Románico del Pallars Sobirà (Lleida)
Isil, iglesia de Sant Joan
La iglesia se menciona por vez primera en 1095. Es de tres naves y tres ábsides. La portada principal es de finales del siglo XII. Posiblemente fue un monasterio templario. Originariamente sería un templo visigótico. En vasco, “isil” quiere decir “silencio”.
Iglesia de Sant Joan
En la fachada principal encontraremos las figuras de una pareja que ha sido identificada como Adán y Eva, pero la inscripción “Arnal y Piker” parece desmentirlo; seguramente se refiere a los donantes del templo.
El conjunto iconográfico de la fachada es muy rico. Además de la pareja citada, veremos reptiles, aves, peces, cabezas humanas…
La orientación del templo es de 108º.
La fachada. Parejas
La fachada. Caras
La fachada. Personaje
La fachada. El dios Jano, que mira al pasado y al futuro.
La fachada. Personaje monstruoso
La fachada. Bóvido lamiéndose
La fachada. Personaje burlón
La fachada. Personaje que se tapa (o se toca) los genitales (¿Adán?)
La fachada. Otro personaje que se tapa (o se toca) los genitales y personaje cornudo a modo del dios celta Cernunnos, relacionado con la fertilidad.
La fachada. Otro personaje que se tapa (o se toca) los genitales y pez (¿Piscis?)
La fachada. Otro personaje que se tapa (o se toca) los genitales y pez (¿Piscis?)
La fachada. De nuevo el dios celta Cernunnos.
Capiteles de la portada
Capiteles de la portada
Las fallas de Isil
Es una celebración del solsticio de verano que debe tener su origen en la Prehistoria. En la noche de San Juan, el 24 de junio, decenas de jóvenes portando grandes antorchas descienden desde la montaña hasta el pueblo. Han encendido el fuego antes de que el sol se ponga, por lo que rito significa que el fuego les viene directamente del astro rey. En el pueblo les esperan las muchachas y los niños. Las muchachas (tradicionalmente eran las muchachas solteras) ofrecen a los jóvenes falleros un vaso de vino, coca y un ramo de flores (simbolizando la fuerza y la fertilidad)
Se dirigen hacia la iglesia de Sant Joan, donde hacen tres cruces a la entrada en memoria de los antiguos “falleros” y para conjurar a los malos espíritus para que la suerte acompañe a las gentes de estos lugares. A continuación, recorren el pueblo y depositan las antorchas (fallas) en la Plaza Mayor. El baile tradicional ameniza la fiesta hasta la madrugada. El último baile tradicional es el de la Bolangera, que inician sólo las mujeres y poco a poco van dando entrada a los hombres.
Las fallas de Isis son una celebración del solsticio de verano.
Foto: AraLleida
Cuando la ganadería era una actividad importante, esta fecha marcaba la salida anual del ganado hacia la montaña, buscando pastos más frescos.
El acto de bajar la “falla” del monte era un rito de iniciación. Los “falleros” eran jóvenes que, a partir de ese momento, serían aceptados en el mundo de los adultos y gozarían de un cierto prestigio social, pues han bajado el fuego del sol desde la montaña hasta el pueblo para que este astro (que a partir de este momento inicia un ciclo descendente) nunca deje de alumbrar a las gentes.
Las muchachas, agrupadas en un corro, interpretan una canción que está llena de referencias hacia el otro sexo:
-> que n’hi ha de guapos pins i a la vileta d’Isil n’hi ha de guapos fadrins. (hay pinos guapos y a la villa de Isil hay muchachos guapos)
-> Qui la’n collirà la rosa lo matí de Sant Joan (quién cogerá la rosa la mañana de san Juan)
-> Sortiu, sortiu els casats / i poseu-se a ballar / juntament amb la muller ballant tots plegats. (salid, salid los casados y ponéos a bailar junto con la mujer todos juntos).
La hoguera con las fallas bajadas de la montaña.
Foto: valldaneu.com