Románico de Ágreda y comarca (Soria)




Ágreda musulmana

Con la ocupación musulmana, Ágreda renace con fuerza como un gran núcleo de población. Fue conquistada por Musa ben Musayr en 713, cuando se dirigía hacia Zaragoza. Como Ágreda protegía la entrada al valle del Ebro desde los reinos cristianos del norte, fue dotada con torreones de defensa y unas buenas murallas; de hecho, la ciudad es una de las fortificaciones musulmanas conservadas más antiguas de España. No había ríos como el Tajo o el Duero que hicieran de frontera natural, así que los islamistas tuvieron que recurrir a las fortificaciones y los torreones.

La población árabe era conocida como “baladí” (los instalados en el país), provinentes del norte de África y de Oriente. A ellos se añadieron grupos de bereberes, que destacaban por sus actividades ganaderas.



Puerta califal de Ágreda (foto: siempredepaso.es)


Se cree que tuvo dos mezquitas, la del “Valladar” y la de “la Muela”, de las que nos ha quedado la “calle Mezquitas”; un tercer templo coloca la tradición frente a la Puerta Califal. Las “Huertas Árabes” y la “Fuente árabe” son vestigios de los excelentes trabajos de los musulmanes en el cultivo de los campos y en el dominio de la distribución del agua.

El culto cristiano estaba permitido. La iglesia de San Julián era el templo de esta comunidad. En 927 pasó a depender del monasterio de San Millán de la Cogolla.

De la época musulmana no ha quedado un magnífico arco califal. También se le conoce como Puerta del Barrio, Puerta de Tarazona (está orientada hacia esta localidad) o Puerta del Cementerio (pues se halla frente a la necrópolis islámica). Data del siglo X, en los años en que Ágreda estaba asediada por las tropas cristianas. Un gran lienzo de muralla musulmana completa la zona.

Una segunda puerta es conocida con los nombres de  Puerta de la Muela, Puerta del Agua (está junto a un pozo) o Puerta de la Ermita (está junto a la ermita del Amparo).

Pocas poblaciones castellanas conservan restos de su pasado musulmán como es el caso de Ágreda. En Soria encontraremos otros ejemplos sobresalientes, como el castillo de Gormaz y la parte musulmana de la muralla de Medinaceli.


Los musulmanes destacaron en en el desarrollo de la agricultura y en el dominio de la distribución del agua.




Los mudéjares, la comunidad musulmana permaneció muy islamizada hasta su expulsión 

La comunidad musulmana permaneció en Ágreda con toda normalidad tras la conquista cristiana. Era un total de unas 600 personas, una de las 10 aljamas islámicas más importantes de la Corona de Castilla. Al ser Ágreda tierra de realengo, pudieron gozar de una serie de privilegios (como el de no estar obligados a albergar a “gentes de armas” en sus casas). A cambio, tenían la obligación del mantenimiento de las murallas. Los musulmanes de Ágreda dominaban la industria textil y del cuero (en recuerdo, nos queda la “calle Tañerías”; una tañería es una fábrica de pieles), así como la de la alfarería: las ollas con labio en “T” son típicas de la villa.

En 1502, poco después de la expulsión de la importante comunidad judía en 1492, los monarcas castellanos obligaron a los mudéjares (nombre que reciben los musulmanes que vivían en territorio cristiano) a convertirse al cristianismo. Como protesta, los islamistas dejaron de vigilar las puertas de las murallas. A principios del siglo XVI, la represión aumentó: el inquisidor Hernando de Sezinas ordenó que los recién convertidos abandonasen su barrio y fuesen a vivir fuera de murallas (todos los “cristianos nuevos convertidos de moros saliesen a morar fuera del recinto amurallado y que en su lugar entrasen otros tantos cristianos viejos para ocupar las casas que los primeros dejasen vacías”). La medida tuvo un éxito relativo, pues los cristianos que se trasladaban al antiguo barrio moro (que ahora se le había dado el nombre de Villanueva de Ágreda) tenían que seguir con la vigilancia de las murallas y de las puertas, tal como habían hecho hasta entonces los musulmanes. Varios Autos de Fe celebró la Inquisición en Ágreda para perseguir a los moriscos que persistían en su fe: los Autos de Fe de 1528, 1529, 1532, 1536, 1577, 1578, 1580 y 1583 condenaron a 43 personas (algunas de ellos eran judeoconversos).



Los moriscos fueron expulsados en 1610. La repercusión sobre la economía en muchas zonas de España fue muy grande.


En los siglos XVI y hasta 1610 (fecha de expulsión de los moriscos), cuando estaba prohibida la religión islámica, la comunidad musulmana de Ágreda mantuvo a toda costa sus costumbres y su fe. Tenían contactos con otras comunidades a lo largo del valle del Ebro. Finalmente, en 1610 como decimos, se decretó la expulsión de los moriscos. Los de Ágreda fueron llevados a Burgos y desde allí trasladados a Francia.

EL integrismo religioso católico creó leyendas como la de Juan Medrano, zapatero morisco. Este hombre vivía en lo que en la actualidad es la ermita de la Virgen de los Desamparados. Practicaba en secreto su religión hasta que fue convertido al catolicismo por la Virgen de los Milagros en 1527. Tenemos el siguiente poema:

“Porque del Corpus un día trabajé, 
desprecio haciendo,

a aquella hermosa María,
que con un milagro estupendo,
 descubrió la culpa mía. 
Pues llevada en procesión, 
acompañando a su hijo, 
llegando a mi habitación, 
estuvo inmóvil, y dijo

sin palabras mi traición”.