Románico de la Sierra de Codés, Navarra



Aguilar de Codés. Ermita de San Bartolomé



Un poco de Historia: una posición estratégica con asiento en Cortes

Aguilar conserva restos de una calzada romana. También, algunas estelas funerarias que se pueden contemplar hoy en el Museo de Navarra.

La villa de Aguilar se fundó con posterioridad a la construcción de la ermita. Fue fundada y fortificada en 1219 por Sancho VII el Fuerte. Este monarca, que medía algo más de 2 metros (por eso le llamaban "el fuerte"), participó como rey de Navarra en la batalla de las Navas de Tolosa, 1212. En el actual trazado del pueblo aún puede verse los restos del Aguilar medieval, como recinto rectangular amurallado y con dos calles paralelas.

En el ayuntamiento se conserva una copia de un documento de 1269 en el que el rey Teobaldo II concede a Aguilar el título de "buena villa y franca". También le concedió el Fuero de Viana. La población tenía asiento en las Cortes de Navarra, dada su posición estratégica. Teobaldo II fue un gran gestor: mejoró la administración navarra, hizo el primer censo de población (30.000 fuegos = 150.000 habitantes aprox.) y participó, aunque con poco éxito, en la Cruzada -acompañando al rey francés- que le llevó a Túnez con el fin de contrarrestar la influencia comercial de la Corona de Aragón en la zona. 

De la importancia estratégica de Aguilar nos da cuenta el hecho de que los monarcas navarros se cuidaran de repoblarla en varias ocasiones. En 1271 se trasladó a Aguilar a la población de la aldea de Río; en el siglo XIV había sufrido una fuerte despoblación, por lo que el monarca dio facilidades para quien quisiera ir a virvir a esta localidad.

El nombre de "Aguilar" (lugar de águilas) puede hacer referencia, según Caro Baroja, a un lugar alto. En 1269 aparece denominada como "Aguilar de iuso Maraynon" (Aguilar de Bajo Marañón), por su proximidad al pueblo de Marañón, que está en un llano. Pocos años después, en 1273, ya se le denomina "Aguilar" simplemente.


Portada de la iglesia



El templo: una lápìda funeraria del 1185

La ermita de San Bartolomé debió pertenecer a un complejo monacal más amplio, del que hoy es su único vestigio. Se ubica en un canal secundario del camino de Santiago. Posiblemente perteneció al cercano  monasterio de San Jorge de Azuelo. Poco más se conoce de su origen. La ermita data de mediados del siglo XI o comienzos del XII. La portada sur puede ser de finales del siglo XII. Del siglo XIV dataría la restauración de las bóvedas de la nave. El templo mide en el exterior 17.50 x 9.30 metros. Es de nave única.

En el ábside encontraremos una lápida funeraria en la que aparece la fecha de M CC XX III, que corresponde a 1185. El texto es el siguiente:  ERA M CC XX III / (HI)C REQ(U)IESCIT ARNALD(US) Q(U)I FUIT / (PRES)BITER (ET) ARCHID(IA)C(O)N(US) EX P(RO)VI(N)CIE EN / (G)OLISM(EN)CIS ADDUCTUS DIE K(A)TEDRA S(AN)C(T)I / (PETRI) ET SEPULT(US) IUXTA EV(AN)GIL(IU)M. Que se traduce: "Era de 1223 (año 1185) Aquí descansa Arnaldo, que fue presbítero y archidiácono de la provinicia de Angulema, muerto el día de la Cátedra de San Pedro y enterrado junto al Evangelio". Hace referencia a un tal Arnaldo Ponchat, que aparece en algún documento "sacrista, engolismensis ecclesie canonicis" en 1173.


Inscripción de la lápida funeraria (foto: romanicoaragones.com)




La portada: un tímpano con tres inscripciones

La portada es de una sola arquivolta. Presenta un  crismón sostenido por dos ángeles y presidido por un Agnus Dei. Tres inscripciones en el tímpano:

->  "Dignus est Agnus qui occisus est, accipere virtutem, et divinitatem, et sapientiam, et fortitudinem, et honorem, et gloriam, et benedictionem"  Digno es el Cordero, que ha sido degollado, de recibir poder, la riqueza, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la bendición (Apocalipsis 5,12)

-> Agnus Dei (El Cordero de Dios)

-> "Introibo in domum tuam, Dómine, adorabo ad templum sanctum tuum, in timore tuo" Entro en tu morada y me posterno ante tu santo templo en tu temor, ¡oh Señor! (Salmo V, vers.8)

Los capiteles de la izquierda de la portada: dos monstruos con cabeza de gallo  y decoración vegetal. Los capiteles de la derecha: dos monstruos con cabeza de águila. Los modillones: leones devorando un cordero y dos bueyes.

Las figuras aparecen en parejas. El pensamiento dualista nos presenta la realidad como el enfrentamiento de dos elementos iguales, que se oponen y se complementan a la vez. Angelus Silesius (siglo XVII) dice: "Dos hombres hay en mí: uno quiere lo que Dios quiere; el otro, lo que quiere el mundo, el demonio y la muerte."  Anteriormente,  Tomás de Aquino señalaba: "duo sunt in homine" (dos [realidades] están en el hombre). 


Capiteles de la portada: dos monstruos enfrentados con cabeza de gallo


El origen de esta forma de entender el mundo está en el Neolítico, cuando se observa que, dentro de un ciclo anual y eterno, el sol brilla con todo su esplendor (solsticio verano) para luego decaer (solsticio invierno), la semilla muere para dar paso a la vida de una planta, se cree que la muerte es un renacer… la realidad se explica por la lucha de contrarios que a la vez que se oponen se identifican. El dualismo está recogido en los principios herméticos: "En el universo todo es dual, todo está sometido a polaridad, todo está sometido a sexo. Toda manifestación tiene dos polos en tensión y un tercero que justifica y contiene ambos en equilibrio".

El águila es el espíritu, pues está en las alturas. Aquí aparece con cola de reptil, pues "lo que está arriba está abajo". La piña es la raíz de las cosas, la semilla, y también nuestra glándula pineal, que tiene que ver con nuestro tercer ojo y que, para Descartes, era "el asiendo del alma". La espiral es el eterno movimiento sin comienzo ni fin.


Capiteles de la portada: dos leones devorando un animal. Posiblemente, la representación de la constelación de Leo.


Los leones pueden representar la constelación de Leo y los bueyes la de Tauro. La Estrella Aldebarán, de Tauro, es una de las estrellas con salida helíaca en verano, en fechas cercanas al solsticio, es decir, que se ve por unos momentos antes de que salga el sol. Esto sirve para marcar un calendario. En todas las culturas antiguas el toro representa al sol en unas ocasiones, y a la luna en otras. En cualquier caso, es el principio de la vida.

Los capiteles de la portada se atribuyen al maestro Esteban. Este Maestro de Obras trabajó en la catedral de Pamplona; venía de la de Santiago, donde es autor de la escultura de la Puerta de las Platerías. También trabajó en la Basílica de San Isidoro de León.

La orientación del templo es de 115º aproximadamente, es decir, a la salida del sol en el solsticio de invierno.


Capiteles de la portada: dos bueyes, que pueden representar la constelación de Tauro.




El culto a san Bartolomé es la cristianización del culto precristiano a la serpiente

San Bartolomé fue martirizado desollado vivo. Es la cristianización del culto pagano a la serpiente. La serpiente es un animal sagrado en los sistemas de creencias anteriores al cristianismo: vive en el seno de la Madre Tierra y como cambia de piel cada año se la asocia a la inmortalidad, pues se cree que nunca muere.


Portada. Presenta un  crismón sostenido por dos ángeles y presidido por un Agnus Dei. 


Con san Bartolomé, el cristianismo nos presenta un santo que quita su piel exterior (la piel del pecado) y se queda con su piel interior (la piel de la salvación). Así nos los cuenta un texto católico del siglo XVIII: "La prudencia de la serpiente consiste en desnudarse de la piel antigua, y en vestirse de la nueva. Esto es lo que hace la Serpiente; en lo que la imitan los Fieles Discípulos del Señor, por su Celestial consejo. Mucho más fue lo que hizo San Bartolomé; pues desnudándose de su antigua piel, no quiso vestirse de otra, por estar más pobre, y más desnudo por Christo." (Juan de Jesús María, De los misterios y de los santos más clásicos, 1718).

Miguel Ángel pintó su autorretrato en la Capilla Sixtina en la piel que lleva san Bartolomé en sus manos.