Castillo de Miravet (Tarragona)



Descripción del castillo



El castillo de Miravet es una edificación románica tardía, como lo demuestran las bóvedas de cañón, ligeramente apuntadas.


Plano de castillo


Está dividido en dos recintos: el inferior o ‘jussà’, que data del siglo IX-XI, y el superior o ‘sobirà’, construido en el siglo XII. El recinto inferior tiene tres niveles escalonados y una superficie de más de 12.000 m2. El recinto superior está formado por una estructura pentagonal que recuerda a la constelación de Virgo, con unos 2.500 m2, tiene como centro el patio de armas, en torno al que se disponen las distintas dependencias, como si fuera un monasterio cisterciense en el que el patio de armas hace las veces de claustro.


El recinto inferior

La plataforma inferior “es la antesala del castillo en sí (el recinto ‘sobirà’) y probablemente tiene su origen en el albacar, o cerrado, de época musulmana. Cubrir con un muro toda la superficie de la colina era una manera de impedir cualquier asalto organizado sobre el recinto ‘sobirà’; además el cerrado servía de refugio para las gentes del pueblo y su ganado durante los tiempos difíciles” (1).  En la plataforma inferior destacaremos las caballerizas, aunque no está claro su uso en época templaria, en que servía probablemente de almacén y granero. También podemos apreciar un gran aljibe. Una serie de dependencias no han llegado hasta nosotros al estar construidas en madera.


Las caballerizas

En la plataforma inferior se ubicaba una pequeña iglesia dedicada a San Miguel –un santo templario- en el lugar que hoy ocupa la oficina de información. Ha desaparecido totalmente. Seguramente serviría de lugar de culto a las gentes que residían en esta parte del castillo y a las que pudieran refugiarse en él.


La plataforma inferior tenía una iglesia dedicada a San Miguel, hoy desaparecida

La plataforma superior “es el castillo en sí y el reducto principal de defensa. Su construcción se estructura en torno de un patio en el que se levantaron las edificaciones anexas, de manera que éstas forman un bastión prácticamente monolítico e inexpugnable. Es una solución defensiva que se observa en muchos castillos de Tierra Santa” (1). El único acceso a la plataforma superior es a través de una entrada en la que se alojaba el cuerpo de guardia; enfrente encontraremos una gran cisterna que acumulaba el agua de las lluvias. También destacaremos la cocina: “los templarios, a diferencia de otras órdenes religiosas, tenían licencia para comer carne tres veces a la semana, y la dieta que hacían iba en consonancia con su función guerrera. Aquí se preparaba la comida para los caballeros, los sargentos y el personal adscrito al castillo, como los criados o los esclavos” (1). El refectorio  o comedor común “cubierto con una bóveda de cañón apuntada, fue con toda seguridad utilizado como tal durante el periodo templario. Se parece mucho a otras estancias destinadas al mismo uso, tanto de algunos castillo de Tierra Santa como de los cercanos de Monzón o Peñíscola, los dos también templarios. Durante las comidas era norma que un clérigo leyera textos piadosos (1).


El refectorio era el lugar donde los monjes templarios comían



Puerta de entrada al recinto superior, con el cuerpo de guardia a la derecha y el aljibe a la izquierda

Debajo de la iglesia se encuentran el granero, la bodega y el almacén. Es la zona energética más alta de toda la colina y por ello no es extraño que ubiquen aquí estas dependencias, pues la alta energía conserva mejor los elementos orgánicos debido a que dificulta la acción de virus y bacterias. “La alimentación en la edad media tenía una fuerte base cerealística, y por eso en todo castillo había una construcción dedicada exclusivamente a la protección del grano, ya fuera de las inclemencias del tiempo o de las animales. Normalmente este grano provenía de las tierras de la señoría del castillo. Los silos eran especialmente útiles en caso de asedio, en que se procuraba acumular una gran cantidad de provisiones” (1). En el almacén se guardaban “las rentas que la señoría de Miravet percibía entre los campesinos de su término, posiblemente alimentos saldos. También, como el granero y la bodega, el almacén está cubierto por un bóveda de cañón de medio punto” (1). La bodega “debería contener botas y lagares destinados para el vino, que en la edad media era un complemento dietético inestimable. Hay restos de una prensa andalusí” (1); en el siglo XVII la bodega sirvió de prisión.

En la parte superior, la iglesia está precedida de una galería. “Antiguamente, a semejanza de otras fortificaciones, a esta galería se accedía desde el patio a través de una escalinata de madera que se podía desmontar para facilitar la defensa de la planta noble desde estaba la iglesia. La galería servía de pequeño claustro y aportaba iluminación a la entrada al templo. Es un recurso típico de algunos castillos templarios catalanes y también de Tierra Santa” (1).


Patio de armas. Al fondo, la galería que precede a la iglesia

La iglesia “estaba dotada de ricos elementos litúrgicos; pero, en lo referente a la decoración, la regla prescribía que ésta tenía que ser muy austera. Posteriormente, fue santuario consagrado a la Madre de Dios de Gracia, con un altar mayor hoy desaparecido. De planta basilical, la nave está cubierta con bóveda de cañón ligeramente apuntada. En el ábside, semicircular, está la sacristía y el acceso a un estrecho pasadizo que llevaba a la Torre del tesoro, prácticamente derruida. Desde los pies de la iglesia se accede, por una escalera de caracol, a la terraza” (1).


Restos de los capiteles de las dos columnas del ábside

Escaleras de caracol , de la época templaria, que conducen a la terraza


Sobre la iglesia se ubicaba el Palacio del Comendador y el dormitorio de los monjes, que no se pueden visitar. Insistimos en que esta zona es la de mayor nivel energético y, por lo tanto, la más saludable para el ser humano.

La Torre del Tesoro, como su nombre indica, contenía el archivo de los documentos templarios y el tesoro. También es remarcable la Torre de la Sangre porque se cree que en ella fueron asesinados en 1308 los últimos 6 caballeros templarios que se resistían a las tropas reales.


En el pueblo podemos visitar los antiguos muelles templarios sobre el río Ebro


El ara del altar

Se conserva el ara del altar de la iglesia del castillo. Es la única ara genuinamente templaria que ha llegado hasta nosotros. Esto ha sido posible porque el ara fue trasladada a la antigua iglesia del pueblo (que se levantó cristianizando la mezquita musulmana) en 1745, para evitar que desapareciera del castillo, pues, ya prácticamente abandonado, era víctima de saqueos continuos.



En la antigua iglesia del pueblo está el único altar templario que se conserva. Está cargada de simbolismo, con sus 5 patas de diferentes formas y significado.
También en la iglesia del pueblo se exponen diversas pinturas encontradas en los trabajos de adecuación del castillo



NOTAS

(1) folleto informativo del Museu d’Història de Catalunya