Santa María de Quintanilla de las Viñas



Un templo de grandes dimensiones para la época


Del templo original sólo se conserva la cabecera y parte del crucero. Nada queda de las naves laterales ni de la nave central. Era un edificio de cruz latina, de tres naves, con dos estancias a ambos lados del crucero. El ábside es rectangular. La puerta de entrada se ubicaba a los pies del templo. Las dimensiones eran de considerables para la época: 23 metros de largo por 21 metros en su parte más ancha. En el interior, encontramos un arco toral de herradura en el intradós y de medio punto en el extradós.

Del templo original sólo se conserva la cabecera y parte del crucero.


Las naves se desplomaron en el siglo XIV. El abad mandó retirar los restos de varios miembros de la nobleza castellana enterrados allí y el lugar se abandonó. La ermita fue “redescubierta” en los años 20 del siglo pasado por el cura del lugar, Bonifacio Zamora, rodeada de maleza y que había servido como corral de ganado.

La iglesia formaba parte de un monasterio que dependía del de San Pedro de Arlanza. Se cree que en Santa María de las Viñas fue enterrado Fernán González y posteriormente trasladado a San Pedro de Arlanza.

Espacio que ocuparían las naves



La impresionante decoración del exterior


Encontramos en el exterior decoración a base de racimos, cintas, motivos geométricos y vegetales y figuras de animales, como toros, grifos, leones, leopardos, ciervos y aves (perdices y pavos reales), de influencia siríaco-persa. Completa la decoración tres monogramas: F(e)C(e)R(u)N(t) (“hicieron”) y dos nombres de persona: ¿F(l)AN(o)L(a)? y ¿DAN(i)L(a)?. Quedan los huecos de otros tres monogramas que no se llegaron a tallar.