San Benito de Orante


Un poco de Historia

La palabra “Orante” deriva de “oros”, montaña, como muchos otros nombres y topónimos del Alto Aragón. El nombre de santa Orosia, patrona de Jaca y su diócesis, tiene el mismo origen.


La ermita de San Benito de Orante. La palabra “Orante” deriva de “oros”, montaña.


La ermita de San Benito está situada sobre un cerro con un gran dominio visual. Desde aquí se pueden divisar hasta 42 pueblos y lugares, incluyendo a la ermita de San Benito de Erata y, como escribió Pascual Madoz, “en días claros, hasta el monasterio de Leyre en Navarra”. La población de Orante está entre Jaca y Sabiñánigo, en la provincia de Huesca. Coordenadas de la ermita: 42º32'57,10'' N 0º27'53,19'' W.

San Benito de Orante data del siglo XI. Como sucede habitualmente, está asentada sobre un lugar de culto que tiene su origen en la Prehistoria, hace miles de años. Por la zona se han encontrado restos arqueológicos de la Edad del Bronce, de comienzos del primer milenio a.n.e.

Su fundación como templo benedictino tiene que ver con el rey Sancho Garcés, quien, aconsejado por el abad Oliva, instaló a los benedictinos en su reino para acabar con el paganismos de estas tierras y poner orden en los distintos centros religiosos. De esta forma, los monjes de la Orden de San Benito fueron quienes evangelizaron estas montañas y organizaron la vida de sus gentes. Orante se convirtió en un lugar de paso del antiguo Camino de Santiago que entraba en España por el Portalet y cruzaba el Alto Gállego.


El reino de Pamplona a la muerte de Sancho III el Mayor (1035) (Mapa: Atlas de Navarra Geografía e Historia; autor: Miguillen)


Con Sancho Garcés III el Mayor o el Grande (992-1035) el Reino de Pamplona, que comprendía el Condado de Aragón, alcanzó su máximo esplendor. Tuvo a su favor que su reinado coincidió con la crisis del califato de Córdoba, que conduciría a su desmembración en los reinos de Taifas. Mantuvo buenas relaciones con sus vecinos castellanos.

El abad Oliva (971-1046) fue quizá el personaje de más altura intelectual de su tiempo. Le unió una gran amistad con Sancho Garcés III. Monje benedictino, hizo del monasterio  de Ripoll (Girona) el centro de traducción al latín más importante de Europa de las obras escritas en árabe y en griego, dotándolo, además, de una de las mayores bibliotecas  conocidas en la época.


Orante, entre Jaca y Sabiñánigo (mapa: Viamichelin)


Sancho Garcés dio en testamento el pueblo de Orante y su ermita al Monasterio de San Juan de la Peña en 1080: “in Orante ecclesiam Sancti Jacobi cum domibus et cum omni suo termin; et in graçanopili, casas cum terris et vineis; et in Borres et in Larres, terras et vineis; …et illo malquelo de Nanauasse, et illas casas  de Orante.”

En 1397 Martín I incorporó Orante a Jaca, con lo que Orante se convirtió en lugar de realengo (dependiente del rey). Esta situación duraría hasta la Desamortización de Mendizábal en el siglo XIX. 

En 1495 tenía un fuego (equivale a 5 habitantes). Los censos de  1857 y de 1900 cuentan 31 habitantes. En el siglo XX se  produce la despoblación, al igual que en todo el mundo rural. En la actualidad son 5 los vecinos.

El núcleo urbano de Orante es lógicamente muy reducido. De la Casa Teixidor, con dos relojes de sol, nos habla la copa: 

“Cuatro casas tiene Orante, y cinco con la Abadía,
en todas tienen reloj para tocar a mediodía
y en casa Teixidor dos para mayor fantasía”