- La España de Felipe II
Capítulo 2. Años 40. Cuarta guerra con Francia, 1542-1544
PROBLEMAS FINANCIEROS EN LOS AÑOS 40
Carlos V estaba interesado en que Felipe participara en los temas económicos, y así se lo hacía saber al Consejo de Estado: "las cosas q se ofrecieren consultense con el principe, mi hijo, y por q el pueda ver la quenta q se haze de lo q es menester". Sabía que el problema principal de la monarquía era el económico y quería que el futuro rey fuera también consciente de ello.
Felipe estuvo como regente de España entre 1543 y 1554. En este periodo, a pesar de que compartía con su padre el encono hacia los protestantes y la defensa de la fe católica, era receptivo de las opiniones de sus consejeros en el sentido de las dificultades económicas que suponía tanto esfuerzo bélico, y pedía a su padre que las campañas militares fuesen lo más breves posible, ya que “todos los medios, formas y expedientes, son acabados; los dineros del servicio, así ordinario como extraordinario, consignados; las otras consignaciones, del todo consumidas. Y de dónde se haya de proveer lo que no se pueda excusar, no se puede alcanzar”. No obstante, una vez fue nombrado rey siguió la misma política económica suicida de su padre.
“La gente común a quien toca pagar los servicios, está reducida a tan extrema calamidad y miseria que muchos dellos andan desnudos sin tener con qué se cubrir." |
“LA MISERIA EN QUE ESTÁ LA REPÚBLICA CRISTIANA”. Felipe y el Consejo de Estado eran partidarios de que Carlos V se adecuara a las posibilidades financieras de que disponía el reino.
Los tiempos exigían otra política, Castilla estaba en la miseria “y así yo, conosciendo lo mismo que ellos y el afectión y celo con que se mueven [los consejeros], de su parte y de la mía, le suplico a V.M. cuan encarecidamente puedo, y que tome esto que aquí digo con la intención y sinceridad de ánimo que se escribe (…). Lo cual no se hace por poner estorbo a V.M. en sus grandes pensamientos, los cuales son de su imperial valor, sino por traerle a la memoria la cualidad de los tiempos, la miseria en que está la república cristiana, las necesidades de sus Reinos, los daños que de tan grandes guerras se siguen, por más justas que sean, y el peligro en que están por estar las armadas enemigas tan cerca, y la poca forma que hay para resistir y proveer en tantas partes, para que, mirándolo todo, con su grandísimo juicio, tome en ello la resolución que viere más convenir .”
En septiembre de 1544 las advertencias habían sido tantas que Felipe ya no sabía cómo explicarse: “que no sé con qué manera de palabras se lo pueda encarescer”. La miseria en Castilla reinaba por todas partes, el reino ya no podía más y las malas cosechas empeoraban la situación «por ser los años contrarios».
CORRESPONDENCIA ENTRE FELIPE Y CARLOS V. “MEDIR LAS COSAS SEGÚN LO QUE SE PODRÁ”. Las opiniones de Felipe eran en realidad las opiniones de los consejeros, que utilizaban la figura del hijo para persuadir al padre a que moderara el gasto militar.
Felipe escribía a Carlos V que no había fondos y que “ningún remedio hay para ellos [los problemas financieros]”. Le instaba a que midiera los gastos, a que los adecuara a las disponibilidades y no “a sus grandes pensamientos”. En agosto de 1543, Felipe le decía a su padre: “Se platicó en Consejo de Estado en mi presencia y todos fueron de parescer que no hacían lo que debían a V.M. si, como fieles vasallos y súbditos no le avisaban de todo lo que acá pasa y de las grandes y extremas necesidades que se ofrescen y del poco o ningún remedio que hay para ellos [...] Y así yo, conosciendo lo mismo que ellos y el afectión y celo con que se mueven, de su parte y de la mía, lo suplico a V.M. cuan encarecidamente puedo [...] La poca forma que hay para resistir y
proveer en tantas partes, para que, mirándolo todo, con su grandísimo juicio [...] pueda medir las cosas según lo que se podrá y no según sus grandes pensamientos”.
“La gente común a quien toca pagar los servicios, está reducida a tan extrema calamidad y miseria que muchos dellos andan desnudos sin tener con qué se cubrir.
CASTILLA NO SE ESFUERZA LO SUFICIENTE, SEGÚN CARLOS V. Carlos V veía las cosas de otra manera. Según él, el problema es que Castilla no se esforzaba lo suficiente y ponía como ejemplo a Francia, en los buenos resultados de este país para financiar sus guerras, “un reyno comido de amigos y enemigos y que ha sostenydo tantos exércytos en él”: “Hijo, vos veréis lo que arriba digo y creed que sy a esta vez no se haze de lo imposible pusible, que es impusible poder sostener los negocios que tengo en manos y que no puedo soltar ny escusar y no piense nadye que con faltarme en ello y en tal tiempo fuesse esso remedyable, antes serya dar conmigo y con la carga tan redonda en el suelo que nunca nos levantaryamos. Tomen todos exemplo en lo que haze un reyno comido de amigos y enemigos y que ha sostenydo tantos exércytos en él. Y pues los míos no son comidos ny passan estos trabajos, no me la den mayor que mis enemigos me lo han podydo dar. Esforçaos, hijo, y mandad a todos que se esfuerçen porque no cayamos todos en tan grande inconvenyente en el cual verdaderamente cayese sy no soy socorrido y bien presto y no lo haziendo no solamente me dan forma como buelua allá, mas hazerse ha de manera que será cerrarme el passo de poder bolver y el modo de poder estar ny acá ny en ninguna parte. Vos veréys lo que he mandado añadir sobre la venyda de Juanetín Dorya y la paga y entretenymiento de las galeras del príncipe Dorya. Esto es cosa tan necessarya que no se puede en ninguna manera del mondo escusar, y por esto hazed y mandad a todos que entiendan en ello de manera que no haya falta.”
FELIPE RESPONDE: FRANCIA ES RICA Y CASTILLA ES POBRE. Felipe le respondía diciéndole que no se podía hacer esta comparación. Francia era rica y Castilla era pobre: “Y porque viene a propósito no quiero dexar de decir a V.M. que la comparación que hace del servicio quel reino de Francia ha hecho agora a su Rey, estando consumido de amigos y enemigos, no es igual para en todos los Reinos, porque demás que la fertilidad de aquel Reino es tan grande que lo puede sufrir y llevar, la esterilidad destos Reinos, es la que V.M. sabe, y de un año contrario queda la gente pobre de manera que no pueden alzar cabeza en otros muchos. Cada Reino tiene su uso, y en aquél es la costumbre servir de aquella manera, y en éstos no se sufriría usar de la misma, porque también se ha de tener respecto a las naciones, y según la cualidad de la gente, así ha de haber diferencia en el tractamiento, mayormente, que estos Reinos sirvieron el año pasado con cuatrocientos y cincuenta cuentos, que es una notable suma, y que con lo que pagan de otras cosas ordinarias y extraordinarias la gente común a quien toca pagar los servicios, está reducida a tan extrema calamidad y miseria que muchos dellos andan desnudos sin tener con qué se cubrir. Y es tan universal el daño, que no sólo se extiende esta pobreza a los vasallos de V.M., pero aún es mayor en los de los señores que ni les pueden pagar sus rentas, ni tienen con qué. Y las cárceles están llenas y todos se van a perder. Y esto crea V.M. que si no fuese así, que no se lo osaría escribir.”
LA LUCHA CONTRA LOS PROTESTANTES ALEMANES, 1547, Y EL DECOMISO DE LOS BIENES DE LA IGLESIA. En 1547, para financiar las guerras con los nobles alemanes, Felipe, siguiendo las órdenes de su padre, decomisó el oro y la plata de las iglesias de Castilla. Felipe no compartía esta medida tan anticatólica, pero acataba las órdenes del Emperador: "no quiero dexar de dezir a V.Md. que lo que se le scrivió y apunctó sobrello, no fue por querer lo difficultar, ni por inventar inconvenientes, sino porque paresció que era muy necessario hazerlo assy".