcada 2 hay un trasfondo astronómico. La constelación de Piscis, antes de
estar formada por dos peces, era en su origen la imagen de dos figuras que
guardaban la entrada al inframundo. Al lado de la actual Piscis está la
constelación de la Ballena, que anteriormente simbolizaba las dos puertas (las
dos ventanas de Bordón) del infierno.
De acuerdo
con este planteamiento, el iniciado supera la oposición de los dos canes
ayudado de la música (la nota del diablo) con la que entra en un estado
alterado de conciencia. A continuación, con la prueba superada, atraviesa una
de las puertas del infierno (la ventana abierta de Bordón) para pasar a la
Arcada 3.
Los
procesos de iniciación son procesos dolorosos. En los rituales chamánicos en
los que el iniciado es el futuro chamán, el personaje pasará por su propio
desmembramiento, decapitación, muerte y resurrección para adquirir las
cualidades espirituales que su nuevo status precisa.
El
descenso a los infiernos evoca el ciclo agrario, que está siempre en el
trasfondo de todos los sistemas de creencias de la Prehistoria y la Antigüedad.
De la misma manera que para que la Naturaleza nos de sus frutos primero hemos
de depositar la semilla en el interior de la tierra, que muere allí para
renacer como una nueva planta que nos alimenta, el ser humano debe viajar al
inframundo para morir allí y renacer como hombre nuevo.
-> arcada 3: el renacer
-> el ave
fénix. Como en la mitología, el iniciado renace de sus propias cenizas. Es un
hombre nuevo. El ave fénix se conocía en Egipto como Bennu: se quemaba cada 500
años para resurgir de sus cenizas; es un mito también presente en China, Japón,
y América precolombina... Representa el renacimiento físico y espiritual de la
persona purificada por el fuego. En la alquimia también está presente el
simbolismo de este animal.
El ave fénix
El ave fénix
-> el
pozo/fuente. De nuevo el pozo de la sabiduría y encima una flor de 8 pétalos
(la perfección). Hemos alcanzado la sabiduría. También se puede asociar esta
figura con el grial, una tradición que procede de la India, como el vaso
sagrado que contiene la bebida o sangre del dios, que se utiliza en el ritual
védico. Simboliza a la sangre como principio de vida. En el cristianismo, es el
cáliz de la Última Cena y en el que José de Arimatea recogió la sangre del
Cristo crucificado. La leyenda del grial está asociada a los templarios.
-> el
hombre verde. Es la divinidad celta. De su boca salen los vegetales, como acto
de creación de la Naturaleza. A partir de ahora somos seres creadores pues
nuestra mente se ha liberado de sus ataduras.
El Hombre Nuevo ha renacido como hombre sabio y creador.
El hombre verde y el pozo de la sabiduría
El Hombre Nuevo ha renacido como hombre sabio y creador.
El hombre verde y el pozo de la sabiduría
Ramon
de Perellós
Estas
pinturas son del siglo XVIII y tienen poco que ver con la religión católica.
Fueron posibles gracias a comendadores (una especie de gobernador de la zona)
de la Orden de Malta como Ramón de Perellós, que mantuvieron vivas unas
creencias que venían de muy lejos. Los
comendadores de Castellote fueron destacados miembros de esta Orden: Ramón de
Perellós llegó a ser Gran Maestre (la máxima autoridad de la Orden) después de
su paso por el Maestrazgo turolense; Manuel de Sada y Antillón, comendador en
la primera mitad del siglo XVIII, fue Gran Capellán de Amposta (máxima
autoridad de la Orden en la Corona de Aragón). Algo especial debía haber en
estas tierras cuando la Orden de Malta ponía al frente a personajes tan
relevantes.
En Mas de las
Matas, otro municipio del Maestrazgo, se celebra cada año la fiesta del
"Regreso del Comendador". Tiene lugar en torno al equinoccio de septiembre, lo que coincide con la
orientación E-W de la iglesia de Bordón. Se trata de honrar la memoria de una
serie de mandatarios de los siglos XVII y XVIII que hicieron mucho bien por las
gentes del Maestrazgo y que han dejado un grato recuerdo en la memoria
colectiva. Otro elemento que llama la atención es que la música (lo mismo que
en Bordón) tiene un papel central en toda la fiesta: se hace una misa cantada
así como recitales de música polifónica del Renacimiento y del Barroco. Una
"Misa del Comendador" fue compuesta para ser cantada por el padre
Jesús Mª Muneta, y la suele interpretar la Polifónica Alcañizana.
El enigmático personaje Ramon de Perellós fue Gran Maestre de la Orden de Malta y comendador de estas tierras de Teruel.
El enigmático personaje Ramon de Perellós fue Gran Maestre de la Orden de Malta y comendador de estas tierras de Teruel.
La Orden de
san Juan de Jerusalén o de Malta fue contemporánea de los templarios. Recogió muchas de las
posesiones de la Orden del Temple cuando ésta fue disuelta; en ese momento,
muchos templarios se hicieron sanjuanistas, llevando con ellos todas sus
creencias y sabiduría. La Cruz de Malta es muy parecida a la templaria de 8
beatitudes. Como los templarios, los caballeros de Malta sólo obedecen al Papa.
Volviendo a
nuestro personaje comendador Ramón de Perellós, vale la pena detenerse en su
biografía:
Ramón de
Perellós y Rocafull nació en 1635 en Valencia, hijo segundo de una familia
noble, como Ramón Rabasa y Rocafull. Por razones no explicadas, compró el
apellido 'Perellós', perteneciente a un linaje occitano extinguido
(Languedoc-Roussillón, actual sur de Francia), y cambió su nombre. Los Perellós
habían defendido a los cátaros en el siglo XIII y uno de sus miembros dijo
haber descendido al purgatorio en el siglo XIV tal como dejó reflejado en un
libro. Las posesiones de esta familia encierran grandes misterios, pues se
encuentran en la zona de Rennes-le-Chateau; el cura Ramon Berenguer Souñer
pronunció la enigmática frase: “Todo lo que buscáis en Rennes
le-Chateau lo encontraréis en Perellós”. Están prohibidas las excavaciones en
torno el término municipal de Perellós. El notario general de la Corona de
Aragón, Courtade, en 1632 había escrito que “en los terrenos de los Perellós se
conoce la existencia de una Tumba Real o Sagrada”.
En una de las capillas de la iglesia de Bordón encontraremos dos grupos de peras, el escudo nobiliario de los Perellós.
En una de las capillas de la iglesia de Bordón encontraremos dos grupos de peras, el escudo nobiliario de los Perellós.
El apellido
no suponía ningún privilegio económico, tan sólo el derecho a ser enterrado en
la cripta de la iglesia de San Miguel, en el pueblo de Perellós, territorio que
perteneció a la Corona de Aragón. En 1697 Ramón de Perellós fue nombrado Gran
Maestre de la Orden de Malta y soberano de esta isla y todas sus posesiones en
el resto de Europa, antiguas encomiendas templarias. Nuestro personaje
pertenecía a esta Orden desde los 17 años.
En el templo
de Bordón, en una de sus capillas, aparece en dos ocasiones un escudo con 3
peras: es el escudo de los Perellós, en recuerdo de uno de los comendadores que
dejaron una huella imborrable en la comarca.