Las iglesias del Serrablo, Huesca
Satué, iglesia de San Andrés
Fue construida en el siglo XI, entre el 1050 y el 1060. Dependía del monasterio de San Juan de la Peña. Cartel informativo: “San Andrés ofrece un magnífico ejemplo de ábside típico serrablés. Su perfección formal lo emparenta con el de la parroquial de Lárrede y hay quien los atribuye al mismo maestro constructor. Sin embargo, según las tesis mozarabistas de Durán Gudiol sería posterior a aquél y fechable a principios del siglo XI."
El maestro de obras debía tener un alto nivel de conocimientos, pues esta iglesia está considerada como uno de los ejemplos más puros y mejores del llamado “círculo larredense".
La iglesia tiene el típico ábside larredense, de siete arcos ciegos sobre lesenas y friso de baquetones. El tejado de la nave es de madera a dos aguas y el del ábside es de bóveda de piedra.
Cartel informativo: “Su exterior muestra todo el repertorio decorativo que define este tipo de cabeceras. Un basamento inferior, recorrido por una moldura redondeada, sirve de apoyo a unas pilastras llamadas lesenas que se unen mediante unos arcos ciegos. Aquí con siete, número que nos remite a la idea de la perfección. Además, una ventanita en arco de medio punto y derramada al interior y al exterior marca el eje del edificio. Encima, volvemos a encontrar otra moldura similar a la descrita y, sobre ella, un friso de rollos o baquetones. Finalmente, el tejado apoya en una cornisa de sillarejos salientes.
“La nave (…) está más alejada del lenguaje larredense y más cerca del románico pleno. Esto indica la presencia de otro maestro albañil, si bien los dos trabajos aparecen bien ensamblados mediante contrafuertes. La torre-campanario es posterior a la época medieval.
El ábside
“Al interior, podemos apreciar la cuidadosa colocación de las hiladas concéntricas para confeccionar la bóveda de cascarón o cuarto de esfera que cubre el ábside, técnica aprendida de los maestros lombardos”
El maestro de obras debía tener un alto nivel de conocimientos, pues esta iglesia está considerada como uno de los ejemplos más puros y mejores del llamado “círculo larredense".
La orientación del templo es de 120º, es decir, a la salida del sol en el solsticio de invierno.