Románico de los Valles Pasiegos, Cantabria


Castañeda, colegiata de la Santa Cruz. 

El exterior: los capiteles y canecillos


En los ventanales del ábside veremos capiteles con figuras de animales (leones, águila) y motivos vegetales. Muy interesante es la serie de canecillos: personas, animales y monstruo sacando la lengua. En la zona del presbiterio tenemos un canecillo con un hombre itifálico.

La torre es de una altura considerable. Las iglesias con torre no son un elemento habitual en el románico cántabro.

Destaca el cimborrio, por sus grandes dimensiones. Contiene ventanas en estilo mozárabe.


Animales que devoran. Representan el proceso de muerte/resurrección. El proceso de iniciación se realiza a través de la muerte/resurrección del iniciado, que debe morir simbólicamente para renacer como Hombre Nuevo. En el Tíbet, en el rito del 'tchoed' el iniciado invoca a la diosa para que trocee su cuerpo y sea devorado por las bestias y los demonios. En la Edad Media son conocidos los ritos iniciáticos en los gremios de constructores y herreros, así como en ciertas sociedades (los Templarios, por ejemplo).

Personajes itifálicos. Encontramos un paralelismo entre el "románico erótico" y algunos templos de la India. En la tradición hindú, la vida del hombre tiene cuatro propósitos, entre ellos el Kama o  vida sexual:
- Dharma, la acción correcta, el obrar bien- Artha, la correcta organización de la sociedad para tener una vida material digna- Kāma, la vida sexual, reflejada en el Kamasutra- Moksha, la liberación del dolor y de la ignorancia, propósito central que incluye a los otros tres.



Músicos. Desde la Antigüedad se relaciona la música con las matemáticas y la geometría.  El arquitecto constructor de templos ha de saber música para dominar las proporciones armónicas y aritméticas de su obra.


Personajes



Animales, entre ellos dos cérvidos. El ciervo aparece como animal sagrado en la Prehistoria. Como muda de cuernos cada año, simboliza el ciclo agrario, que está en constante renovación y, por extensión, lo eterno. Para los celtas, el ciervo conduce a los espíritus pues representa a la luz frente a las tinieblas. Para Karl Jung la caza del ciervo es una imagen alegórica del acto sexual.