Románico de Campoo y Valderredible, Cantabria


Cervatos, Colegiata de San Pedro.

El exterior: la erótica del románico


CATEDRAL DEL ROMÁNICO ERÓTICO ESPAÑOL. Cervatos presenta el mejor ejemplo de toda España de canecillos y capiteles eróticos, tanto en su ábside como en sus muros interiores y exteriores, y por este motivo se la conoce como “la catedral del románico erótico español”. Contiene además muchos otros temas profanos, como seres grotescos, bailarinas, músicos...

En el ábside tenemos 34 canecillos y 4 capiteles. En una de las ventanas están los capiteles más conocidos de Cervatos: la mujer enseñando su sexo y el hombre itifálico. En las otras ventanas encontramos motivos vegetales, animales afrontados y filas de bolas.

En el semicírculo del ábside aparecen animales, lechuza, fiera devorando a hombre, hombres con máscara, saltimbanquis, músico, animales afrontados y personas, coito, parto, cabras, mujer enseñando el sexo, hombre itifálico, oso, escena de lucha de dos hombres, liebre, hombre con cabeza de animal y una cabeza entre sus rodillas, fiera devorando a una persona, coito...


Los famosos capiteles, bandera del “románico erótico”, y detalle de los mismos. En estos momentos de la Edad Media la sexualidad era algo mucho más natural que lo que nos han querido hacer creer. Hay motivos muy evidentes: las familias campesinos vivían en una sola habitación, por lo que las relaciones sexuales deberían ser absolutamente naturales (más “públicas”, podríamos decir) y desinhibidas.


Pareja de canecillos eróticos y detalle

Músicos. Desde la Antigüedad se relaciona la música con las matemáticas y la geometría.  El arquitecto constructor de templos ha de saber música para dominar las proporciones armónicas y aritméticas de su obra. En el Timeo de Platón se dice: “después llenó los intervalos dobles y triples de tal modo que entre cada intervalo hubiese medias armónicas y aritméticas”. Se lograba también transformar el edificio de la iglesia en un resonante acústico impresionante, donde los cantos se percibían como una forma de música celestial. Especialmente en el arte gótico, los edificios religiosos se adecuan a las proporciones de la armonía musical. Bernardo de Claravall dice: “No debe haber decoración, sólo proporción”. 



Saltimbanquis.

Devoradores.

Monstruos.





Animales.



Personajes.


Hombres con tonel. El barril sirve para contener vino en la vida real; asociado al Grial, en el mundo esotérico contiene la ambrosía o bebida asociada a los dioses, y como elemento de la alquimia sería el contenedor del “oro alquímico”.

Hombre y animales. La figura del "Señor de los Animales" viene de los pueblos cazadores del Paleolítico. Cuando se sale a cazar o pescar, se pide a la divinidad que proporcione caza o pesca suficiente, con el debido respeto a las especies, pues el Señor de los Animales se encarga de proteger a las bestias para que no se extingan y siempre haya caza y pesca suficiente. Por el mismo motivo, el Señor de los Animales castiga a quien practica la caza y la pesca ilimitada y arbitraria. El señor de los animales tiene poder sobre la vida y muerte de las personas: si dejaba de mandar animales para ser cazados, las gentes morirían. De esta forma, la caza es un ritual. Los cazadores realizan ritos hacia los animales para que, una vez muertos, vuelvan y sean cazados de nuevo. El cazador dibuja en el suelo el retrato del animal que quiere cazar. Un vez realizada la caza, el cazador borra el dibujo del animal. Es un ciclo eterno de muerte y resurrección.  



CANECILLOS DE LOS MUROS: MÁS EROTISMO. En los muros septentrional y meridional hay 24 canecillos en cada uno de ellos.

En el muro norte aparecen temas eróticos pero más suaves que los anteriores: motivo geométrico con dos rollos; vegetal; cuadrúpedo sujetando un rollo sobre su cabeza; modillón liso; dos de tema vegetal; carnero; otro sin tallar; oso; cuadrúpedo con un rollo sobre su cabeza; liso; vegetal; saltimbanqui; liso; vegetal; liso; cabeza de animal; liso; saltimbanqui; liso y vegetal.

En el muro sur:  fieras, hombre, músicos, bolas, hombres con tonel, cabra, hombres itifálicos, liebre, monje, mujer pariendo, saltimbanqui… Este muro acaba en el este con una figura de pie, togada, que sostiene un libro en la izquierda y bendice con la derecha.

En la ventana izquierda del muro sur: capiteles de hombre itifálico y mujer enseñando su sexo. Y en la ventana derecha: capiteles de animales afrontados.

En la cornisa del presbiterio sur tenemos 4 canecillos: hombre sentado, arpista, hombre que bebe de un bidón, saltimbanqui? Y animales afrontados en el capitel de la semicolumna que le sigue.

En el tramo norte del presbiterio tenemos 5 canecillos: monstruo que devora a un hombre, bola, contorsionista, homínido sentado, equilibristas?

En la fachada oeste y la torre aparecen capiteles con leones afrontados. Los de la torre tienen motivos vegetales, leones afrontados, centauro disparando a un grifo, grifos...






Canecillos eróticos. Las gentes de esta época dan como normal una creencia que viene de la noche de los tiempos y que el Cristianismo trata de combatir: que el amor sexual es un camino para el amor a Dios, idea que defiende con toda naturalidad San Bernardo de Claraval, por ejemplo. El concepto de que el sexo no sólo no ofende a los dioses sino que les es grato, está presente en todas las civilizaciones anteriores al Cristianismo: la fertilidad de los campos y de los ganados y el sexo entre personas forma parte de prácticamente todos los sistemas de creencias hasta la llegada del Cristianismo.