EL DIOS-SOL DE TORRE DEL COMPTE (TERUEL)


El grabado


El grabado es un re-descubrimiento (ya era conocido en el pueblo) de mi amiga Emilia Carbó, vecina de Torre del Compte.

La datación y estudio de estos grabados en roca es siempre difícil. Se dibujan figuras en la Prehistoria, pero también en la Edad Media y en tiempos recientes los campesinos y pastores dejan sus muestras artísticas para la posteridad. No obstante, por las características que presenta el caso que nos ocupa, nos inclinamos por la Prehistoria por todos los motivos que exponemos a continuación.
 

El grabado. Las tres partes de su cuerpo miden lo mismo. Es el sol en el solsticio de invierno, que camina hacia el norte, es decir, que cada día saldrá más al norte.



Estamos ante la representación de un dios-sol, con una cabeza redonda mirando hacia el norte, un cuerpo triangular, dos piernas con sus pies y un largo pene. No tiene brazos. Comentaremos las siguientes características:


* longitud: 130 cm. La cabeza, el cuerpo triangular y las piernas miden aproximadamente lo mismo, alrededor de 40 cm, lo que no puede ser casual y, por contra, debe obedecer a algún criterio de medición ritual de la época en que se grabó. Señalemos que el investigador inglés Alexander Thom dice que todos los monumentos megalíticos de Inglaterra y muchos de España se han construido en base a unidad de medida que denomina yarda megalítica, que sería de 82,9 cm. Según ésto, en nuestro grabado estaríamos  hablando de unidades de 1/2 yarda megalítica (unos 40 cm.), y, en el conjunto del mismo, de 1,5 yardas aproximadamente. En el Matarraña hemos vistos otros tres grabados en los que se cumplen las condiciones de la yarda megalítica.

El equivalente en España es la vara castellana, de 83,59 cm, que es la medida de 3 pies de 27,86 cm cada uno.

* orientación: aproximadamente 120º, es decir, orientado a la salida del sol en el solsticio de invierno. Estamos hablando de la representación de un dios-sol en el momento en que el astro rey recupera su vigor y los días comienzan a hacerse más largos. Muchas culturas situaron en torno al solsticio de invierno el comienzo del año. El nacimiento de Jesucristo el 24 de diciembre no es más que la cristianización de una creencia que tiene su origen en la noche de los tiempos y está extendida por todo el mundo.

* datación: alrededor del 1.000 a.n.e., a finales de la Edad del Bronce. Por lo tanto, es producto de las tribus anteriores a la eclosión de la cultura íbera.

* nivel energético máximo en la roca: 22.000 uB, lo que la convierte en una roca sagrada. El descubrimiento del grabado se debe precisamente a que Emilia Carbó “se encontraba a gusto” en esta roca y acudía con asiduidad a ella.

A destacar también que parte del trazo de la cabeza redonda se ha borrado en su lado izquierdo debido a que ha sido desgastado por el trasiego de personas y animales por el camino que cruza el lugar.

El grabado nos presenta un personaje que está caminando hacia el norte, lo mismo que hará el sol a partir del solsticio de invierno, pues su salida la hace cada día en posiciones más septentrionales. Es un dios-sol, en el que el astro rey está representado por una gran cabeza redonda. Es un ser masculino, como lo indica su pene considerables dimensiones; esto nos revela que en la sociedad se ha producido un hecho de gran calado: el paso de la sociedad matriarcal a la sociedad patriarcal.

Dibujo del grabado.