Berlanga de Duero y comarca
Berlanga de Duero, un poco de Historia
El castillo tiene su origen en una fortaleza árabe
Se han encontrados restos arqueológicos correspondientes al Calcolítico y a la Edad del Bronce, de hace más de 3,000 años. En época romana se constata la existencia de un asentamiento seguramente con el nombre de Valeránica, de donde provendría el topónimo “Berlanga”.
En el siglo X Berlanga era una población de frontera entre musulmanes y cristianos. Es en estos momentos en que los musulmanes construyeron el castillo. Fernando I de León conquistó estas tierras a los árabes hacia el 1060. Este monarca aprovechó la debilidad de la España musulmana tras la disolución del califato de Córdoba y la formación de los reinos de taifas. Conquistó amplias zonas en la actual Portugal y en la cuenca alta del Duero, territorio que nos ocupa en este artículo. Los reinos de taifas de Zaragoza, Badajoz, Sevilla y Toledo le pagaban parias. Se enfrentó con éxito al rey de Pamplona y pacificó los ánimos turbulentos de los señores feudales de Castilla y León. Cartel informativo: "A día de hoy los orígenes del castillo de Berlanga no están claros. Si bien recientes excavaciones arqueológicas nos permiten situarlo en torno a los siglos X y XI como una fortaleza islámica de la que apenas quedan restos visibles, que jugó un importante papel en la frontera con los reinos cristianos. En 1059 Fernando I de Castilla, en una rápida campaña militar en el Alto Duero, tomó Gormaz dirigiéndose luego a Vadorrey, Aguilera y más tarde a Berlanga, donde los musulmanes antes de huir rompieron la muralla por diferentes lugares. Estos acontecimientos propiciaron que se llevaran a cabo las primeras obras de reparación y reforma del castillo.”
El reino de León a la muerte de Fernando I. En 1059 Fernando I tomó Gormaz dirigiéndose luego a Vadorrey, Aguilera y más tarde a Berlanga, donde los musulmanes antes de huir rompieron la muralla por diferentes lugares.
Los siglos XI y XII son tiempos de repoblación cristiana. Berlanga se erigió como la villa más importante de la zona. Fue la cabeza de la Comunidad de Villa y Tierra, formada por 33 municipios. A partir de este momento y en los siglos siguientes, Berlanga siguió siendo un territorio de frontera, pero esta vez entre reinos cristianos, el de la Corona de Aragón y el de Castilla.
En el siglo XII se construyó el gran cinturón amurallado exterior, que aún hoy podemos contemplar.
A partir del 1380 son los Tovar los que mandarán en Berlanga hasta el siglo XIX. Hasta entonces, Berlanga había sido una villa de realengo. Cartel informativo: "Juan Fernández de Tovar, primer señor de Berlanga de este linaje y Almirante de Castilla, fue quien llevó a cabo nuevas modificaciones en el castillo, aunque no se sabe con exactitud qué partes fueron intervenidas.”
Berlanga alcanzó su mayor esplendor con María de Tovar, esposa de Iñigo Fernández de Velasco, segundo hijo del Condestable de Castilla. Hablamos de finales del siglo XV y comienzos del XVI. Iñigo Fernández, a la muerte de su hermano, heredó los títulos de Duque de Frías y Condestable de Castilla. Los nuevos amos de Berlanga jugaron un papel importante en la Revuelta de las Comunidades de Castilla (1520-1522), posicionándose a favor del rey Carlos V. Llevaron a cabo grandes obras: la colegiata, el palacio, una fortaleza artillera y otros. A partir de 1526 comenzaron los trabajos de construcción de la Colegiata. Se derribaron las 10 iglesias medievales de la villa. Cartel informativo: "Avanzado el siglo XV Luis de Tovar, junto con su esposa Isabel de Guzmán, promovieron las últimas grandes reformas en el castillo. Principalmente afectaron a la zona palaciega y a la torre del homenaje, en la que colocaron ocho escudos de armas correspondientes a los linajes de sus abuelos.
La muralla y, al fondo, el castillo. En el siglo XII se construyó el gran cinturón amurallado exterior, que aún hoy podemos contemplar.
"Tras su muerte, su única hija María de Tovar heredó todo el mayorazgo de Berlanga. Con ella tuvieron lugar los grandes cambios que van a transformar toda la villa de Berlanga, incluido el castillo al que dio la apariencia que hoy en día tiene. En 1521-1522 María de Tovar e Iñigo Fernández de Velasco iniciaron la construcción de una nueva fortaleza alrededor del antiguo castillo medieval -que tenían planeado demoler- que fuera capaz de resistir el envite del fuego artillero. Para ello contaron con los ingenieros y maestros de obras más experimentados del Reino de Castilla, como el maestro Lope de Isturizaga, que había trabajado en las fortificaciones de la frontera con Francia.
Cartel informativo: "Con la muerte del matrimonio el nuevo Marqués de Berlanga, Juan de Tovar, decidió paralizar las obras conservándose el antiguo castillo medieval, rodeado ahora por la nueva fortaleza inconclusa.” Era una obra muy cara, por lo que, finalmente, algunas partes no se acabaron, como el claustro o la torre sur. El hijo de María, Juan de Tovar, siguió con algunos trabajos de modernización de Berlanga: hospital y ermita de la Virgen de las Torres.
Otro personaje importante del siglo XVI fue Tomás Martínez, que fue obispo de Panamá y descubridor de las islas Galápagos. Regresó a Berlanga para pasar aquí sus últimos años de vida. Fue el constructor del Convento de Santo Domingo.
Escudo de los señores de Berlanga en lo que queda del palacio. Berlanga alcanzó su mayor esplendor con María de Tovar, esposa de Iñigo Fernández de Velasco, segundo hijo del Condestable de Castilla. Hablamos de finales del siglo XV y comienzos del XVI.
A partir del siglo XVII los Tovar trasladaron su residencia a Madrid, lo que tuvo sus consecuencias sobre Berlanga. El castillo, sin apenas mantenimiento, se iba deteriorando progresivamente. En 1660 sufrió un incendio de importantes proporciones. Más tarde, los materiales del castillo fueron siendo expoliados para emplearlos en reformas en el palacio. A finales del siglo XVIII, el castillo amenazaba ruina. Cartel informativo: "Durante todo el siglo XVI y XVII la fortaleza fue perdiendo sus funciones militares y asumiendo otras como las de prisión, archivo o arsenal. Desde finales del siglo XVII comenzó su declive por los continuos saqueos sufridos por las gentes de la villa y por el desmantelamiento de sus estructuras llevado a cabo por el propio Marqués de Berlanga. Este declive fue agravado por el incendio que se produjo en el castillo el 20 de abril de 1660 provocado por una de las salvas que se lanzaron con motivo de la visita del rey Felipe IV. A finales del siglo XVIII el edificio sólo conservaba los muros.”
Con la Guerra de la Independencia, a comienzos del siglo XIX, los franceses saquearon la Colegiata, las principales casas de la villa e incendiaron el palacio, quedando tan sólo en pie la fachada, tal como podemos contemplar en la actualidad.