Iglesia del Santo sepulcro. Torres del Río (Navarra)


El templo

Lo primero que llama la atención de esta iglesia es su planta octogonal y su reducido tamaño. En el interior, no dejará de sorprendernos su cúpula de crucería de inspiración musulmana. Y en la parte superior, la llamada “linterna de los muertos”. La huella de los constructores árabes que levantaron esta iglesia es muy evidente: en estos momentos los profesionales árabes de la construcción era muy superiores a sus homólogos cristianos. La iglesia fue declarada Monumento Histórico-Artístico durante la II República, en el año 1932.


La iglesia del Santo Sepulcro 

Es uno de los pocos templos poligonales de Europa. Adosados al octógono, tenemos un ábside semicircular al este y una torre cilíndrica al oeste cuya escalera sirve para acceder a la linterna en la parte superior del edificio.

En el templo apreciamos tres niveles o cuerpos: el inferior, ciego; el segundo, con pequeños ventanales, y el tercero con ventanas de medio punto. Es así que esta iglesia tiende a la verticalidad, al contrario de lo que es normal en las construcciones románicas, que tienden a la horizontalidad y a la sensación de “pesadez” de  los volúmenes.

La portada es muy sencilla. El exterior del templo fue cementerio, como así lo atestigua el jesuita José de Moret en el siglo XVII en sus ‘Anales del Reino de Navarra’: “en el que debía de ser cementerio, y ya se pisa como camino público” aparecieron “modernamente cuerpos vestidos con telas de seda y cintos con los hierros dorados”; es decir, no se enterraba a cualquiera en el entorno exterior de esta iglesia. En el interior, algunos capiteles son historiados.



Plano de la iglesia. Fuente: Institución Príncipe de Viana



Orientación del templo y paso del sol

La orientación del templo es de 64º, cercana a la salida del sol en el solsticio de verano.

Habría que estudiar los efectos de luz del paso del sol por las ventanas (niveles segundo y tercero del lado del octógono que está a la derecha del puerta, entrando) sobre la pared de enfrente. Durante buena parte del mes de agosto y septiembre (incluyendo el equinoccio el día 23) los rayos del sol inciden en esa pared desde la ventana del segundo nivel. En el solsticio de verano y desde la ventana del tercer nivel, el sol dará justamente en la parte más baja de la referida pared.


Por estas ventanas pasaría el sol produciendo un efecto lumínico en el interior



Datos radiestésicos

La iglesia está recorrida por 3 corrientes subterráneas de agua, dos de las cuales se cruzan justo en el centro del edificio, en la vertical de la bóveda. La tercera corriente cruza la entrada al templo. Una de las dos corrientes que se cruzan se dirige finalmente hacia el ábside. Son corrientes de una amplitud considerable.


La bóveda potencia la energía del centro del octógono


El interior de la iglesia de Torres del Río está libre de líneas Hartmann y Curry, que han sido desplazadas a los cimientos. Con ello, y apoyándose en la abundancia de agua en el subsuelo, se consigue un nivel energético muy alto y una sensación de espiritualidad muy elevada.

La media del interior del templo (octógono + ábside) tiene un nivel de 29.000 ubv, como corresponde a los lugares sagrados. Destacan el centro (en la vertical de la bóveda), con 31.000 ubv, propiciado este nivel por la propia estructura de la bóveda (geometría sagrada) y el cruce de corrientes de agua subterráneas. El otro punto de alta energía es el centro del ábside, con también 31.000 ubv, asimismo atravesado por una corriente de agua subterránea. La media del octógono interior (descartando la vertical de la bóveda y el ábside) es de 23.000 ubv.


El ábside es otro punto de alta energía

El exterior está rodeado por una zona de 3.000 ubv, como corresponde a los lugares de enterramiento. De hecho, aquí se encontraron personas enterradas. La parte de energía más baja está justo delante del exterior de la puerta de entrada, que está recorrida por una línea Curry.

El diseño poligonal de la iglesia está originado por el punto de alta energía en el centro del edificio (vertical de la bóveda). Esta energía se expande en forma de octógono y determina la forma del templo. Y al otro lado del octógono, la energía alcanza niveles muy bajos (zona de enterramiento). La estructura del edificio se adapta, pues, a la áreas energéticas sobre las que se levanta, tal como también ocurre con la iglesia de Eunate. Y con ello se explica su forma octogonal.