Románico de Logroño y alrededores

Navarrete

La localidad de Navarrete se sitúa a unos 12 km de Logroño. Fue fundada en el siglo XII como parte de la infraestructura del Camino de Santiago, en el tramo que va de Logroño a Nájera. Siendo ésta tierra de frontera con la España musulmana, Navarrete fue amurallado a partir de 1170 como punto de defensa en torno al Ebro. Los fueros de 1192 facilitarían el asentamiento de nueva población.

Parece que la zona fue habitada desde muy antiguo, pues se han encontrados restos de cerámica de la Edad del Bronce.


Los restos de la portada de la antigua iglesia de San Juan de Acre y dos ventanales forman hoy parte de los muros del cementerio. 


Los restos de la portada de la antigua iglesia de San Juan de Acre y dos ventanales forman hoy parte de los muros del cementerio. La fundación del monasterio de San Juan de Acre en Navarrete tiene lugar a partir de 1185, y pronto pasaría a ser también hospital de peregrinos de la Orden de San Juan de Jerusalén. En San Juan de Acre, en Oriente Medio, se emplazó la sede de esta Orden (también conocida como Orden de Malta) construyendo un gran hospital, hasta que fueron expulsados por los ejércitos de Saladino.

Al esplendor de los siglos XIII y XIV sucedió la crisis del siglo XV, de la mano del declive del Camino de Santiago. El hospital llegó a tener entonces tan sólo 3 camas: “en 1568 tenía habitable su planta baja con tres camas para pobres y peregrinos”. La desamortización de Mendizábal del siglo XIX supuso la ruina total, de la que sólo se salvaron los restos que fueron trasladados en 1887 a los muros del actual cementerio.

Destacan en la portada un Cristo, un Dios Padre, un personaje en medio de la vegetación, un ángel, otro ángel con dos cabezas que tocan unas trompetas, dos ángeles abrazados, arpías y san Miguel y el dragón.  Mención aparte merece la lucha de dos caballeros, que representaría el enfrentamiento entre Roldán y el gigante Ferragut. Esta es una de las leyendas más conocidas del Camino de Santiago: el gigante musulmán era invencible salvo que alguien le atravesara el ombligo, momento que representa este capitel en el enfrentamiento que tuvieron ambos contendientes en Nájera, a unos kilómetros de aquí.


Detalle de las arquivoltas


  
Capiteles de la entrada


San Miguel y el dragón


En el ventanal de la izquierda desde el interior contemplaremos las luchas de caballeros y leones o de San Jorge y el dragón. En el cristianismo, el dragón se identifica con el diablo. Sin embargo, desde los sistemas de creencias precristianos la interpretación es mucho más compleja: el dragón o serpiente evoca el ciclo eterno del movimiento de todas las cosas, un movimiento en que no hay ni principio ni final, tal como nos indica la serpiente cuando se enrolla en círculo y que conocemos como ouroboros. La muerte del dragón supone nuestra inmersión plena en este ciclo eterno y en las leyes de la Naturaleza. Las historias de San Miguel o San Jorge son el reflejo y la cristianización (y, por lo tanto, de la negación) de toda esta corriente de pensamiento.

Para los árabes, comerse el corazón de un dragón volador nos otorga el don de la adivinación y la clarividencia. Un dragón es el guardíán, en el Jardín de las Espérides, de las Manzanas de Oro que proporcionan la inmortalidad y que finalmente Hércules pudo robar. Jasón vence al dragón y así llega a conquistar el Vellocino de Oro. También han de luchar contra su dragón particular Apolo, Cadmo (enseñó a los griegos el alfabeto, la agricultura y el trabajo de los metales) o Perseo. Sigfrido se enfrentó al dragón que guardaba el tesoro de los nibelungos, se bañó en su sangre para hacerse invulnerable, aunque no lo consiguió totalmente, pues una hoja de tilo dejó sin protección un pequeño trozo de su piel.


Escena que recuerda la actual "lucha leonesa". Representa una escena de lucha libre en la Rioja del siglo XII ó XIII.

Llamará nuestra atención la escena de lucha que recuerda la actual “lucha leonesa” y que seguramente representa una escena de lucha libre en la Rioja del siglo XII ó XIII. La lucha leonesa es el deporte más antiguo de España. Aún se practica en esa provincia castellana, aunque se ha perdido en otras zonas de España. Su origen estaría en las tribus celtas, astures y cántabras, que poblaban el norte y centro peninsular. También se le denomina “aluche”, que es un localismo cántabro y leonés que significa “lucha entre dos”. Es parecida a la lucha canaria o al sumo japonés. Su objetivo es hacer caer al rival.

En el ventanal de la derecha desde el interior aparecen luchas de hombres y dragones, una escena en que una fiera muerde a un cordero mientras que el pastor trata de impedirlo y otra escena en que un águila ataca a otro cordero sin que los pastores, comiendo y bebiendo, se den cuenta de ello.

Aparecen cruces patadas en el tímpanos de ambos ventanales.


San Jorge y el dragón



El ventanal de la derecha, con una cruz patada en el centro


Dos pastores comiendo y bebiendo mientras un águila ataca a un cordero




Una fiera muerde a un cordero y el pastor se defiende