La alquimia en la Antigüedad
La alquimia china
El documento más antiguo sobre la alquimia es chino: hay textos alquímicos en el siglo III a.n.e. y está documentada la práctica de la alquimia en el siglo II a.n.e. Con un edicto del 144 a.n.e. el emperador condenaba a muerte "a los monederos falsos y falsificadores de oro", ya que se había comprobado que el "oro alquímico" no era oro de verdad.
La alquimia china tiene que ver con el neotaoísmo. El neotaoísmo es una corriente filosófica china que tuvo su momento de esplendor entre los siglos III y VI. El 'tao' o 'camino' es el principio de todas las cosas. «Existía antes del Cielo y de la Tierra». Quien observa el tao alcanza la inmortalidad, entendida ésta más bien como la plenitud de la conciencia. En este sentido, la alquimia es una herramienta para conseguirlo y muchos taoístas practicaron este arte.
Los alquimistas contemplan cinco elementos en la Naturaleza: agua, fuego, madera, metal y tierra. Estos cinco elementos se relacionan con las cinco notas de la escala musical china.
Una forma de alquimia llamada "neitan" se asocia a la acupuntura y a la moxibustión, prácticas medicinales que tienen que ver con el taoísmo. La acupuntura "es una práctica surgida de la medicina tradicional china (MTC) basada en la creencia no demostrada de que existen unas líneas de energía llamadas meridianos que cruzan el cuerpo, y que insertar agujas en lugares específicos a lo largo de estos meridianos sirve para tratar enfermedades. Está catalogada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) dentro de la medicina tradicional y complementaria" (Wikipedia). La moxibustión "es un tratamiento que forma parte de la medicina tradicional china. Utiliza las hojas pulverizadas, secadas y trituradas de la planta Artemisia abrotanum (abrótano) a la que se le da forma de cigarro denominado moxa (...). Los proveedores usualmente envejecen el abrótano y lo muelen hasta convertirlo en polvo; y los practicantes lo queman o lo procesan aún más en escamas que recuerdan a cigarros. A veces lo usan indirectamente, con agujas de acupuntura, y otras lo queman cerca de la piel del paciente." (Wikipedia).
Una forma de alquimia llamada "neitan" se asocia a la acupuntura y a la moxibustión, prácticas medicinales que tienen que ver con el taoísmo.
Tzu-Yen
Tzu-Yen (305-240 a.n.e.) está considerado como el padre de la alquimia china. Fue también quien sistematizó la teoría del yin-yang, que, no obstante, aunque es anterior a él, la conocemos tal como Tzu-Yen la estableció. La ley de oposición-identidad del yin y el yang es lo que explica el devenir de las cosas; es un ciclo, tal como el ciclo agrario, por ejemplo, en que todo acaba y vuelve a comenzar. De esta forma, es posible que cuando un hombre llega a la vejez puede volver a ser joven a través de las prácticas alquímicas.
El yang es un principio masculino. Se asocia con el "tao". El alquimista tiene como objetivo disminuir o eliminar el yin (principio femenino) y aumentar el yang. Cuanto mayor es el yang, mayor es la perfección. El oro alquímico, en la medida en que contiene más yang que el que nos ofrece la Naturaleza, es más perfecto que éste, de tal forma que el oro alquímico puede ser ingerido y así transmitir su perfección e inmortalidad a la persona que lo toma.
Tzu-Yen (305-240 a.n.e.) está considerado como el padre de la alquimia china. Fue también quien sistematizó la teoría del yin-yang
Ko Hung
Ko Hung (254-334) es el gran alquimista de China. Se cuenta que cuando se enteró de que en una región china abundaba el cinabrio pidió al emperador que le hiciera gobernador de la misma. En el camino, en determinado lugar, las autoridades no le dejaron pasar. Esto hizo que permaneciera varios años en el monte Lo Fu Shan, donde fabricó el elixir de la larga vida. Cuando murió, su cuerpo desapareció y ya nada más se supo; sólo se encontraron sus ropas.
Escribió el "Pao Pu Tsu", donde relata cómo llegó a la alquimia a través del libro 'Chin Tan Hsien Ching', un libro muy antiguo: "Mi maestro Cheng Hsuan era discípulo de Hsien Kung, quien le transmitió el volumen susodicho. Pero era pobre y no pudo obtener los materiales necesarios para la fabricación de las medicinas. Hacía mucho tiempo que yo estaba a su lado como estudiante-servidor cuando recibí los textos sagrados, después de haber prestado juramento; entonces erigí un altar en la montaña Ma Chi Shan. Asimismo me fueron transmitidos varios secretos oralmente. Han transcurrido ya veinte años desde que los recibí, pero a causa de mi extrema pobreza no he hecho otra cosa que gemir. Hay gentes muy ricas que han acumulado montañas de riquezas y que, sin embargo, ignoran que yo poseo el secreto de la inmortalidad, y que, incluso aunque les fuera revelado, se negarían a creerlo".
Ko Hung (254-334) es el gran alquimista de China.
Sobre la inmortalidad: "La oposición entre vida y muerte, o entre el comienzo y el fin, es, de hecho, sólo la expresión general de un fenómeno natural. Si se examina la cosa con más detalle, vemos que no existe forzosamente semejante oposición. En verdad, la diversidad de las cosas es infinita, y algunas de ellas son de la misma naturaleza, aun cuando parecen diferentes. No debería formularse nunca ninguna ley general. Las cosas que tiene un comienzo suelen tener asimismo un fin, pero esto no es una verdad universal. Se admite que todo crece en verano, y, sin embargo, el ajo y el trigo desaparecen en esa estación. Está admitido que todo se marchita en invierno, y, no obstante, bambúes y pinos florecen en dicha estación. Está admitido que todo debe tener un fin, si ha tenido un comienzo, pero el cielo y la tierra no tienen fin". Y que "si se lleva una generalización demasiado lejos, se termina siempre cayendo en el error, tal como esos diversos ejemplos han mostrado. Del mismo modo, no debemos asombrarnos de que los 'hsien' (los inmortales) no mueran como los demás hombres."
Ko Hung: "No debemos asombrarnos de que los 'hsien' (los inmortales) no mueran como los demás hombres."
A continuación, entra en una especie de diálogo socrático. Se pregunta: "Podemos admitir que los 'hsien' (los inmortales) difieren mucho de los hombres ordinarios, del mismo modo que el pino, que goza de una vida muy larga, difiere de las demás plantas. Así, la longevidad de los 'hsien', por ejemplo de Laotsé ¿no puede ser, acaso, sólo un don de la Naturaleza? No podemos creer que cualquier persona quiera aprender a beneficiarse de una extrema longevidad tal como ellos lo han hecho".
A lo que se responde: "Naturalmente, el pino pertenece a una especie diferente a la de los demás árboles. Pero en lo que concierne a Laotsé y los otros inmortales, se trata de seres humanos. Puesto que ellos han podido vivir durante mucho tiempo, lo mismo puede ocurrir en nuestro caso. Por ello poseo el arte de preparar el elixir de la larga vida que puede permitir a todo hombre gozar de una vida eterna".
Ko Hung: "Poseo el arte de preparar el elixir de la larga vida que puede permitir a todo hombre gozar de una vida eterna".
De nuevo se pregunta: "Si las medicinas que empleáis fueran de la misma sustancia que nuestro cuerpo, podrían ser eficaces, pero teniendo en cuenta que se trata de medicinas de un origen completamente diferente, nada puede convencerme de su eficacia".
Y se responde: "Por más que bebas un extracto de cabello y piel, ello no te curará de tu calvicie. Eso demuestra que una medicina de la misma naturaleza que tu cuerpo carece de efecto. Por el contrario, podemos curarnos mediante plantas. Esto es la prueba de que algo de una naturaleza diferente a nuestro cuerpo puede producir efectos medicinales sobre él. Así vemos que la eficacia de un medicamento es independiente del hecho de que sea o no de la misma naturaleza de nuestros órganos".
Sobre la fabricación del oro: "El cambio aparece por doquier en la Naturaleza. Numerosas sustancias se transforman en muchas otras, ¿porqué, pues el oro y la plata serían los únicos en no proceder de otras fuentes?"
El oro se obtiene mediante el 'hsuan huang' (color del cielo, color de la tierra): "Mezclad algunas docenas de libras de cada una de las nueve sustancias siguientes: 'hsuin', 'huang shui', etc".
Ko Hung: "Numerosas sustancias se transforman en muchas otras, ¿porqué, pues el oro y la plata serían los únicos en no proceder de otras fuentes?"
Poco o nada sabemos de esas nueve sustancias. Pero el profesor japonés Masumi Chikashige cree haberlas identificado. La primera sustancia sería el oropimente (mineral de sulfuro de arsénico); el segundo sería su extracto. Y volvamos a Ko Hung: "Se coloca una libra de ese mineral (el oropimente) en un cilindro de bambú; se añaden entonces dos onzas de salitre; se tamponan con paja los dos extremos del bambú, se lo sella con 'chi ku wan' (una sustancia no identificada) y se lo mantiene inmerso en auténtico vinagre a una profundidad de un metro. El contenido del cilindro se disuelve al cabo de veinte días". La tercera sustancia es el sulfato de cobre. La cuarta sustancia es la sal. La quinta sustancia es la sal de álcali o cloruro de amonio, obtenida por la calcinación de conchas. La sexta sustancia es el carbonato cálcio obtenido también por calcinación de conchas. La séptima sustancia es el talco. La octava es el plomo blanco o carbonato básico de plomo. Y la novena o 'Chih shih chich' es el óxido de hierro mezclado con sílice. Ko Hung habla de esta novena sustancia: "es de un color rojo melocotón, y se vuelve lustrosa cuando se la frota con la uña. La variedad cuya granulación es fina y que se adhiere a la lengua es la mejor calidad". Para el investigador japonés, esta novena sustancia es la clave de todo el proceso.
El preparado de todo este proceso dura 36 días. Se hace una pasta que se somete al calor. El estiércol de caballo mantiene bien la temperatura deseada. Después de los 36 días, se añaden unas 100 libras de mercurio y se vuelve a calentar todo. Finalmente, obtendremos el oro.
"En su juventud recibió una educación confuciana, pero más tarde se interesó en el culto taoísta de la inmortalidad física (xian). Su monumental obra, Baopuzi ("El que se aferra a la simplicidad"), se divide en dos partes. La primera parte, "Los 20 capítulos internos" (neipiano), analiza los estudios alquímicos de Ge. Ge da una receta para un elixir llamado cinabrio dorado y recomienda higiene sexual, dietas especiales y ejercicios de respiración y meditación. Incluso prescribe un método para caminar sobre el agua y para resucitar a los muertos." (Enciclopedia Británica).