Catedral de Burgos


El claustro


El nuevo claustro del siglo XIII sustituyó al claustro románico anterior. Debido a la inclinación del terreno sobre el que se asienta la catedral, fue necesario construir dos claustros, que se conocen como “claustro alto” y “claustro bajo”.


El claustro alto, uno de los mejores gótico radiante español del siglo XIII


El claustro alto es de planta rectangular algo irregular. Consta de 6 arcos en los lados oriental y occidental y 7 arcos en los lados norte y sur. Las galerías se cubren con bóvedas ojivales de crucería simple, cuatripartita, y tienen grandes ventanales de arco apuntado.

En el claustro alto las esculturas rinden homenaje a los reyes y obispos que construyeron la catedral. Veremos la imagen del obispo Mauricio, fundador de este templo, así como las de Fernando III y Beatriz de Suabia, evocando su boda pues el rey hace el gesto de entregar el anillo a la que va a ser su esposa.


En el claustro alto las esculturas rinden homenaje a los reyes y obispos que construyeron la catedral.


Además, otras esculturas representan a los santos y a los apóstoles, destacando los grupos escultóricos de los cuatro ángulos del claustro, el tímpano de la Deésis y las tres portadas de las capillas.

La capilla de San Jerónimo es obra de Juan de Vallejo, siglo XVI, y en ella destaca el retablo de Diego Guillén.

La puerta del claustro alto es del siglo XIII, obra de Juan Pérez, y de influencia franco-champañesa. En el tímpano tenemos el bautismo de Cristo, la Genealogía del Salvador, el árbol de Jesé y 14 profetas. De las dos cabezas representadas en la portada, se dice que una de ellas puede ser de Francisco de Asís, que predicó en Burgos. En las jambas, las esculturas están relacionadas con la venida de Jesús: la Anunciación, con un ángel sonriente (influencia de Reims) y los  profetas Isaías y David, que anuncian la llegada de Cristo. Las hojas de maderas de la puerta son de finales del siglo XV, obra de Gil de Siloé y financiadas por el obispo Luis Acuña; en ellas figura el escudo del obispo y se completa con escenas de la entrada de Jesús en Jerusalén y el Descenso al Limbo.



En el tímpano tenemos el bautismo de Cristo, la Genealogía del Salvador, el árbol de Jesé y 14 profetas. (fotos: Arteguias)


En las jambas, la Anunciación, con un ángel sonriente y los  profetas Isaías y David, que anuncian la llegada de Cristo (foto: Arteguias)


A destacar también la serie de sepulcros: el de doña Godo, siglo XII, que fue la madre del mayordomo de Alfonso VIII; el del canónico Juan López del Hospital, gótico del siglo XV; el del obispo Mateo Rynal, gótico del siglo XIII; el de Diego de Santander, renacentista del siglo XVI, obra de Diego de Siloé, y el del canónico Gaspar de Illescas, renacentista del siglo XVI, obra de Juan de Lizarazu.


El claustro alto es de planta rectangular algo irregular. Consta de 6 arcos en los lados oriental y occidental y 7 arcos en los lados norte y sur (foto: Wikipedia)


Sepulcro de Gaspar de Illescas


El claustro bajo durante varios siglos tuvo la función de cementerio. Fue muy restaurado y modificado a comienzos del siglo XX por Vicente Lampérez.