San Isidoro de León


Historia: un campamento romano para asegurar el control del territorio y sus riquezas



En el año 29 a.n.e. se instaló en este territorio la Legio VI Victrix (Sexta Legión Victoriosa) dando origen a la ciudad de León. Este campamento militar servía para asegurar el dominio sobre las tribus del norte y noroeste de la Península así como para controlar las importantes explotaciones auríferas de la zona. De esta forma, la palabra “León” deriva del latín “Legio”, legión.

Entre los siglos V al VII estas tierras fueron dominadas por los suevos y los visigodos. A partir del 712 aparecieron los musulmanes y, tras varios intentos de reconquista por parte de los cristianos del norte, Ordoño I de Asturias conquistó la ciudad y llevó a cabo una importante labor de reconstrucción y de refuerzo de sus defensas. En el año 910 García I de Asturias hizo de León su capital y a partir de este momento ya podemos hablar del Reino de León. No quedan restos de las épocas sueva, visigoda y musulmana, así como de los primeros tiempos de la reconquista cristiana.

Con Fernando I llegó el arte románico a León. Su ingente labor reconquistadora le llevó hasta Coimbra y Valencia y consiguió que los reinos musulmanes de Toledo, Sevilla, Zaragoza y Badajoz le pagasen parias.

Las Médulas, en la comarca leonesa de El Bierzo, fue el yacimiento de oro a cielo abierto más importante del Imperio Romano (foto: Wikipedia)



Las primitivas iglesias de San Juan y San Pelayo, edificadas sobe un templo romano


La primera iniciativa de levantar un templo en este lugar datan de Sancho I (905-966). En el año 956 tenemos las primeras noticias escritas en este sentido, aunque se sabe que, anteriormente, sobre este lugar se levantaba un templo romano.

La idea era que la advocación del templo fuera a San Pelayo, un niño cordobés martirizado por los musulmanes en el 925 defendiendo su virginidad, cuya historia rápidamente se había extendido por toda Europa. El rey leonés intentó trasladar el cuerpo del niño santo desde Córdoba sin conseguirlo porque murió asesinado al poco tiempo. Fueron su hermana Elvira Ramírez (monja y regente en aquel momento de la minoría de edad de Ramiro III) y su esposa Teresa Antúnez, quienes lograron traer los restos al León. Elvira Ramírez y su comunidad femenina de mujeres de la familia real se trasladaron a la nueva iglesia de San Pelayo en cuanto el templo quedó terminado. En este mismo lugar ya existía una pequeña iglesia dedicada a San Juan Bautista; la comunidad de Elvira Ramírez ocupó ambos templos.

Las obras de la iglesia de San Pelayo comenzaron en el año 956 sobre un solar adjunto a la muralla romana, de forma que toda la parte occidental del templo del actual San Isidoro está adosada a ella. En las obras de restauración han aparecido restos romanos de la Legio VII: muros de ladrillo, alcantarillas, cerámica…



Almanzor saquea León, año 987


Unos 20 años después de la construcción de San Pelayo, en el año 987 Almanzor saqueaba León. La vida de la comunidad religiosa desapareció, pues tanto la iglesia de San Juan Bautista como la de San Pelayo fueron desvastadas. Los restos del mártir san Pelayo fueron trasladados a Oviedo, para evitar su destrucción por Almanzor.

Alfonso V pudo reconstruir la ciudad y le concedió  fuero en 1017.


Almanzor, "el Victorioso" (939-1002) aprovechó la debilidad del califato de Córdoba para hacerse con el gobierno de facto de la España musulmana como canciller del califa Hisham II. Fue el gobernante más poderoso de su época, tanto en la península ibérica como en el norte de África.

Realizó numerosas campañas o aceifas contra los reinos cristianos, que impidieron el avance de éstos hacia el sur. Pero no ocupó los territorios que conquistaba, con lo que, al final, las variaciones territoriales entre cristianos y musulmanes fueron mínimas. Su objetivo era más bien crear un estado de inseguridad en la España cristiana que impidiese su marcha hacia el sur. Desde el 950 los reinos cristianos estaban obligados a pagar un tributo a Córdoba, con la amenaza de ser atacados si no cumplían. Realizó 56 campañas, 20 de ellas entre el 977 y el 985.

La primera aceifa tuvo lugar en el 977 y así continuó hasta su muerte en 1002. Consiguió numeroso botín y ganado y miles de cristianos fueron esclavizados. El interés por el norte de África venía del hecho de que el Califato de Córdoba necesitaba el cereal norteafricano y el dominio del comercio del Mediterráneo occidental.

Se enfrentó a su suegro Gálib en el 980-981, cuyo prestigio militar le hacía sombra. Gálib acabó aliándose a castellanos y navarros, pero falleció debido a su avanzada edad.

En 988-989 hizo frente a una sublevación en la que participó su hijo mayor. Derrotada la rebelión, ajustició a su hijo.

Intentó que los alfaquíes aprobaran su nombramiento como califa, dada la incapacidad de Hisham II, pero no lo consiguió ya que no era descendiente del profeta.

En el 996 rompió su alianza con la madre del califa Subh, que le había protegido hasta ese momento, con lo que el poder de Almanzor ya no tenía límite alguno.

Aumentó la profesionalización y el número del ejército. Llegó a incorporar a mercenarios cristianos. En la aceifa que destruyó León participaron doce mil jinetes africanos, cinco mil andaluces y cuarenta mil infantes.

En realidad, las campañas de Almanzor escondían la profunda e irreversible crisis del califato, tanto política, como social y económica. A los pocos años de su muerte el califato explotó en los reinos de taifas.





Campañas militares de Almanzor. En verde oscuro, territorios hostigados por el militar árabe. El mapa muestra las principales aceifas de Almanzor y las fechas en que se llevaron a cabo. (Fuente: Wikipedia)



Alfonso V reconstruye León


Tras el paso de Almanzor, Alfonso V (999-1028) reconstruye la ciudad y, entre otros, las iglesias de San Pelayo y San Juan Bautista. Se restablecieron las comunidades religiosas, femenina (de mujeres de la nobleza) y masculina.  La nueva abadesa -sobre monjas y canónigos- fue Teresa Ansúrez.

Se emplearon materiales pobres, como señala el obispo Lucas de Tuy, “ex luto et latere” (tapial y ladrillo), con dos cementerios para la gente rica: “Fizo también la iglesia de Sant Juan Baptista en esa çibdad de cal y ladrillo, y cogió todos los huesos de todos los reyes y obispos que eran en essa çibdad y enterroles en esa iglesia”.



Las reformas de Fernando I y doña Sancha: la primera iglesia románica del reino


Sancha Alfónsez era hija de Alfonso V y ocupó el cargo de abadesa de San Pelayo. Cuando se casó con Fernando I, promovió la construcción en piedra de la iglesia de San Juan Bautista para convertirla en el lugar de enterramiento real, en lugar del Monasterio de Arlanza o el Monasterio de Oña, que eran los lugares elegidos por el monarca. Fernando I de León (1016-1065)  abrió un periodo de paz interna y de fuerte prosperidad y expansión territorial.

Se derribó la iglesia de Alfonso V y también se reconstruyó el espacio destinado a Panteón de los Reyes, donde fueron enterrados varios monarcas y otros miembros de la casa real. La decoración mural corrió más tarde a cargo de doña Urraca, hija de los monarcas. La ampliación de Sancha Raimundez en el siglo XII daría lugar al edificio que hoy conocemos. En su magnífico scriptorium se copiaron gran cantidad de códices, varios de ellos conservados hoy día. 

Como era habitual en la época, una iglesia tenía que dotarse de reliquias si quería tener algún prestigio, por lo que hicieron traer desde Sevilla el cuerpo de san Isidoro, tras negociar con la taifa musulmana de esta ciudad, y desde el monasterio de Arlanza los restos de san Vicente de Ávila. Todo ello se completaba con la mandíbula de san Juan Bautista, de la que ya eran propietarios. La ciudad se convirtió en un centro de peregrinación y un foco religioso de primer orden. El auge del Camino de Santiago también ayudó en este sentido.

La iglesia fue consagrada en 1063 y dedicada a San Isidoro. De esta forma la monarquía leonesa buscaba su legitimidad apareciendo simbólicamente como continuadora de los reyes visigodos, que habían dominado la Península antes de la llegada de los musulmanes. Los reyes hicieron donación de magníficos objetos de orfebrería y otras piezas de valor así como de un buen patrimonio. Fue la primera iglesia románica que se construía en el Reino de León. La iglesia no era muy grande: 16 metros de largo por 7 de ancho, con 3 naves, sin crucero, y una altura considerable de hasta 12 metros la nave central.

Al morir Fernando I dividió su reino entre sus hijos, con lo que se desató la  lucha entre ellos por dominar todo el territorio. Finalmente se impuso Alfonso VI, que conquistaría Toledo en 1095.




Fernando I de León, (c. 1016-1065), era conde de Castilla desde 1029 y a partir del 1037 rey de León, cuando el entonces rey leonés Bermudo III murió en combate contra Fernando, enfrentados por los territorios fronterizos del Cea y el Pisuerga; como el primero no tenía descendencia y Fernando estaba casado con su hermana, pasó ser rey de León desde aquel momento (año 1037). 

Se enfrentó a graves problemas internos durante casi dos décadas, lo que le impidió emprender acciones de conquista hacia el sur musulmán. En 1054 se enfrentó al rey de Pamplona y lo venció en Atapuerca.

Reconquistó vastos territorios en la actual Portugal (Coimbra, 1064) y en la actual Soria, aprovechando la debilidad musulmana tras la crisis que dio lugar a los reinos de taifas; llegó a cobrar parias de las taifas más ricas (Toledo, Zaragoza, Sevilla, Badajoz). 

Realizó una gran labor organizativa y legislativa en su reino: reformó la Curia Regia leonesa, restableció el derecho canónigo visigodo, corrigió desmanes de nobles y funcionarios reales, favoreció la entrada en su reino de la Orden de Cluny y del románico europeo, trajo los restos de san Isidoro de Sevilla a León, promovió la nueva catedral leonesa... 

Al morir, dividió sus posesiones entre sus hijos. Fue enterrado en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León, con el siguiente epitafio: 

H. E. TUMULATUS FERNANDUS MAGNUS REX TOTIUS HISPANIAE. FILIUS SANCTII REGIS PIRENAEORUM ET TOLOSAE. ISTA TRANSTULIT CORPORA. SANCTORUM IN LEGIONE BEATI ISIDORI ARCHIEPISCOPI AB HISPALI VICENTIIMARTYRIS AB ABELA. ET FECIT ECCLESIAM HANC LAPIDEAM. QUAE OLIM FUERAT LUTEA, HIC PRAELIANDO FECIT SIBI TRIBUTARIOS OMNES SARRACENOS HISPANIAE ET CEPIT COLIMBRIAM, LAMEGO, VESEO, ET ALIAS. ISTE VI CEPIT REGNA GARSIAE ET VEREMUDI. OBIIT VI K. JANUARII. ERA MCIII.

(Trad. al castellano: Aquí está enterrado Fernando Magno, rey de toda España, hijo de Sancho rey de los Pirineos y Tolosa. Trasladó a León los cuerpos santos de san Isidoro arzobispo, desde Sevilla, y de Vicente mártir, desde Ávila, y construyó esta iglesia de piedra, la que en otro tiempo era de barro. Hizo tributarios suyos, con las armas, a todos los sarracenos de España. Se apoderó de Coímbra, Lamego, Viseo y otras plazas. Se adueñó por la fuerza de los reinos de García y Vermudo. Falleció el 27 de diciembre de (la era) 1103.



Isidoro de Sevilla (560-636) nació en el seno de una familia de la aristocracia hispanorromana. Tuvo una formación muy sólida. Sus referentes fueron Agustín de Hipona y Gregorio Magno, y estudió en la escuela catedralicia de Sevilla. Dominaba el latín el griego y el hebreo, aunque sus escritos en latín tienen abundantes localismos (se han encontrado 1.640 palabras que ya no son el latín clásico, sino que evidencian la transición de ese idioma hacia otro diferente, el castellano).

Cuando murió su hermano Leandro, le sucedió como arzobispo de Sevilla durante 37 años, del 599 hasta su muerte en el 636. Marcó las pautas del IV Concilio de Toledo (633), que trató de elevar el nivel cultural del clero, prescribiendo el estudio del griego y del hebrero, fomentando el estudio del Derecho y la Medicina, unificando la liturgia y también se fijaron normas para la sucesión de los reyes, así como medidas contra los judíos


Las Etimologías

Isidoro de Sevilla está entre los grandes intelectuales europeos de su tiempo. Destacó en la Historia y en la Liturgia, en la Astronomía y en la Geografía, en el trabajo enciclopédico (Las Etimologías), estudios sobre la Biblia, y un largo etcétera. El obispo de Zaragoza, Braulio, contemporáneo de Isidoro, dice que éste es el hombre elegido por Dios para que no se pierda el saber clásico, que estaba en peligro por las invasiones de los bárbaros del norte de Europa.

En las Etimologías trata de recoger todo el conocimiento desde la Antigüedad hasta el siglo VII. La importancia de las Etimologías reside en que ha servido para conservar en la Edad Media la cultura de la Antigüedad, griega y romana. Abarca todos los planos del saber de su tiempo: Teología, Historia, Literatura, Arte, Derecho, Gramática, Cosmología, Ciencias Naturales…

Las Etimologías son la Enciclopedia de la Alta Edad Media. Copias de esta obra se conocieron en toda Europa en las bibliotecas episcopales y monásticas. Su influencia fue hegemónica hasta el siglo XII, en que la cultura europea recuperó la filosofía y la ciencia griegas, gracias al trabajo de los intelectuales musulmanes y judíos.





Las reformas de la infanta Urraca (1033-1101): Panteón Real y el Cáliz de la Última Cena


Doña Urraca era la hija primogénita de Fernando I. En el testamento de éste, se le concedió el señorío de Zamora. Además, era la Dómina del Infantado de León, una institución que recibía las rentas de todos los monasterios de propiedad real y por ello ostentaba un gran poder en el reino. La contrapartida era que no podía contraer matrimonio.

A la muerte de su madre Sancha en 1067, Urraca se hizo cargo del mantenimiento de San Isidoro. Dejó una huella muy profunda en el monasterio, ya que realizó grandes reformas, tal como dice su epitafio: “Ordenó agrandar su iglesia y la enriqueció con numerosos presentes”. Desde entonces San Isidoro es conocido como la “iglesia nueva”, a diferencia de San Juan Bautista, que sería la “iglesia vieja”. No sabemos el nombre del arquitecto que realizó las obras ni el del pintor del Panteón de los Reyes.

Fue la promotora de las tres puertas románicas (Puerta del Cordero, Puerta del Perdón y Puerta Norte), de la decoración pictórica del Panteón de los Reyes y donó muchos objetos preciosos, entre ellos el famoso cáliz de la Última Cena. Las dimensiones del edificio se doblaron y se construyó una nueva cabecera.

Tras su fallecimiento, culminaron las obras Alfonso VII y su hermana Sancha, que también era dómina del Infantado de León.

Durante unos años las obras se paralizaron, pero pudieron continuar en el siglo XII dirigidas por el arquitecto  Pedro Deustamben, que ya había trabajado en el templo con Urraca. La obra de este arquitecto no fue del todo acertada, ya que con los años los muros se inclinaban hacia afuera y la posibilidad de derrumbe era cada vez más real. Durante varios siglos se fueron corrigiendo los errores de construcción hasta que en años recientes se ha llevado a cabo una restauración que ya se puede considerar como definitiva.




Urraca (1033-1101/1103) fue la hija primogénita de Fernando I y su esposa Sancha. Recibió la misma educación que sus hermanos varones en las disciplinas del trivium y el quadrivium. Mantuvo una relacion muy estrecha con su hermano Alfonso (el futuro Alfonso VI), que, según algunos historiadores, llegó al incesto. De hecho, llegó a actuar en la práctica como canciller del Reino de León.

A la muerte de su padre, a Urraca le correspondió la ciudad de Zamora. En el asedio a esta ciudad fue donde encontró la muerte su hermano Sancho a manos del traidor Vellido Dolfos, lo que abría el camino hacia el trono a su otro hermano Alfonso.

Fue la promotora de las pinturas murales del Panteón de los Reyes y la que embelleció con joyas propias el cáliz que se atribuye a la Última Cena y que se expone en San Isidoro.



El Infantado de San Pelayo


El Infantado fue una institución medieval de mediados del siglo X. Formaban parte de ella las infantas solteras que se habían hecho monjas y que tenían el título de Dominas o Abadesas. El origen está en el Infantado de Palat del Rey, creado por Ramiro II para su hija Elvira Ramírez, que más tarde se conocería como Infantado de San Pelayo, cuando la comunidad de Elvira se trasladó a esta iglesia. Al recibir las rentas de los monasterios de propiedad real, acumulaba grandes riquezas.

La sede del Infantado era la basílica de San Isidoro.



Alfonso VII y su hermana Sancha terminan las obras


La basílica tal como hoy la conocemos se debe a los trabajos realizados en tiempos de Alfonso VII y su hermana Sancha Raimúndez en el siglo XII, que continuaron la obra iniciada por su tía abuela Urraca. La nueva iglesia fue consagrada en 1149.

La vida monástica volvió a estar presente. La infanta Sancha creyó conveniente en 1148 traer a la comunidad de monjas de Carbajal de la Legua y enviar a aquel monasterio a las que en aquel momento estaban en San Isidoro.


La basílica tal como hoy la conocemos se debe a los trabajos realizados en tiempos de Alfonso VII y su hermana Sancha Raimúndez en el siglo XII



Fernando II cambia el itinerario del Camino de Santiago para que pase por San Isidoro


En el siglo XII Fernando II cambió el itinerario del Camino de Santiago haciéndolo pasar por delante de la fachada de San Isidoro. Con el Camino de Santiago se consiguió una gran dinamización económica de todo su trayecto, así como la implantación definitiva del arte románico en nuestro país.

Con Fernando II (1157-1188), hijo y sucesor de Alfonso VII,  San Isidoro adquirió la categoría de abadía dependiente directamente de Roma. En esta situación ha permanecido hasta 2003.



León es la cuna del parlamentarismo


Alfonso IX (1171-1230) subió al trono de León en un momento muy convulso: en medio de una crisis económica muy fuerte, se estaban produciendo rebeliones nobiliarias y peligro de conflictos con Castilla, Portugal y los almohades.

El rey decidió convocar Cortes buscando los mayores apoyos posibles para lograr la estabilidad de su reino. Por primera vez en la Historia, los representantes de las ciudades participaron en este evento: León, Oviedo, Salamanca, Ciudad Rodrigo, Zamora, Astorga, Ledesma, Benavente y otras. Las Cortes tuvieron lugar en el claustro de San Isidoro. El objetivo era involucrar a toda la población, ciudades incluidas, en la solución de la grave crisis económica que azotaba el reino de León. Como consecuencia de estas Cortes, se mejoró la administración de justicia y se corrieron algunos abusos de los señores feudales nobiliarios y eclesiásticos. El resultado es la Carta Magna leonesa, donde se habla de los derechos de los individuos, precedente de la Declaración de los Derechos del Individuo de la Revolución Francesa y de la  Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.

En 2013 estas Cortes y su Carta Magna fueron reconocidas por la UNESCO como Cuna del Parlamentarismo como “testimonio documental más antiguo del sistema parlamentario europeo”.


El Panteón Real. En 2013 las Cortes de eón y su Carta Magna fueron reconocidas por la UNESCO como Cuna del Parlamentarismo como “testimonio documental más antiguo del sistema parlamentario europeo”.



Los problemas de los siglos XIX y XX


Entre los siglos XV-XVIII se ampliaron los claustros y reformaron varios espacios, construyéndose la biblioteca.

Durante la Guerra de la Independencia fue una de las primeras ciudades españolas en sublevarse contra el invasor. Las tropas francesas se distinguieron por sus saqueos (1808-1813), el uso de San Isidoro como cuartel y de alguna capillas -entre ellas el Panteón de los Reyes- como cuadra para los caballos. Cuando los soldados de Napoleón iniciaron la retirada, quemaron la iglesia.

La Desamortización de Mendizábal de 1835 provocó nuevos expolios y saqueos. La comunidad quedó suprimida, aunque se restauró en 1851, pero el edificio estaba en tal mal estado que no recuperó un estado aceptable hasta que se hicieron obras de 1894 a 1920.

De nuevo durante la guerra civil sirvió de cuartel de las tropas franquistas, con el deterioro consiguiente. A mediados del siglo XX la situación era tan precaria que la comunidad estuvo en peligro de desaparición: sólo quedaban el abad y 3 canónigos de avanzada edad y con pocas posibilidades de renovación.

En 1956 se decidió secularizar el Cabildo Regular de San Isidoro.