La alquimia medieval en Occidente - Arnau de Vilanova


Arnau de Vilanova


Arnau de Vilanova (1240-1311) ha sido uno de los médicos más reconocidos en la historia de la medicina. Además de astrólogo y alquimista, a lo largo de su vida fue embajador y confidente de reyes, papas y grandes señores. Decía de sí mismo que era un "hombre silvestre, teórico ignoto y aldeano práctico (...) nacido de un terruño desconocido y oscuro". Hablaba latín, catalán, castellano, francés, italiano, hebreo, árabe y griego. Escribió sus obras en latín y en catalán.

Nació en Villanueva de Jiloca, provincia de Zaragoza, aunque según otras versiones, se le atribuye un origen francés, catalán o valenciano. Tuvo mucha relación con Lleida, lo que hizo que en algún momento él mismo se definiera como "Arnaus Ilerdensis". Poco después de que Valencia fuera conquistada por Jaime I, su familia emigró a esas tierras. Fue tonsurado a los 7 años (corte de pelo que indicaba que la persona se preparaba para la vida religiosa). Más adelante, ejerció como médico. Murió a una edad muy avanzada para la época, en 1311.


Arnau de Vilanova ha sido uno de los médicos más reconocidos en la historia de la medicina. Además de astrólogo y alquimista, a lo largo de su vida fue embajador y confidente de reyes, papas y grandes señores.



Estudió medicina y teología en la universidad de Montepellier, adonde se desplazó cuando tenía 20 años. Montpellier era entonces uno de los lugares más prestigiosos de toda Europa en el estudio de la medicina. De 1267 a 1276 amplió estudios en Nápoles y Salerno. Entre 1276 y 1281 vivió en Valencia como médico. Su fama fue creciendo, pues en 1281 el rey Pedro III le concedió una renta anual de 2.000 sueldos barceloneses; Arnau ejerció como médico de la Casa Real de Aragón de los monarcas Pedro el Grande, Alfonso III y Jaime II de 1281 a 1290. En 1297 asistió al parto de Blanca de Anjou, esposa de Jaime II. En tiempos de Jaume II estalló el conflicto de la liquidación de la Orden del Temple. Este monarca tuvo que acatar la orden papal, pero sometió a los templarios un juicio en el que "todos y cada uno de ellos fueron absueltos de todos los delitos, errores e imposturas de que eran acusados, y se mandó que nadie se atreviese a inflamarlos, por cuanto en la averiguación hecha por el concilio fueron hallados libres de toda mala sospecha: cuya sentencia fue leída en la capilla de Corpus-Christi del claustro de la iglesia metropolitana en el día 4 de noviembre de dicho año de 1312 por Arnaldo Gascón, canónigo de Barcelona, estando presentes nuestro arzobispo y los demás prelados que componían el concilio”.

Parece ser que después de Valencia pasó a residir en Barcelona, ciudad en la que viviría la mayor parte de su vida. En el convento de los dominicos de la Ciudad Condal siguió con sus estudios de Teología, aprendió hebreo y estudió el Talmud, el libro que recoge la tradición del código civil y religioso de los judíos. También fue profesor en la universidad de Montpellier en 1290-1299.


Estudió medicina y teología en la universidad de Montepellier, adonde se desplazó cuando tenía 20 años. Montpellier era entonces uno de los lugares más prestigiosos de toda Europa en el estudio de la medicina.


En 1299 ó 1300 negoció con Felipe IV el Hermoso los límites del valle de Arán, en Lérida. Su estancia en París vino marcada por sesiones interminables de discusiones teológicas en la universidad de La Sorbona, que entonces era la de mayor prestigio de la época.

Estableció para 1376 el apocalipsis, el fin de los tiempos, con la llegada del Anticristo. Esta tesis la recogió en su libro 'De consummationes saeculi' ("De la consumación de los siglos'), que, a su vez, formó parte de una obra mayor, 'Tractatus tempore adventus Antichristi' ('Tratado del tiempo de la venida del Anticristo'). La Inquisición le procesó, pero la condena fue leve gracias a la intervención del papa Bonifacio VIII. Previamente, Arnau había curado al papa del dolor que le producían unos cálculos y, como consecuencia, fue nombrado 'arquiatra', médico papal. Continuó con este cargo durante los pontificados de Benedicto XI y Clemente V.

En 1304 fue encarcelado en Peruggia. Una vez liberado al poco, pasó a residir en la corte de Fadrique III de Sicilia, hermano del monarca Jaime II. Aquí escribió varias obras religiosas, médicas y jurídicas dedicadas al mandatario siciliano. A partir de ahí, la relación con Fadrique II fue muy estrecha.


Arnau de Vilanova estableció para 1376 el Apocalipsis, el fin de los tiempos, con la llegada del Anticristo.


Volvió a Catalunya en 1305. Aquí presentó la Confesión de Barcelona, donde expone su pensamiento sobre el destino de la Humanidad y el más allá o las vivencias después de la muerte. En 'Expositio super Apocalypsi' ('Exposición sobre el Apocalipsis') desarrolló estos mismos temas, obra escrita en 1306 en su retiro en un monasterio de Marsella.

En 1309 Fradique III requirió sus servicios en Sicilia para que le interpretara un sueño. Arnau lo interpretó relacionándolos con otros sueños de Jaime II, en el sentido de que ambos hermanos encabezarían la renovación de la Iglesia tal como Arnau la entendía. Esto haría que la enemistad de la jerarquía eclesiástica subiera de nivel. Por otra parte, Arnau planteó a Fadrique y a su hermano, el rey de la Corona de Aragón Jaime II, para que organizaran una cruzada para conquistar el reino de Granada. El siguiente paso fue que Arnau marchó a Avignon -residencia papal en aquel entonces- para que el papa Clemente V, con el que tenía una buena relación de amistad, secundara la idea y declarar la cruzada.


Arnau creía que Jaime II de Aragón y su hermano Fadrique III de Sicilia encabezarían la renovación de la Iglesia tal como él la entendía.


Pero la misión no tuvo éxito. Arnau estaba muy mal visto en la Iglesia. Además, defendía a los movimientos de beguinas y begardos, que practicaban la pobreza absoluta y condenaban la corrupción de las jerarquías eclesiásticas. Los franciscanos maniobraron para que el papa no atendiera las explicaciones de Arnau y las relaciones entre ambos y entre el papa y el rey de Aragón se deterioraron enormemente.

Las beguinas eran mujeres cristianas que ayudaban a los más necesitados y que, además, tenían una buena formación intelectual. Vivían en pobreza y oración. El movimiento tomó grandes vuelos a partir del siglo XII, con fuerte presencia en los actuales Países Bajos, Bélgica, Alemania, Francia, Italia, España, Polonia y Austria. Planteaban una comunicación directa con Dios, sin intermediarios, y una crítica a las costumbres relajadas y la corrupción de la jerarquía eclesiástica. Por su nivel intelectual, fueron, junto con los trobadores, las fundadoras de la lengua literaria flamenca, francesa y alemana. Una beguina fue condenada a la hoguera por traducir a la lengua vulgar una obra en latín. Fueron condenadas por el Concilio de Vienne de 1312: "su modo de vida debe ser prohibido definitivamente y excluido de la Iglesia de Dios". Durante el siglo XIV siguieron los enfrentamientos con las autoridades de la Iglesia y las bulas condenatorias. En el siglo XVI muchas beguinas optaron por la Reforma, especialmente el anabaptismo. El movimiento fue perdiendo peso con el tiempo; En 2013 murió en Bélgica la última beguina, Marcella Pattyn.


Arnau defendía a los movimientos de beguinas y begardos, que practicaban la pobreza absoluta y condenaban la corrupción de las jerarquías eclesiásticas.


El movimiento de las beguinas dió origen, en los hombres, al movimiento begardo. En el siglo XIII tenían una fuerte presencia en Holanda, Bélgica, Alemania y Polonia. No tuvieron la amplitud que alcanzó el movimiento de las beguinas. Practicaban la pobreza, vivían de la caridad y tuvieron los mismos problemas con la Iglesia que las beguinas. Los begardos desaparecieron en los siglos XVII y XVIII.

Estando en 1309 Jaime II luchando en tierras de Almería, hizo llamar a Arnau para que le explicase qué había pasado en sus gestiones con el papado. Arnau relató tal episodio en el 'Razonamiento de Aviñón'. Además, aconsejó al monarca en cuestiones sanitarias relativas a la campaña militar. El fracaso de Arnau ante el papa enfrió también sus relaciones con el monarca; marchó a Sicilia, donde sería bien recibido por Fadrique III con toda seguridad, pero murió en el viaje en 1311.


Arnau aconsejó al Jaime II de Aragón, que estaba sitiando la Almería musulmana, en cuestiones sanitarias relativas a la campaña militar. 




Arnau de Vilanova - Obra

Arnau de Vilanova mostró interés por tres temas a lo largo de su vida: la Medicina, la Teología y la Alquimia.

Como médico, escribió 27 libros y se le atribuyen 51 más. Destacan sus textos sobre medicina en general ('De humido radicale','De considerationibus operis medicinae'. 'Regimen sanitatis' que estaba dedicado a la salud del monarca aragonés y, sobretodo, 'Speculum medicinae'),  sobre regímenes de sanidad a raíz de la guerra del monarca aragonés en Almería ('Regimen Almeriae'), farmacia ('De graduatibus medicinarum'), sobre aforismos ('Aphorismi de gradibus') o traducciones de Avicena y Galeno.  Se le conocía como el "médico de reyes y papas" porque, efectivamente, fue médico de tres monarcas de la Corona de Aragón y atendió a algún papa. Posiblemente fue el médico más reconocido de toda Europa Occidental en su época y sus escritos son fundamentales en la medicina de aquel momento. Sus obras tuvieron gran repercusiñon entodo el continente a lo largo de tres siglos; en el siglo XVI se editaron sus "obras completas" y se hicieron varias reediciones.

Arnau continuó la tradición árabe en la Medicina. Apoya el ejercicio físico antes de la comida, aconseja el baño sólo en casos determinados (quienes acumulan "superfluidades" en los músculo o la piel, lo que sudan mucho), pero hay que lavarse los pies, pues ello conserva la vista, el oído y la memoria. Se ha de comer sólo cuando se tenga hambre, y no a horas fijas, se ha de comer el pescado blanco y el que tenga abundantes escamas; se ha de cubrir la cabeza durante el sueño, pues esta parte del cuerpo queda fría durante el reposo diario; las relaciones sexuales demasiado frecuentes dañan a la parte delantera del cerebro, producen debilidad en la vista y muchas más cosas; la tristeza provoca la fiebre hética (fiebre que tiene su origen en los animales); el aire ha de ser lo más puro posible.


Arnau de Vilanova mostró interés por tres temas a lo largo de su vida: la Medicina, la Teología y la Alquimia.


Como teólogo, destacan sus obras escatológicas (sobre la otra vida, el fin del mundo y el destino de la humanidad), como el 'Tractatus de tempore adventus Antichristi'. Arnau plantea en todo momento la reforma de la Iglesia, en la línea de Joaquín de Fiore (siglo XII): una práctica muy estricta de la regla franciscana y una predicción del fin del mundo para 1260. Arnau también predijo el fin de los tiempos, sin duda llevado por la contemplación del estado caótico de la Iglesia de su tiempo: corrupción (decía que los monasterios no eran nidos de palomas, sino albergue de culebras, serpientes y dragones), enriquecimiento a costa de la explotación de los campesinos, el "cautiverio" de los papas en Aviñón entre 1309 y 1377... En 1316, una vez que Arnau ya había fallecido,  la Junta de Teólogos de Tarragona ordenó que fueran destruidas todas sus obras teológicas.

Como político, tiene algunas obras sobre tratados, como 'Constitutiones Regni Trinacriae'.

Como alquimista, siguió las enseñanzas de Ramon Llull y extendió su interés por la astrología y la cabalá. Se le atribuyen 57 obras, aunque sólo en media docena hay seguridad de su autoría. La alquimia permite  “acabar y transformar todo cuerpo no perfecto en verdadera plata u oro, según haya sido preparado el elixir. Y digo que tiene tal virtud y eficacia sobre todas las otras medicinas de los médicos, para sanar todas las enfermedades, tanto calientes o frías, sean cual sean, pues es algo muy oculto y de sutil naturaleza. Por ello conserva la salud, reafirma la fuerza y la virtud, al viejo convierte en joven y rechaza del cuerpo toda enfermedad, rechaza todo veneno, purifica todos los miembros del cuerpo, los sana y mantiene sanos, purga la sangre y purifica y purifica y conserva limpias todas las partes de los espíritus sensibles. Y si la enfermedad ha sido muy larga, se cual sea, la cura en un mes.”


Sarcófago de Arnau de Vilanova. Planteó en todo momento la reforma de la Iglesia, en la línea de Joaquín de Fiore


Su obra alquímica más importante es el 'Rosarius philosophorum'. Esta libro se divide en 10 capítulos de teoría y 32 de práctica. Establece que el proceso alquímico tiene 4 fases:  disolución, limpieza, reducción y fijación. Se trata de obtener la piedra filosofal:  "en la naturaleza existe una cierta materia pura que, descubierta y perfeccionada por medio del arte, convierte en sí misma los cuerpos imperfectos que toca". El proceso alquímico es como el acto sexual entre un Rey y una Reina en un estanque con agua, mientras que el Sol y la Luna son los testigos y protectores de todo lo que está sucediendo.

Miguel Maier (siglo XVII) nos relata cómo Arnau de Vilanova culminó la obra alquímica ante la Curia Romana, reproduciendo un texto del canónigo Juan de Andreas:  “En vida nuestra hemos recibido, en la Curia Romana, al Maestro Arnaldo de Vilanova, médico y teólogo supremo, de quien he hablado refiriéndome a las observaciones del joven. Era también un gran alquimista, que había fabricado varillas de oro, las cuales no presentaron ninguna dificultad a dejarse someter a todas las pruebas”.  Andreas sigue diciendo que el oro obtenido por Arnau era de la misma calidad que el que se extraía de las minas de Aruzzio.


Su obra alquímica más importante es el 'Rosarius philosophorum'.