Sahagún mudéjar (León)
Monasterio de San Benito |
Una historia muy agitada. El abad era el que mandaba en Sahagún
Su origen está en un monasterio que guardaba las reliquias de los santos Facundo y Primitivo, destruido por las razzias musulmanas y vuelto a construir en el 880, en tiempos de Alfonso III el Magno de Asturias (c 848-910). Se trataba de ofrecer un centro religioso al abad Alonso y otros monjes que le acompañaban, que habían venido de Córdoba huyendo de la persecución de los musulmanes. El primer documento escrito que nos habla de este monasterio es del año 904. En el 988 el monasterio fue destruido de nuevo por Almanzor.
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Restos de San Benito. Su origen está en un monasterio que guardaba las reliquias de los santos Facundo y Primitivo |
Cuenta la leyenda que los santos Facundo y Primitivo murieron en el año 304 en las persecuciones de que fueron objeto en el imperio romano y sus restos arrojados al río Cea. Eran dos legionarios romanos convertidos al cristianismo. Sus otros 10 hermanos también alcanzaron la santidad, así como sus padres. Las aguas del río llevaron los cadáveres aguas abajo hasta que se detuvieron en un punto donde fueron enterrados y el lugar convertido en un centro de culto.
Durante la dominación romana, este lugar estaba ocupado por la mansio de Camala, en la vía que iba de Legio (León) a Italia. En época visigótica existía una comunidad monástica, que duró hasta el 714, con la llegada de los musulmanes. El lugar era conocido como “Domnos Sanctos”.
En los siglos IX y X era conocido como “monasterio de San Facundo”, lo que dio nombre a la ciudad (San Facundo = Safagund → Sahagún)
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Restos de San Benito. En los siglos IX y X era conocido como “monasterio de San Facundo”, lo que dio nombre a la ciudad (San Facundo = Safagund → Sahagún) |
En época de Alfonso VI (r. 1065-1109) dominaba más de 90 monasterios e iglesias, en las actuales provincias de León, Palencia, Valladolid, Zamora y Santander. Se convirtió en uno de los monasterios más poderosos de toda España, tanto que llegó a depender directamente de Roma y su abad fue uno de los señores feudales más importantes del reino. De hecho, fue el monasterio más importante del Reino de León y durante mucho también también del de Castilla, entre los siglos XI al XV. En la “Universidad” del monasterio, creada en el siglo XVI, se estudiaba teología, derecho canónico, música y artes liberales, alcanzando este centro docente los mismos privilegios que las universidades de Salamanca y Alcalá, las de más prestigio de España en la época. Por todo ello San Benito es conocido como el Cluny español, y, de hecho, fue el monasterio cluniacense más importante de nuestro país.
El reinado de Alfonso VI marca el periodo de mayor esplendor, pues incluso llegó a acuñar moneda en las décadas siguientes. Este monarca, para salvar su vida, fue obligado a tomar los hábitos y profesó en este monasterio tras su derrota ante su hermano Sancho. Ya proclamado rey, se casó con Constanza de Borgoña, lo que facilitó la llegada de los monjes de Cluny que implantaron la liturgia romana que sustituyó a la mozárabe, a pesar de la oposición de los monjes de origen hispano, convirtiéndose San Benito en uno de los focos principales de estos cambios de la liturgia católica. En 1080 Alfonso VI nombró como abad al francés Bernardo de Aquitania, quien posteriormente sería obispo de Toledo. Cinco años más tarde, este monarca concedió a Sahagún los Fueros que convirtieron a esta localidad en un próspero centro económico y comercial en el Camino de Santiago, bajo la autoridad del abad de San Benito. Sahagún aglutinó a gentes muy diversas, desde comerciantes francos a cristianos, judíos y mudéjares hispanos. “Ayuntáronse de todas partes del uniberso burgueses de muchos e diversos oficios, conbiene saver: herreros, carpinteros, xastres, pelliteros, zapateros, escultores, e omes enseñados en muchas e dibersas artes e oficios, e otrosí personas de diversas e estrañas provincias e reinos, conbiene a saber: gascones, bretones, alemanes, ingleses, borgoñeses, normandos, tolosanos, provinciales, lonbardos, e muchos otros negociadores de diversas naciones e estrañas lenguas. E así el Rey Don Alfonso, pobló e fizo la villa non pequeña.” (Primera Crónica Anónima de Sahagún).
A los "francos" se les sumarían los mozárabes y judíos que venían huidos de al-Andalus y cuya calificación profesional era muy alta, así como los musulmanes que permanecieron en territorio cristiano (mudéjares), que tenían un gran dominio de las técnicas agrarias y constructivas. Sahagún fue una de las ciudades más importantes de la España cristiana, tanto en el aspecto económico como cultural.
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Restos de San Benito. El reinado de Alfonso VI marca el periodo de mayor esplendor |
Se cuenta que para dar verosimilitud al cambio de rito, en presencia de Alfonso VI, el abad arrojó al fuego un breviario mozárabe y otro romano. Dios haría que quemara el breviario que no era el correcto para los tiempos que corrían. Como el que quedó prácticamente intacto fue el mozárabe, Alfonso VI lo devolvió al fuego y allí se consumió. Parece que el dicho «Allá van leyes donde quieren reyes» tiene su origen en este acto.
Alfonso VI murió en 1109 y, tal como había manifestado en vida, fue enterrado en este monasterio, junto con sus esposas. Otros nobles siguieron el mismo camino, como es el caso de Pedro Ansúrez y su hijo Alfonso; el sepulcro de este último se guarda en el Museo de la Colegiata de San Isidoro de León.
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Alfonso VI y su esposa, Monasterio de la Santa Cruz, Sahagún |
En época de Alfonso VI, la localidad llegó a los 8,000 habitantes, que fueron unos 12,000 cincuenta años más tarde. Se trata de cifras de población muy altas para aquellos tiempos. En el tercer fin de semana de julio se celebra el “Encuentro de Juglares” desde el año 2002, que rememora la primera escuela de juglares de España fundada en Sahagún en 1116.
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Restos de San Benito. En época de Alfonso VI, la localidad llegó a los 8,000 habitantes, que fueron unos 12,000 cincuenta años más tarde. |
A raíz de la Peste Negra de 1348 y de la crisis económica que afectaba a toda Europa, los ingresos de San Benito disminuyeron un 50% entre 1338 y 1358. Los problemas fueron en aumento: en 1388 Juan I de Castilla donó a los monjes de Sahagún el Alcázar de Valladolid, donde fundaron un monasterio con personal procedente de Sahagún, lo que en el siglo XV hizo que San Benito de Sahagún entrara en decadencia irreversible al pasar a depender del vallisoletano. En 1755 el terremoto de Lisboa produjo varios daños en el edificio que afectaron a su estructura.
Durante la Guerra de la Independencia, a comienzos del siglo XIX, el monasterio sirvió de hospital militar. Las tropas francesas lo saquearon e incendiaron, lo que obligó a los monjes a abandonarlo. Durante esta guerra, en el incendio de 1810 quedó destruido el sepulcro de Alfonso VI y sus restos fueron depositados en un caja junto con los de sus esposas, sufriendo una serie de vicisitudes que los llevaron a varios lugares hasta que en 1902 fueron descubiertos de nuevo. En la actualidad todos estos restos se hallan en el monasterio femenino de Santa Cruz de Sahagún. En 1808 se enfrentaron en las inmediaciones de Sahagún las tropas británicas y francesas, con victoria de las primeras.
La Desamortización de 1835 supuso la ruina total, como en tantos otros centros religiosos. Se salvaron la Torre del Reloj (por contener el reloj de la localidad) y el Arco de San Benito debido a que iba a estar atravesado por una carretera.
El 14 de abril de 1931 Sahagún fue la segunda ciudad de España, después de Eibar, en proclamar la República. Le fue concedido el título de “Muy Ejemplar Ciudad” por el gobierno republicano.
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Arco de San Benito |
Una biblioteca y una scriptorium de primer nivel
De época románica y gótica apenas quedan restos. Tan sólo han llegado hasta nosotros la capilla de San Mancio (que ocupa el espacio de la primitiva iglesia), parte del crucero y el arco que daba paso al cenobio. El monasterio sufrió 6 graves incendios a lo largo del tiempo, en 1237, 1590, 1692, 1769, 1810 y 1835.
La iglesia era de 3 naves, de 100 pasos de larga por 24 de ancha.
En el exterior tenemos la Torre del Reloj, así como algunos muros y parte del molino.
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En el exterior tenemos la Torre del Reloj |
Algunas piezas conservadas del monasterio fueron trasladadas al Museo Arqueológico Nacional de Madrid:
- fragmento de un tímpano con la imagen de la Virgen y el Niño y la inscripción " RES MIRA-NDA SAT-IS BENE-CONPLA-CITVRA-BEA-T-I-S" ("Cosa digna de ser admirada plenamente para complacer a los bienaventurados" ).
- capitel con arpía
- lápìda del sepulcro de Alfonso Ansúrez, con el epígrafe "ERA : M : C : XXX : I : VI : KL : DECEBR : OBIIT AN…" (Año 1131, a 6 kalendas diciembre murió An…), con varios seres alados, la imagen del difunto recibiendo la bendición divina y los Evangelistas.
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Virgen y el Niño (c 1099) Museo Arqueológico Nacional (foto: monestirs.cat) |
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Redentor y Virgen, Museo de León (foto: monestirs.cat) |
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San Juan Evangelista, Iglesia de San Tirso (foto: monestirs.cat) |
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Sepulcro de Alfonso Ansurez (s. XI-XII), Museo Arqueológico Nacional (foto: monestirs.cat) |
La biblioteca y el scriptorium del monasterio también fueron de los mejores de todo el Reino de León. Aquí se confeccionó el Beato de la Biblioteca Corsiniani en el siglo XII, del tipo del Beato de Liébana, que se encuentra en Roma en la actualidad. Un facsímil de esta obra se puede contemplar en la iglesia de la Peregrina. Seguramente también en San Benito se confeccionó el Beato Fernando I y doña Sancha, también conocido como Beato de Facundo, actualmente en la Biblioteca Nacional de España en Madrid. Se ha conservado asimismo abundante documentación que se guarda en el Archivo Histórico Nacional de Madrid.