Las Cinco Villas, Zaragoza
Ejea de los Caballeros, iglesia de Santa María
Su origen se remonta a la conquista cristiana. Alfonso I mandó construir en la parte más alta de la población una iglesia y un castillo. del que quedan algunos restos del conjunto defensivo. Es en esta parte más elevada donde se ubicaron las poblaciones ibérica, romana y musulmana. La iglesia de Santa María de la Corona se consagró en 1174 por el obispo zaragozano Pedro Tarroja.
Portada de la iglesia |
El templo es de nave única, bóveda de cañón apuntado y ábside poligonal (pentagonal). Ha tenido grandes modificaciones en los siglos XV y XVIII, con la construcción de varias capillas a cargo de la nobleza local, y modificaciones en el exterior y en la torre.
El ábside pentagonal hace referencia al número 5. El cinco es un número que tiene un gran significado en muchos sistemas de creencias. Es el quinto elemento que relaciona los otros cuatro (agua, aire, tierra y fuego) en los Upanishad védicos, lo que da razón de ser a la que existe. Los alquimistas hablan de la "quintaesencia de la Gran Obra". El pentáculo o estrella de cinco puntas es el símbolo de los constructores medievales y así pasaría a las sociedades masónicas hasta nuestros días. La mano con cinco dedos, los cinco elementos del mazdeísmo tomados de los Upanishad védicos, es un símbolo cátaro. Lo mismo que la "mano de Fátima" entre los musulmanes tiene el poder de un talismán.
Plano de la iglesia (foto: Wikipedia) |
En el interior, destaca la capilla de Santa Ana, en estilo gótico de finales del siglo XV y comienzos del XVI. De las mismas fechas es el coro, con barandilla en estilo gótico-flamígero. El púlpito es de estilo mudéjar incorporando elementos góticos. La pila bautismal es de grandes dimensiones. La capilla de la Coronación contiene pinturas en estilo gótico hispanoflamenco del siglo XV, en las que aparece el Árbol de Jesé. Una imagen de Santa María, gótica del siglo XV, preside el retablo mayor.
Interior de la iglesia |
Interior de la iglesia. Las capillas (foto: Santiago Cabello) |
Imagen gótica (foto: Santiago Cabello) |
La portada se ubica en el muro sur. Tiene 4 arquivoltas, con capiteles con decoración vegetal y geométrica. El tímpano contiene un crismón. En el interior de la portada románica se ha añadido una portada renacentista.
Decoración de las columnas de la portada |
(texto: cartel informativo)
El sistema defensivo de Ejea se concibió como una sucesión de barreras de contención. En el norte, ya existía una barrera natural, el enorme talud de la Cantera de San Gregorio. En dirección sur, la primera muralla de contención era la que recorría el actual Paseo del Muro, de ahí su nombre, cuyo vértice defensivo era la iglesia de San Salvador.
Cuando esta primera línea de contención era rebasada por los invasores, la población se refugiaba en el espacio de La Corona, protegido por la muralla en la que estaba integrada la iglesia de Santa María. Si, al final, los asediadores salvaban esta muralla, los vecinos de Ejea se refugiaban en el último bastión defensivo, la iglesia-fortaleza de Santa María.
Esquema situación Sala de los Arcos entre la iglesia de Santa María y al muralla (foto: cartel informativo) |
Por ello, dentro de su nave y en zonas limítrofes de sus muros, se habilitaron espacios para el almacenaje de víveres, enseres o recursos para la supervivencia en caso de sitio.
A esta misma función contribuían las “cantamoras”, que toman el nombre de una calle ubicada en el lado oeste de la muralla, la calle Cantamora. Eran túneles de evacuación desde el área de La Corona hacia la Cantera de San Gregorio, y su objetivo era permitir, en caso de sitio, la salida oculta de personas para conseguir alimentos, víveres o agua en la zona de Bañera.
Sección fotogramétrica de la Sala de los Arcos (foto: cartel informativo) |
La construcción de la muralla en el lienzo adosado al ábside de la iglesia de Santa María de la Corona (1174) tiene gran interés por tratarse de un cuerpo defensivo adosado a la iglesia, que se construye con posterioridad de ésta y se modifica sucesivamente para adaptarse a distintas necesidades defensivas.
Esto ratifica la peculiaridad de los templos de Ejea: su doble funcionalidad religiosa y militar.
En 2020 se han realizado trabajos de limpieza y retirada de los materiales depositados en el espacio situado entre la muralla y el ábside de la iglesia, bajo supervisión de la arqueóloga ejeana Carmen Marín.
Este espacio se ha denominado Sala de los Arcos, ya que se cierra en su parte superior con tres arcos de piedra y un cuarto arco rebajado, probablemente de una etapa posterior, construido con ladrillo manual.
Aspecto de la sala antes de iniciar los trabajos de retirada de escombros y limpieza, 2018, y vista tras la retirada de las capas acumuladas (foto: cartel informativo) |
En el nivel inferior y medio de este espacio se ha documentado una bóveda semicircular construida con sillares dispuestos en hiladas de traza circular, de 3,55 metros de radio en su arranque, que se cierran y apoyan en los contrafuertes de la iglesia.
Hoy quedan visibles las once primeras hiladas de esta estructura abovedada, que alcanza una altura de 2,34 metros. Para su construcción se utilizaron sillares de 25 cm de altura, longitud variable de entre 30 y 65 cm y profundidad entre 45 y 55 cm y con la cara interior tallada para conformar la curvatura de la bóveda.
Una misteriosa sala abovedada
(texto: cartel informativo)
En el espacio existente entre el lateral sur de la nave de la iglesia de Santa María de la Corona y el paño de la muralla cristiana se construyó una sala con una bóveda apuntada, con sillares de piedra arenisca. Su función original es todavía hoy una incógnita.
Esquema situación de la sala abovedada entre iglesia de Santa María y muralla (foto: cartel informativo) |
La sala tiene una planta algo irregular, con unas dimensiones en sus lados mayores de 4,14 x 4,37 metros, y una superficie de unos 14 metros cuadrados.
En la actualidad, la altura libre de esta bóveda es de 4,16 metros, pero su altura original sería algo mayor con seguridad, dado que todavía no se ha retirado una importante capa de rellenos vertidos a este espacio siglos atrás.
Con posterioridad a la construcción de esta sala abovedada, se construyó la capilla de Santa Tecla, cuya fachada sur se apoya directamente sobre la bóveda de esta sala. De esta manera, una mitad de la sala abovedada se sitúa debajo de la iglesia y la otra mitad se sitúa bajo el espacio de la plaza exterior.
Aspecto que presentaba la zona desplomada antes de su restauración en 2020 (foto: cartel informativo) |
A esta sala únicamente puede accederse descendiendo por una pequeña trampilla existente en el suelo de la capilla de Santa Tecla y de los santos médicos San Cosme y San Damián.
Aspecto de la bóveda restaurada. (foto: cartel informativo) |
La bóveda presentaba en 2019 una zona con un desplome muy considerable, en al que los sillares de la bóveda se habían vencido y el plano de la bóveda quedaba descolgado, presentando un claro peligro de derrumbe. (…) Los sillares de la bóveda, recolocados, se trabaron con los muros estables en sus laterales y las grietas y el trasdós, una vez saneado, se inyectaron con lechada de mortero de cal.
Trampilla de acceso a la sala, vista desde el interior. (foto: cartel informativo) |