El proceso alquímico es un proceso de transformación personal

El proceso alquímico


El proceso alquímico es un proceso de transformación personal



Nacimiento de la alquimia en China y Próximo Oriente

Tenemos evidencias de prácticas alquímicas desde hace, por lo menos, 25 siglos. La alquimia nació en dos áreas de la Tierra, aparentemente sin ninguna conexión entre ellas: China y el Próximo Oriente. Tanto en China y como en la India tuvo un desarrollo impresionante, y también alcanzó un buen nivel en Corea y Japón. Más a occidente, la alquimia se originaría en Mesopotamia y de allí pasaría a Egipto para, más tarde, florecer en Grecia y Roma. 


La alquimia nació en dos áreas de la Tierra, aparentemente sin ninguna conexión entre ellas: China y el Próximo Oriente (Mesopotamia y Egipto).


La documentación más abundante de la Antigüedad que ha llegado hasta nuestros días proviene de Egipto, China y Grecia. Los llamados "papiros de Leiden" y los "papiros de Estocolmo", datados en el siglo III, describen las técnicas -que sólo los iniciados saben interpretar- que permiten llegar a la transmutación de los metales en oro y plata.

Durante toda la Edad Media tuvo la alquimia una gran importancia en Europa, pero particularmente a partir del Renacimiento conoció momentos de gran esplendor. El declive vino en el siglo XVIII, cuando se abren paso los conocimientos científicos modernos (tal como hoy entendemos la ciencia).


Durante toda la Edad Media tuvo la alquimia una gran importancia en Europa, pero particularmente a partir del Renacimiento conoció momentos de gran esplendor.




Todos los metales “maduran” y se convierten en oro

La alquimia parte de la idea de que el oro es como un fruto maduro de la Tierra, y que todos los minerales, con la maduración suficiente, se convierten con el tiempo en oro de una forma natural.  El oro sería el único metal que habría completado este ciclo vital en la Naturaleza; por eso es un metal perfecto y noble. La alquimia lo único que hace es acelerar ese proceso y obtener oro de una forma mucho más rápida, ayudando al trabajo de la naturaleza. Siguiendo este criterio general de "maduración" natural de los metales, tenemos el ejemplo de Antonio de Calancha hablando de la plata de Potosí, cuando creía que aún no había "madurado" lo suficiente como para poder ser extraída: "el metal cortado de peña en Potosí, si este año no es la ley, dentro de cuatro crece y tiene todos los quilates".

El alquimista, pues, es la persona que hace "madurar" a una serie de minerales hasta conseguir oro puro, símbolo de la perfección, lo incorruptible y lo inalterable. La creencia es que el Universo tiene una unidad fundamental, pues está compuesto de una única sustancia que explica la existencia de todas las cosas. De esta forma, es posible transformar cualquier elemento en otro superior, y así hasta completar la escala evolutiva llegando a alcanzar esa sustancia esencial. 


La alquimia parte de la idea de que el oro es como un fruto maduro de la Tierra, y que todos los minerales, con la maduración suficiente, se convierten con el tiempo en oro de una forma natural.


La simple obtención de metales (bronce, hierro...) apoyaba a la idea de que la transmutación hacia un metal superior -el oro- era posible. De hecho, los herreros, las personas que eran capaces de transformar minerales en metales (primero bronce, luego hierro) siempre han sido considerados como magos, pues, en la perspectiva de una mentalidad mágica, convertían elementos inferiores (minerales que se encontraban en la naturaleza) en elementos superiores (metales y objetos de uso común), e incluso se le hacía vivir fuera del espacio que ocupaba la tribu. El herrero fue el primer alquimista. "Una tradición notable (...) ilustra el doble poder del herrero, que es capaz, bien de armar al señor, bien de desarmarlo repentinamente. Queriendo dar un poder invencible a los dos sables del defensor del dominio, un herrero los bautizó con la sangre de sus propios hijos. En adelante, el señor empezó a triunfar en todos sus combates; pero cuando el herrero profería el nombre (Ming) de sus hijos, las dos hojas, escapando de las manos del guerrero, emprendían el vuelo en seguida y acudían a posarse respetuosamente sobre el pecho paterno. Así, el dueño de los secretos de los metales daba la sangre de su raza para garantizar el triunfo de la raza del señor, lo cual sería inconcebible si no participara en absoluto en el prestigio de la fundación patrimonial; pero, por otro lado, conserva el poder del nombre misterioso, del Ming de su propia línea ancestral. Esta singular independencia responde a una autonomía viviente del metal mágicamente preparado." (René Alleu, 'Encyclopedia Universalis' artículo 'Alquimia')


La simple obtención de metales (bronce, hierro...) apoyaba a la idea de que la transmutación hacia un metal superior -el oro- era posible.




El proceso alquímico: nigredo, albedo, rubedo

En todas las culturas, suelen ser el azufre y el mercurio las sustancias básicas de donde se inicia el proceso alquímico, con el fuego como elemento transformador. El material va cambiando de color, según el momento del proceso en que se encuentre. Primero el color es negro (nigredo), que corresponde a la putrefacción; luego es blanco (albedo), la purificación gracias al "fuego secreto"; finalmente, el rojo (rubedo) indica que hemos alcanzado el éxito. 

Los alquimistas han descrito este proceso de diversas maneras. Para los griegos, se trataba de las "ecuaciones alquímicas". La manera más habitual son los "árboles filosóficos", en los que las raíces son los elementos básicos y las hojas son la "piedra filosofal". El proceso alquímico dura varios meses, incluso años.


Primero el color es negro (nigredo), que corresponde a la putrefacción; luego es blanco (albedo), la purificación gracias al "fuego secreto"; finalmente, el rojo (rubedo) indica que hemos alcanzado el éxito. 


La práctica de la alquimia entra necesariamente en el terreno de la física y la química, de la astronomía/astrología y de la medicina. De esta forma, el desarrollo de la física, la química, la astronomía y la medicina modernas tienen una gran deuda con la alquimia y los alquimistas.




El proceso alquímico es un proceso de transformación personal

Pero no se trata sólo de la mera obtención de un metal; se quiere el oro para transformar a la persona, alcanzar la vida eterna o, al menos, prolongar su vida mucho más allá de lo que es normal y, finalmente, adquirir a un nivel superior de conciencia. La finalidad de la alquimia es lo que en el Occidente medieval se acuñó como "piedra filosofal", que transmuta los metales en oro y a las personas en seres superiores. Hay una relación clara entre la alquimia china y el neotaoísmo, entre la alquimia india y el tantrismo, entre la alquimia occidental  y la prácticas de iniciación mistéricas. El alquimista ha de ser una persona con un alto nivel moral y espiritual, humilde, sabio y debe estar en armonía con el trabajo que realiza.


La finalidad de la alquimia es lo que en el Occidente medieval se acuñó como "piedra filosofal", que transmuta los metales en oro y a las personas en seres superiores.


Liber Platonis, alquimia árabe: "Las cosas se hacen perfectas por sus semejantes, y por eso el operador debe participar en la operación". Dorn: "Transformaos vosotros mismos de piedras muertas en piedras vivas". Morienus: "Pues esta sustancia (es decir, la que guarda el secreto divino) se extrae de vosotros, y vosotros sois su mineral (es decir, la materia bruta); ellos (los adeptos) la encuentran en vosotros y, para hablar más exactamente, la toman de vosotros". Gichtel: "No sólo recibimos un Alma nueva con esta regeneración, sino también un Cuerpo nuevo […]. Este Cuerpo es extraído del Verbo Divino o de la Shopia celeste l…. Es espiritual, más sutil que el Aire, semejante a los rayos del Sol, que penetran en todos los cuerpos, y tan diferente del cuerpo viejo como el Sol resplandeciente lo es de la oscura Tierra, y aun cuando esté en el cuerpo viejo, éste no puede concebirle, aun cuando a veces llegue a sentirle". Zósimo, siglos V-VI, habla del "hombre de plata, hombre de cobre, hombre de oro": “Este hombre de cobre que ves en la fuente ha cambiado de cuerpo y se ha convertido en hombre de plata. Algunos días más tarde le ves y es el hombre de oro”.


Gichtel: "No sólo recibimos un Alma nueva con esta regeneración, sino también un Cuerpo nuevo"




La alquimia es un proceso de iniciación

De hecho, el proceso alquímico es un proceso de iniciación. En la fase del nigredo el alquimista es devorado por los monstruos. Muere en la vida que lleva hasta ahora y renace a una nueva vida. Es el "descenso a los infiernos" del que hablan muchos textos alquímicos. Basilio Valentino: "Visita el interior de la Tierra, y con la purificación encontrarás la Piedra oculta". Es la destrucción o muerte de los principios alquímicos, representados por el Sol y la Luna. Cronos-Saturno es el Tiempo, que todo lo destruye; Saturno aparece a veces sosteniendo una balanza. La fase siguiente, el albedo o fase de "coagulación", es la "resurrección". 


Basilio Valentino: "Visita el interior de la Tierra, y con la purificación encontrarás la Piedra oculta".


En la tradición alquímica, esta muy clara esta relación con lo iniciático, lo místico, lo religioso. Georg von Welling: "nuestra intención no es solamente enseñar a fabricar oro, sino también algo más elevado: que la Naturaleza puede ser vista y reconocida partiendo de Dios, y Dios visto y reconocido en la Naturaleza". Oswald Croll: los alquimistas son "hombres santos que por la virtud de su espíritu deificado han gozado los primeros frutos de la Resurrección en esta vida misma y han captado un primer sabor del Reino Celeste".

El proceso alquímico es como un renacer, como un "regressus ad uterum". Carbonelli dice que hay la materia se ha de reducir a esperma. María la Profetisa sostiene que el proceso alquímico consiste "es una especie de matrix o uterus del cual ha de nacer el filius philosophorum, la Piedra milagrosa". Dorn: "el vaso es semejante a la obra de Dios en el vaso de la divina germinación". Paracelso: "el que quiere entrar en el Reino de Dios debe entrar primero con su cuerpo en su madre y morir allí" (...)  "entrar en su madre, que representa la prima materia, la masa confusa, el abyssus, para poder alcanzar la eternidad". John Pordage: "el lugar, la matrix y el centro de donde el tinte divino fluye como de su fuente y origen". Georg von Welling, siglo XVIII: "No puedo alcanzar el Reino de los Cielos si no nazco por segunda vez. Por eso deseo volver al seno de mi madre, para ser regenerado, y es lo que haré muy pronto". Michael Maier: "Delphinas, un filósofo desconocido, habla con mucha claridad, en su tratado Secretus Maximus, de la Madre, que debe por necesidad natural unirse a su hijo", en una especie de incesto. Rosenberg le da la forma de una unión sexual: "Beya montó sobre Gabricus y le encerró en su matriz, de forma que no quedó visible nada de él. Le abrazó con tanto amor que le absorbió por entero en su propia naturaleza…".


María la Profetisa sostiene que el proceso alquímico consiste "es una especie de matrix o uterus del cual ha de nacer el filius philosophorum, la Piedra milagrosa"




Alquimia y prácticas mistéricas

En las culturas occidentales, la alquimia está en íntima conexión con las prácticas mistéricas. Las religiones mistéricas exigen un período de iniciación en el nuevo adepto, a través de unos ritos que sólo los que profesan estas creencias pueden conocer. Quien revelaba tales secretos era castigado con la muerte. 


En Grecia tenemos los misterios eleusinos, los más importantes de las culturas occidentales de la Antigüedad.


Parece ser que el origen de las religiones mistéricas está en Egipto, con los cultos a Isis y Osiris. En Grecia tenemos los misterios eleusinos, los más importantes de las culturas occidentales de la Antigüedad. En la Edad Media, la alquimia va unida al hermetismo, al misticismo cristiano y a la cabalá judía. También en el islamismo de los primeros siglos, la alquimia tiene que ver con las escuelas místicas del hermetismo y el esoterismo. 



Alquimia y ciencia

La alquimia está en la base de grandes descubrimientos científicos. Los alquimistas chinos inventaron la pólvora. A los alquimistas griegos les debemos la destilación por alambique; el alambique se usó tal como lo inventaron los griegos hasta el siglo XIX. Los alquimistas hindúes destacaron en los conocimientos de medicina, pues, se decía, la alquimia hindú devuelve la salud a aquellos enfermos que estaban desahuciados y la juventud a los marchitos ancianos. 

A los árabes les debemos los ácidos clorhídrico, sulfúrico y nítrico, la sosa, la potasa y otros. Descubrieron también el agua regia, que podía disolver el oro. Son palabras de origen árabe "alambique" y "alcohol". Geber, alquimista musulmán, fue el creador de muchos aparatos de laboratorio. Rhazes, otro alquimista musulmán, recogió la herencia de la medicina griega e influyó grandemente en el desarrollo de la medicina islámica y europea. Inventó diversos remedios minerales utilizándolos como medicamentos. Escribió "El libro de los secretos", en el que describe diversas preparaciones químicas, como el ácido sulfúrico, el agua viva y otros. Es el descubridor del ácido slfúrico y del etanol. 

Roger Bacon dio que "sin experiencia, nada puede saberse a ciencia cierta” y que  "la matemática es la puerta y la llave de toda ciencia". En el campo de la óptica, Bacon estudió la naturalea de los cristales esféricos y la reflexión y refracción de la luz. En 'Opus Tertium', además de hablar de la alquimia, trata de las propiedades de los cuerpos químicos, lo que le convierte en uno de los padres de la química actual.

Arnau de Vilanova ha sido uno de los médicos más reconocidos en la historia de la medicina. 

Ramon Llull inventó la rosa de los vientos, el nocturlabio (instrumento para determinar la posición de una estrella) y el bicarbonato potásico.

Alberto Magno descubrió la composición química del cinabrio y del minio.

Paracelso crítica a la medicina tradicional y ello le convierte en el precursor de la medicina moderna, la homeopatía, la biología y la farmacología.