Ireneo Filaleteo


Eireneus Philaletes ("amante de la verdad", en griego) o Ireneo Filaleteo, siglo XVII. No se conoce su identidad. Su obra influyó seriamente en científicos posteriores, como Newton, Locke, Leibniz y Boyle. 

En su libro "Sobre la metamorfosis de los metales":  “Hermes, de sobrenombre Trismegisto, ha sido introducido en la escena de los Filósofos como Padre de este Arte; los Autores muestran diversas opiniones sobre su identidad; no faltan quienes afirmen que fue Moisés; todos convienen al menos en que fue un filósofo perspicacísimo nacido en Egipto. Es llamado Padre de esta Filosofía, por ser el primero (cuyos libros nos han llegado) en tratar de la Filosofía. Sin embargo algunos arguyen que esta ciencia deriva de Enoc, el cual, previniendo el diluvio, escribió en unas tablillas las siete artes liberales (entre las cuales está la Química) y las dejó a la posteridad. Al entrar Hermes en el valle Hebrón encontró aquellas tablas que hoy se llaman Esmeraldinas y de allí extrajo su sabiduría. Otros defienden con energía que Noé poseyó este arte y lo llevó en su arca. No pocos se afanan en establecer el arte a partir de algunos lugares de las Escrituras, y escriben que Salomón la poseyó. Algunos la hacen remontar desde Adán mismo a Abel y luego a Set. A mí, que tengo intención de escribir sobre la simplicidad de la naturaleza, no me agradan estas sutilezas, pues no ilustran el Arte, sino más bien lo oscurecen, de manera que parece Fanático, y quienes así escriben sólo suministran un motivo de risa a los atrevidos Misoquímicos. [...] Bernardo Trevirensis (muy venerado por mí) es de gran candidez en este arte; también el inglés Ripleo, el francés Flamel, Sendivogio, autor de la Nueva Luz, el autor anónimo del Arcano Hermético, quien dio su nombre en un doble anagrama, spes mea est in agno en el libro titulado Enquiridión de la física restituida, y penes nos unda Tagi en su Arcano Hermético. No quiero dejar pasar aquí la Escala de los filósofos, el Rosario magno, la obra de Arnaldo, el Juego de niños, el opúsculo de Dionisio Zacarías, Egidio de Vadis, la obra de Morieno, los poemas de la Chrysopoeia de Augurelli, los cinco tratados del Rosario abreviado, la obra de Pedro Bueno Ferrarense; mi voluntad sería incluir todos los libros que están de acuerdo con los mencionados y excluir a los que están en contra”. 

Su obra influyó seriamente en científicos posteriores, como Newton, Locke, Leibniz y Boyle.


En otra obra, sobre la alquimia:  “La piedra de los filósofos es una cierta sustancia celeste, espiritual, penetrativa, fija, perfeccionadora de todos los metales en verdaderos oro y plata (según la cualidad de la medicina) expuestos a toda prueba; y ello por imitación de la Naturaleza y de sus operaciones, lo más aproximado que puede hacerse. El Arte Químico versa sobre esta sustancia, tratando el modo y manera de perfeccionarla”.