Románico de Campoo y Valderredible, Cantabria


Cervatos, Colegiata de San Pedro.

Un poco de Historia


PASO NATURAL ENTRE LA MESETA Y EL MAR. CALZADAS ROMANAS. Cervatos ocupa un lugar estratégico importante. Está cerca del puerto del Pozazal, paso natural entre la meseta castellana y los valles cántabros y el mar. Los romanos, y anteriormente las tribus cántabras, ya utilizaban esta ruta: la calzada de  Pisoraca (Herrera de Pisuerga) bajaba por el valle del Besaya hasta Portus Blendium (Suances) y ello permitía mantener un activo comercio con las Galias. Julióbriga era la ciudad romana que controlaba el paso del Pozazal. En época árabe, el Pozazal era la puerta que cerraba o abría el camino hacia los valles del norte. En la Edad Media, una vez cristianizadas estas comarcas, esta ruta convertía a Cervatos en parada obligatoria para descansar del viaje, cambiar las caballerías o alojarse en el monasterio. De hecho, la venta del Pozazal era propiedad de los monjes del monasterio de Cervatos.


Cervatos. En la Edad Media, una vez cristianizadas estas comarcas, esta ruta convertía a Cervatos en parada obligatoria para descansar del viaje, cambiar las caballerías o alojarse en el monasterio. 

La fundación de la localidad y del monasterio se sitúa dentro del esfuerzo repoblador de los monarcas asturianos Alfonso I (739-757) y Alfonso II (791 y 842) en su marcha hacia un meseta castellana casi despoblada. El monasterio de Cervatos organizó la vida y la defensa de estos valles.

Cervatos se conoce como monasterio desde el siglo IX, ya que «Sancti Petri de Cervatos» y el nombre del abad es citado en el testamento de Ramiro I de Asturias en el 853. También aparece en el fuero de Cervatos del 999, cuando se mencionan las posesiones que le dan los condes Sancho García y Urraca para que el lugar acoja la tumba de su hijo, aunque este documento es puesto en duda por algunos investigadores. Dos inscripciones a la derecha de la puerta nos hablan del 1167 (corresponde al 1129), que sería la fecha de la construcción de la actual iglesia, y del 1237 (corresponde al 1199), que sería la fecha de consagración por el obispo de Burgos de nombre Marino siendo abad un tal Martín. La torre de la iglesia correspondería a esta última fecha.

En 1186 los reyes de Castilla Alfonso VIII y su esposa Leonor Plantagenet ceden el monasterio de Cervatos al obispado de Burgos y lo intercambian por el monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos. A partir de este momento, Cervatos pasa a ser colegiata, situación en la que permanecerá hasta el 1851. En 1895 es declarado Monumento Nacional.


EL LIBRO DEL "BECERRO DE LAS BEHETRÍAS".

Muchos de los datos del siglos XIV de Castilla al norte del Duero los conocemos por el Becerro de las Behetrías.

En la Reconquista castellana se dieron varias formas de propiedad: realengo (propiedad del rey), abadengo (propiedad eclesiástica), solariego (propiedad nobiliaria)… y behetrías.

La palabra “behetría” viene del latín “benefactoría” y corresponde a una forma de administración del territorio en el que los vecinos eligen a su señor y pactar las condiciones del contrato con él: protección a cambio de prestaciones y pagos. Es una forma anterior al feudalismo castellano y revela un grado importante de libertad de los campesinos desconocido en el resto de Europa.

Con el tiempo y el avance del feudalismo, la behetría se fue deteriorando: se hizo hereditaria, con lo cual ya no se podía negociar ningún contrato ni ninguna mejora de condiciones.

En el siglo XIV, la crisis económica supuso un duro golpe al sistema de behetrías. La Peste Negra de 1348, con la caída de la población, había provocado una disminución drástica de las rentas de los señores feudales. La reacción de esta clase social fue apoderarse muchos terrenos de realengo -aprovechando las crisis de la monarquía castellana- y de behetría, así como solicitar al rey la desaparición de las behetrías para convertirlas en tierras solariegas (de los nobles).

Pedro I mandó confeccionar el libro Becerro de las Behetrías de Castilla en 1352. El nombre de “becerro” obedece al hecho de que fue escrito sobre piel de este animal. Con este inventario, se trataba de conocer el estado de los territorios castellanos al norte del Duero. El Becerro de las Behetrías contiene la relación de más de 2,000 pueblos, con el detalle de las rentas y prestaciones de los campesinos y su estatuto jurídico: derechos del rey, de los eclesiásticos, de los nobles… Actualmente, es una fuente inestimable de información sobre la Castilla de aquellos momentos.




GRANDES POSESIONES POR EL NORTE DE ESPAÑA. Cervatos llegó a reunir grandes posesiones por toda Cantabria, Palencia y Burgos, de tal forma que llegó a ser uno de los monasterios más importantes de la región. Alfonso VII y Urraca (primera mitad del siglo XII) le hicieron importantes donaciones.

Su momento de esplendor se sitúa en los siglos XII y XIII, mientras que a partir del XIV se inicia una etapa de decadencia. Influyeron en esto último una serie de factores: la repoblación de Andalucía hizo que muchas gentes marcharan hacia el sur, el clima no acompañaba (heladas, malas cosechas…), las donaciones disminuían, epidemias de peste, hambre… El Libro de las Behetrías de 1352 nos pinta una paisaje desolador: “Este logar es yermo e que non mora y sinon dos omes fiiosdalgo e dos mugeres biudas que son pobres e que es de la eglesia de Çervatos, e que quando el dicho logar era poblado que tenia en cabeça de martiniga LX maravedís cada anno, e que los llevá a el rey.” Juan I de Castilla (segunda mitad del siglo XIV) confirmó el fuero “porque se pueblen los solares e lugares de dicha eglesia que estan despoblados, especialmente en dicho lugar de Cervatos”. La situación en el siglo XV mejoró, aunque ya no se alcanzaron los niveles de siglos anteriores.

El templo es de una sola nave, ábside semicircular y varias dependencias (sacristía, capillas…) con reformas en siglos posteriores. Sólo queda del inicial monasterio románico la iglesia y la torre.

Los famosos capiteles eróticos de Cervatos


CARTEL INFORMATIVO DE VILLACANTID SOBRE EL ARTE ROMÁNICO. 

Arquitectura románica

Valderredible y Campoo están poblados por iglesias románicas de indudable calidad artística concebidas bajo influjos emanados desde el Camino de Santiago.

Desde la gran ruta castellana de peregrinación a Santiago de Compostela irradiaron hacia tierras campurrinas los cánones artísticos del llamados Románico Internacional o de peregrinación, un estilo que unificó culturalmente Europa Occidental. Las iglesias de Frómista y Aguilar de Campoo constituyeron los modelos artísticos de referrencia.

La calzada romana que descendía hacia la costa favoreció la aparición de las iglesias románicas más antiguas en el valle de Besaya durante la segunda mitad del siglo XI. El auge de este estilo se produjo en el XII.

Multitud de pequeñas células monásticas fueron cayendo bajo la jurisdicción de los grandes monasterios, que dieron origen a colegiatas -San Martín de Elines, Cervatos, Castañeda y Santillana del Mar.

(…) Normalmente fueron iglesias pequeñas, de una nave con cubierta de madera y ábside semicircular provisto de bóvedas de cañón y de horno. El empuje de la bóveda se compensaba mediante contrafuertes adosados a los muros de piedra. A los tradicionales arcos de medio punto en puertas, ventanas y bóvedas, sucedieron los arcos ligeramente apuntados en el románico de finales del siglo XII.


Antes de empezar la obra: técnicas y materiales

Una construcción románica es la sencillez hecha arquitectura: piedra, madera, arenas y cal trabajadas con técnicas tradicionales.

Los puentes romanos y las iglesias mozárabes constituyen los precedentes remotos y más inmediatos de la técnica constructiva románica.

Las bóvedas de cañón se apoyaron en arcos de medio punto que desviaban los empujes de la cubierta hacia contrafuertes exteriores adosados al muro. La obra se ponía en marcha contratando a un maestro que acudía con su cuadrilla.

Se buscaba la cantera de donde extraer la piedra y allí mismo se perfilaban y desbastaban los bloques extraídos. Luego, ls vecinos de la ladea se encargaban d acarrearlos en sus carros hasta la obra. Mientras el maestro preparaba los planos o trazas de la construcción, se talaba la madera y se hacía acopio de cal y arena.


Artesanos a pie de obra

Canteros: artesanos de la piedra y escultores

Piedras encuadradas de sillería, sillarejos más toscos y mampuestos irregulares pero con una cara desbastada salían de las manos del cantero provistas de puntero y uñeta. También creaban capiteles y molduras a golpe de puntero y cincel.

A veces firmaban las piedras. Eran las marcas de cantero (…).

Albañiles: el secreto del mortero romano

Una sencilla mezcla de agua, arena y cal, obtenida por lenta combustión de piedras calizas, permitió antaño el espectacular desarrollo de la arquitectura romana. El románico se valió de la misma técnica.

Los gruesos muros románicos constan de un lienzo exterior y otro interior de piedra, unidos entre sí por un relleno intermedio de mortero y cascote. Los muros más pobres eran de cal y canto.

Armazones de madera: los carpinteros y los restantes oficios

En una fragua montada a pie de obra se hacían y reparaban las herramientas de los artesanos. También se producía gran cantidad de clavos, necesarios para fijar la madera de tejados, artesonados y cimbras sobre las que montar arcos y bóvedas,

Además había que hacer tejas, las puertas con herrajes, la decoración pictórica…


Principios estéticos elementales para un arte con función docente

El Románico pretende acercarse a los fieles con ejemplo. Con recursos sencillos se busca la transmisión de un mensaje. Son características del Románico: la ADAPTACIÓN AL MARCO; la PERSPECTIVA JERÁRQUICA (otorga mayor tamaño a las figuras más importantes); la DESPROPORCION INTENCIONADA (recursos artístico empleado para destacar algo); la FRONTALIDAD; la SIMETRÍA; y la LATERALIDAD (situando a la derecha lo positivo y a la izquierda lo negativo).


La pintura mural se reservaba comúnmente para el presbiterio: Cristo en Majestad rodeado de la mandorla ovalada -Pantocrátor- y los símbolos de los cuatro Evangelistas.

La técnica de pintura parte de la aplicación de varias capas de revestimiento. En primer lugar, una capa de mortero de arena y cal -el enfoscado-, para allanar la superficie y tapas las juntas de los sillares. A continuación, sobre el enfoscado, se extendían varias capas de enlucido -una mezcla de cal y yeso-. Antes de que se secase la última, se dibujaban con carboncillo los motivos y siluetas y se pintaba. Se utilizaban pigmentos minerales disueltos en agua de cal.

Esta técnica se denomina fresco porque se aplicaba sobre el enlucido que aún no había secado. Los últimos retoques se podían hacer con técnica de temple: pigmentos aglutinados con huevo.