Santa María de l’Estany
Un poco de Historia
El monasterio se ubica en la localidad de l’Estany (estanque), que debe su nombre a que se encuentra en un valle rodeado de altas montañas que hacían confluir sus aguas a un estanque. La abundancia de agua está en el origen de la fertilidad de estas tierras. En el siglo X este valle ya se conocía como ‘Stango’ o ‘Stanio’. Pero era también un foco de enfermedades (mosquitos, fiebres…). Finalmente se hicieron obras en 1554 y aún más tarde en 1735, para que el agua se filtrara y el estanque desapareció. Esta es una obra de ingeniería de gran envergadura, no habitual para la época, lo que revela un nivel de agricultura muy competitiva. Tiene aún más valor por el hecho de que su impulsor -el monasterio- estaba ya en una fase clara de decadencia y con una capacidad económica ya muy mermada.
Ubicación de Santa María de l'Estany. Fuente: Guía Michelin |
La primera congregación religiosa data del siglo XI, aunque está documentada una iglesia un siglo antes. Fue un grupo de monjes de la Orden de San Agustín, procedentes de Vic, el que se instaló en L’Estany. El nuevo monasterio recibió grandes donaciones de tierras que se extendían por todo el territorio cristiano de la actual Catalunya. A la vez, Santa María de l’Estany creó varias filiales durante los siglos XII y XIII. Los años finales del siglo XI conocen el enfrentamiento entre los señores de Gurb y el obispo de Vic por el dominio de estas tierras; finalmente, el obispo será el vencedor, con el pase de l'Estany a la iglesia de Vic.
El monasterio fue ampliado en el siglo XII. Una nueva iglesia era consagrada en el 1133. Santa María del l’Estany tuvo la categoría de abadía a partir de 1264 y llegó a contar con más de 30 personas en las décadas siguientes: 12 canónicos, 14 sacerdotes y entre 10 y 12 sirvientes. Una 20 parroquias dependían de l’Estany. El abad del monasterio era miembro del cabildo catedralicio de Vic y sustituía a su obispo en su ausencia en algunas celebraciones; asimismo, asistía a las Cortes de Catalunya.
La iglesia del monasterio |
Santa María de l’Estany fue un foco partidario de la reforma gregoriana que se produjo a partir del siglo XI, frente a un sector mayoritario del clero del obispado de Vic que no quería cambio alguno. La reforma gregoriana buscaba el reforzamiento de la autoridad del Papa, que se convertiría así en el personaje político-religioso más importante de Occidente. Para ello, el Vaticano planteaba liquidar la injerencia de los poderes laicos en el nombramiento de cargos eclesiásticos, así como limitar la corrupción en que había caído la Iglesia (simonía o compra/venta de cargos eclesiásticos, vida lujuriosa y corrupta del clero…). Una de las consecuencias de la reforma fue la implantación del rito romano frente al llamado rito mozárabe en la Península y en la difusión de canto gregoriano.
Santa María de l’Estany es uno de los mejores ejemplos del románico catalán, sobresaliendo su magnífico claustro y los capiteles exteriores del ábside. La construcción del claustro duró desde mediados del siglo XII a finales del XIII. En la actualidad, quedan del primitivo edifico románico la iglesia, la abadía y el claustro.
Tras el asalto del monasterio por parte de los campesinos de la vecina Oló, los monjes tuvieron que huir y no volvieron hasta 1436, 41 años más tarde, con un intervalo entre 1410 y 1420 tras el que tuvieron que abandonar otra vez el monasterio al estallar nuevas discordias.
A partir del siglo XV se intentó rehacer la vida monástica, pero ya no se alcanzaría el nivel de los siglos anteriores, pues el edificio estaba ruinoso y la administración de los monjes era muy deficiente. A lo que se añadió un terremoto en 1448 que destruyó parte de la iglesia. A partir de 1450 habitaban el monasterio tan sólo 8 canónigos y algunos beneficiarios; en 1542 los canónigos eran 4 y el monasterio amenazaba ruina (no obstante, en ningún momento de su historia, ni aún en los más gloriosos, el número de canónigos fue superior a 12).
Finalmente, el monasterio fue secularizado en 1592, cuando se convirtió en una colegiata. Fue una orden del Papa a instancias del monarca Felipe II, quien había liquidado todas las canónicas agustinianas de España. En 1775 pasó a ser la parroquia del pueblo, a donde iban los sacerdotes recién ordenados, lo que era propio de las parroquias de menor nivel.
A partir del siglo XV se intentó rehacer la vida monástica, pero ya no se alcanzaría el nivel de los siglos anteriores, pues el edificio estaba ruinoso y la administración de los monjes era muy deficiente. A lo que se añadió un terremoto en 1448 que destruyó parte de la iglesia. A partir de 1450 habitaban el monasterio tan sólo 8 canónigos y algunos beneficiarios; en 1542 los canónigos eran 4 y el monasterio amenazaba ruina (no obstante, en ningún momento de su historia, ni aún en los más gloriosos, el número de canónigos fue superior a 12).
Finalmente, el monasterio fue secularizado en 1592, cuando se convirtió en una colegiata. Fue una orden del Papa a instancias del monarca Felipe II, quien había liquidado todas las canónicas agustinianas de España. En 1775 pasó a ser la parroquia del pueblo, a donde iban los sacerdotes recién ordenados, lo que era propio de las parroquias de menor nivel.
La población de l’Estany era de 25 familias en el siglo XIII, mientras que la crisis del siglo XIV redujo a 11 familias en 1380, para pasar a sólo 7 en 1553. A partir del siglo XVII, con la recuperación económica, la población ya era de 53 casas en 1689 y 81 casas en 1782. En 1860 se contaban 596 habitantes. A comienzos del siglo XX había 131 casas con 440 habitantes de hecho y 452 de derecho. En la actualidad, la población es de unas 400 personas.
El interior de la iglesia |
La mitra abacial
En el Museo de Vic se guarda una mitra de uno de los abades de l’Estany, uno de los pocos ejemplos que podemos contemplar de mitras abaciales góticas.
Data del siglo XIV y tiene unas dimensiones de 28,5 x 30 cm. Su factura es de procedencia europea (quizá inglesa o francesa). Como curiosidad, uno de sus elementos decorativos es una cruz gamada (símbolo pagano del sol).
La mitra abacial que se conserva en el Museo de Vic. Foto: Museu de Vic |