Santa María de Quintanilla de las Viñas



Un poco de Historia: desde restos megalíticos a grandes enclaves medievales


La presencia humana viene del Paleolítico (hace más de 10.000 años), como lo atestiguan los restos encontrados en San Pedro de Arlanza y otros. Del Neolítico quedan algunas hachas en el Museo de Burgos, así como, dentro de la “cultura megalítica”, un menhir en Mambrillas de Lara y tres dólmenes en Jaramillo Quemado y Cubillejo de Lara. También, testimonios de la “cultura de los campos de urnas”, forma de enterramiento de finales de la Edad del Bronce y comienzos de la del Hierro.

La iglesia de Santa María. Todo este territorio está jalonado de restos megalíticos (dólmenes) y asentamientos celtas, romanos y medievales.


Estas tierras fueron habitadas por varias tribus en el primer milenio a.n.e.: los pelendones (Numancia), los arévacos (Clunia y Osma), los vacceos y los turmogos (Silos y Covarrubias).

De la presencia romana se han encontrado algunos restos en los alrededores de la ermita de Quintanilla de las Villas (más de 200 estelas). Posiblemente el espacio sobre el que se levanta la ermita de Quintanilla fue un lugar de culto romano.

Con la llegada de los árabes, Quintanilla queda despoblada, dentro de lo que se llamó “el desierto del Duero”, hasta su repoblación con la conquista cristiana a partir del siglo X. Gonzalo Fernández, el conde castellano, levantó el castillo de Lara para proteger las tierras recién adquiridas a los musulmanes. En este castillo, situado a poco más de un kilómetro de la ermita de Quintanilla, nació Fernán González, el primer conde soberano de Castilla.

Maqueta de la iglesia. En un castillo cercano nació Fernán González, el primer conde soberano de Castilla.


EL condado de Castilla hacia el año 1000

Fernán González

Fernán González (910-970), fue conde de Castilla, Burgos, Álava, Lantarón y Cerezo. Pertenecía a una familia originaria del castillo de Lara (Lara de los Infantes, en la parte oriental del reino de León), que ejerció una gran influencia y protagonismo en el reino de León.

Hizo frente a las razzias de Abd al-Rahman III como conde de Castilla, formando parte de los ejércitos de Ramiro II de León, derrotando a los musulmanes en dos ocasiones cerca de Osma y en la batalla de Simancas. En 940 conquistó Sepúlveda y otras localidades.

Poseedor de un vasto territorio y un gran prestigio, cada vez actuaba de forma más independiente del reino de León. En este sentido, se casó por dos veces con mujeres de la casa real de Pamplona. En respuesta, Ramiro II nombró a Ansur Fernández conde de Monzón, con lo que cortaba a Fernán González el acceso a los territorios entre el Cea y el Pisuerga. En el 944 las hostilidades entre el monarca y el conde estallaron abiertamente. Fernán González fue hecho prisionero, encarcelado durante casi un año y liberado tras jurar fidelidad al rey leonés; para asegurar tal juramento, se concertó la boda entre la hija de Fernán González y el heredero al trono, Ordoño.

El reino de León se debatía en medio de una grave crisis, lo que aprovechó Abd al-Rahman III para realizar varias razzias al norte del Duero y saquear el territorio. Como el musulmán no pisó tierras de Fernán González, se supone que había algún pacto entre ellos. EL conde participó en las luchas dinásticas a las muerte de Ramiro II en 951 y derrotó a los musulmanes en San Esteban de Gormaz en 955. Capturado de nuevo, Fernán González pudo quedar libre a cambio de algunas concesiones territoriales.

En el 963 pactó una tregua con Alhakén II, al margen del rey leonés. En estos momentos sus posesiones iban desde el mar Cantábrico hasta más allá del Duero.

El Poema de Fernán González, del siglo XIII, es un relato legendario de su vida y hazañas. La Crónica Najerense, unas décadas antes, nos presenta a Fernán González como el primer conde independiente de Castilla, ya que «fue el primero que sacó a los castellanos del yugo de la dominación leonesa».


El alfoz (especie de capital de comarca) de Lara llegó a ser el más extenso de Castilla, con 127 aldeas o lugares. La familia Lara jugó un papel decisivo en la política castellana en los siglos XI y XII. En el Cartulario del monasterio de San Pedro de Arlanza del 879 consta que Gundisalvo Telliz, conde de Lara, inició la restauración de la iglesia de Quintanilla.

Todo este territorio está jalonado de restos megalíticos (dólmenes) y asentamientos celtas, romanos y medievales. Por otra parte, no muy lejos de Santa María de las Viñas tenemos el Monasterio de Santo Domingo de Silos, el Monasterio de San Pedro de Arlanza y la Villa de Covarrubias.