Románico del Solsonés
Un poco de Historia
Del paso del hombre en la prehistoria nos quedan varios túmulos y dólmenes en Ceuró y Lobera. En época ibérica, fue la tribu de los lacetanos la que ocupó estas tierras. La ciudad íbero-romana de Setelsis -la actual Solsona- conserva restos de su pasado. Tras la llegada de los musulmanes, estas tierras formaron parte de la Marca Hispánica del Imperio carolingio a partir de los siglos VIII y IX. Wifredo el Velloso (840-897), conde de Urgell y Cerdanya, conquistó gran parte del Solsonés y repobló la comarca.
De las luchas entre las diversas casas nobiliarias saldría vencedora en el siglo XIII la de los vizcondes de Cardona, gracias a la alianza matrimonial entre los linajes de Urgell y Cardona.
La conversión de la canónica de Solsona en sede episcopal a finales del siglo XVI dio un nuevo impulso a la economía a la sociedad de la comarca. La iglesia de Solsona, ya catedral, fue objeto de una gran reforma y ampliación.
UN CENTENAR DE EDIFICACIONES ROMÁNICAS. En la comarca del Solsonés de mantienen alrededor de un centenar de edificaciones románicas, en mejor o peor estado de conservación. En la nómina de estos centros religiosos, tenemos desde muestras del prerrománico, románico lombardo llegando hasta el románico internacional de la catedral de Solsona.
Sant Lleïr de Casavella. Escena de la consagración del templo. |
La escultura románica la encontraremos en esta catedral, mientras que en el resto de templos está prácticamente ausente, excepción hecha de Sant Lleïr de Casavella y la Mare de Déu de Puig-Aguilar.
WIFREDO EL VELLOSO REPOBLÓ EL SOLSONÉS. Wifredo el Velloso, en catalán "Guifrè el Pilós" (840-897), fue el personaje más importante en su tiempo en lo que hoy conocemos como Catalunya. Procedía de una familia hispanogoda originaria de Prades, actualmente en el sur de Francia.
Wifredo el Velloso, en catalán "Guifrè el Pilós" (840-897), fue el personaje más importante en su tiempo en lo que hoy conocemos como Catalunya |
Fue conde de Urgell y Cerdanya, de Barcelona, Girona, Besalú y de Osona. Coincidió con momentos de crisis general del Imperio carolingio, por entonces inmerso en un proceso de feudalización y asediado por los ataques de los normandos.
Fue el último conde de Barcelona designado por los reyes francos y el primero que dejó sus posesiones en herencia a sus hijos. A partir de este momento, la sucesión de los condes catalanes se hizo por herencia de padres a hijos, mientras que los monarcas francos simplemente daban su visto bueno al hecho. De esta forma se creó la casa condal de Barcelona, que supone la independencia de facto de los condados catalanes respecto al reino franco.
Repobló la comarca de Osona, haciendo de Vic la sede del obispado y fundó los monasterios de Ripoll y Sant Joan de les Abadeses.
Hacia el 878 Wifredo participó en la lucha contra el noble Bernardo, que se había sublevado contra el rey franco Carlos el Calvo. Tras vencer a los rebeldes, el monarca premió la fidelidad del conde catalán poniendo bajo su mando los condados de Barcelona, Osona, Gerona y Besalú. Pero ya al año siguiente, los condes catalanes no participaron en la rebelión del conde de Provenza, y se mostraron ajenos a las luchas dinásticas que sacudían el trono carolingio.
El avance de Wifredo por tierras catalanas puso en guardia a los musulmanes de Lleida. Un ataque del conde catalán a la capital del Segre se saldó con grandes pérdidas en vidas humanas para los cristianos en 883 ú 884. Los leridanos atacaron Barcelona en 897, en cuyo asedio moriría Wifredo el Velloso.
Fue el último conde de Barcelona designado por los reyes francos y el primero que dejó sus posesiones en herencia a sus hijos. |
WIFREDO EN LA LEYENDA: PADRE DE CATALUNYA Y DE SU BANDERA. En la tradición nacionalista catalana, desde la Renaixença (movimiento cultural catalanista del siglo XIX) el conde Wifredo aparece no ya como el mandatario que se separó de hecho del Imperio carolingio sino con el padre de Catalunya. Apoya esta idea la obra "Gesta comitum barchinonensium", escrita en el siglo XII por los monjes de Ripoll, donde se ensalza la figura de Wifredo y su labor de gobierno frente a musulmanes y francos.
La bandera catalana de las cuatro barras también se atribuye a este conde. Así se recoge en la "Crónica general de España" de 1555, de Pere Antoni Beuter, con el siguiente texto: "...pidió el conde Iofre Valeroso al emperador Loís que le diesse armas que pudiesse traher en el escudo, que llevava dorado sin ninguna divisa. Y el emperador, viendo que havía sido en aquella batalla tan valeroso que, con muchas llagas que recibiera, hiziera maravillas en armas, llegóse a él, y mojóse la mano derecha de la sangre que le salía al conde, y passó los quatro dedos ansí ensangrentados encima del escudo dorado, de alto a baxo, haziendo quatro rayas de sangre, y dixo: "Éstas serán vuestras armas, conde." Y de allí tomó las quatro rayas, o bandas, de sangre en el campo dorado, que son las armas de Cathaluña, que agora dezimos de Aragón." En realidad, la bandera de las cuatro barras se comenzó a utilizar muchos años después de Wifredo.
Carlos el Calvo pinta las cuatro barras en el escudo de Wifredo. Cuadro de Claudi Lorenzale, siglo XIX. |
LOS VIZCONDES DE CARDONA, "REYES SIN CORONA", GOBERNARON EL SOLSONÉS A PARTIR DEL SIGLO XIII. Cardona tuvo una gran importancia en la Edad Media debido a sus minas de sal. En el 872 el conde Wifredo el Velloso concedió la primera carta de franquicias a los habitantes del castillo de Cardona. Los señores de Cardona o "señores de la sal" tuvieron una importancia capital en la política catalana durante la Edad Media gracias al potencial económico que les proporcionaba el negocio de la sal. Incluso, a partir del siglo XVI, influyeron en la política española al integrar algunos de sus miembros en el aparato del Estado de la monarquía hispánica.
Folleto informativo del castillo de Cardona: "En el siglo XI, los señores de Cardona fijaron su residencia en la colina e iniciaron la edificación de las dependencias palaciegas y de la espectacular canónica de Sant Vicenç, obra fundamental del románico catalán. La riqueza proporcionada por la sal impulsó su poder, hasta el extremo de ser considerados reyes sin corona."
Minas de sal de Cardona, en la actualidad (foto: Wikipedia) |