Sahagún mudéjar (León)


Monasterio de San Pedro de las                             Dueñas



Un monasterio para las damas de la aristocracia leonesa y castellana

Se ubica en los alrededores de Sahagún. Es un cenobio femenino, de ahí su nombre (“de las Dueñas”). El monasterio original data del siglo X, con muchas reformas posteriores, de manera que lo que contemplamos hoy es del siglo XVIII. En el año 973 Salomona y su hermana fundaron este cenobio, que luego vendieron al mayordomo de Ramiro III, quien a su vez lo puso bajo la dependencia del monasterio de San Benito de Sahagún. 

Es un cenobio femenino, de ahí su nombre (“de las Dueñas”)


En 1109 comenzaron las obras del conjunto del edificio románico. A finales de siglo, la obra continuó en ladrillo, siguiendo el ejemplo de San Tirso de Sahagún. 

Se conocía como el monasterio de las “domnas Sancti Facundi” (las mujeres de Sahagún), ya que acogía especialmente a damas de la nobleza castellana y leonesa, que ingresaban en él como monjas o pasaban una temporada para su educación. Al principio se nutrió de monjas procedentes de otros monasterios castellano-leoneses. Es la contrapartida femenina del monasterio de San Benito de Sahagún, masculino. Recibió grandes donaciones de la nobleza y de los monarcas, especialmente de Alfonso VII en 1132. Grandes reformas tuvieron lugar en el siglo XVI.

El monasterio original data del siglo X, con muchas reformas posteriores


La primera documentación que nos habla de este monasterio  es la Primera Crónica de Sahagún, hacia el 1117, en el marco de la rebelión de los burgueses de la localidad que tuvo lugar por esas fechas. Nos cuenta este documento que Domingo, el abad de San Benito de Sahagún, se había trasladado al de San Pedro de las Dueñas para celebrar la misa de difuntos por un monja que había fallecido. Cuando se estaba celebrado la misa, los burgueses de Sahagún cercaron el monasterio con la intención de matar al abad. Como no pudieron forzar la puerta de entrada, “entraron dentro del claustro” 

El monasterio acogía a damas de la nobleza castellana y leonesa


Rebeliones burguesas en Sahagún

A finales del siglo XI y comienzos del XII tuvieron lugar varias rebeliones de los burgueses en ciudades del Camino de Santiago, siendo las más importantes las de Sahagún y las de Santiago de Compostela. Son enfrentamientos entre sectores de la sociedad feudal por el poder y de rechazo del despotismo de las autoridades eclesiásticas; nada tienen que ver con las revoluciones burgueses que siglos después traerán el nuevo orden capitalista.

En 1087, se produjo un movimiento de protesta de los burgueses cuando el abad pretendió construir unas casas en terrenos comunales. El abad consiguió desbaratar la protesta e impuso penas pecuniarias a los rebeldes.

En 1096 los ciudadanos de Sahagún consiguieron suprimir el monopolio del horno a cambio de pagar un censo anual de un sueldo, y, a la muerte de Alfonso VI, lograron la supresión del impuesto de la mañería (derecho del abad de heredar los bienes de los que morían sin sucesión legítima). 

Urraca I de León. Casada con Alfonso I el Batallador, pronto estalló un conflicto armado entre ambos. Finalmente, el Batallador renunció al trono leonés.


En 1110, cuando las tropas de Alfonso el Batallador, de Aragón,  se acuartelaron en Sahagún, los burgueses iniciaron la revuelta y  consiguieron que el abad huyera, mientras que el rey aragonés colocó a su hermano Ramiro en su lugar en 1111. Era un momento de guerra civil entre los cónyuges Urraca de León y Alfonso I de Aragón. 

Los burgueses se estaban apropiando de las tierras del abad, con lo que en el campo tan sólo se estaba produciendo un cambio de dueño, sin ninguna mejora para el campesinado, que rápidamente se puso en contra de la revuelta. 

Se produjo la excomunión de los burgueses en un sínodo en León, lo que caló hondo entre los rebeldes; algunos burgueses trataron de contemporizar y buscar alguna solución al conflicto para no perder su alma.  

A la pérdida del apoyo campesino y a la posible pérdida del alma, se unió la marcha de Alfonso I el Batallador en 1114 al renunciar al trono leonés. A lo que hay que añadir el boicot económico a cargo de campesinos y señores feudales, que colapsó la villa. Y la revuelta burguesa se acabó.

Un nuevo levantamiento en 1116 fue fácilmente sofocado por el abad.

No será hasta 1152 que los burgueses, con nuevos fueros, hicieron valer su poder económico y consiguieron muchas de las reivindicaciones que planteaban a comienzos de siglo. “En este fuero desaparecen los monopolios del monasterio; se nombra sólo el abuso por el horno (…). Se derogan las prioridades de venta de vino (…). Se afirma la inviolabilidad del domicilio y se conserva la exención del servicio militar.” (Reyna Pastor de Togneri, Conflictos sociales y estancamiento económico en la España medieval, ed. Ariel quincenal).



Un tema recurrente: la lucha entre hombres y bestias

La iglesia es de estilo románico-mudéjar, de tres naves y tres ábsides semicirculares.

En el exterior tenemos una torre cuadrada, hecha en ladrillo. La decoración del ábside central es a base de 8 arquillos de medio punto, con capiteles que tratan de la lucha entre hombres y bestias. 

En el exterior tenemos una torre cuadrada, hecha en ladrillo.


La puerta, enteramente en ladrillo, tiene 3 arquivoltas.

En el interior cabe destacar los 16 capiteles que se conservan. Especial mención merece el de “las siete monjas” y otros con temas de animales en lucha contra seres humanos. También, una imagen de Cristo obra de Gregorio Fernández.

La puerta, enteramente en ladrillo, tiene 3 arquivoltas.


Se conserva un arco en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Lo capiteles presentan temas vegetales y animales contra hombres, que, como vemos, es un tema recurrente en todo este templo. 

Se conserva un arco en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid (foto_ Wikipedia)





Capiteles del interior (fotos: romanicodigital.com)