Románico de la Jacetania. Santa María de Iguácel. Un poco de Historia


Un poco de Historia

El monasterio, del que sólo nos queda la iglesia, fue fundado en el 1040 ó 1050 a instancia del conde Galindo. Anteriormente era una capilla para uso de la familia condal. Se acabó de construir en el 1072, con algunas reformas que incorporaron el estilo de la catedral de Jaca (románico francés o internacional). Esta fecha aparece en una inscripción de la portada. La torre campanario es del siglo XIII ó XIV. Hubo algunas reformas en siglos posteriores.

El monasterio, del que sólo nos queda la iglesia, fue fundado en el 1040 ó 1050


El templo aparece documentado en el 1068. En 1080 el conde Sancho Galindez donó el monasterio a San Juan de la Peña. Al principio lo ocuparon monjes benedictinos, que se trasladaron a San Juan de la Peña a comienzos del siglo XII; a partir de entonces fue la sede de una pequeña congregación de monjas hasta 1212, año en que las monjas se trasladaron buscando lugares menos fríos.

Sancho Galíndez fue un conde muy importante: consejero de Ramiro I y tutor de Sancho Ramírez, quien introdujo en su reino el rito romano desplazando al rito mozárabe para conseguir el reconocimiento papal del Reino de Aragón y así tener reconocimiento internacional. A él se le debe también el "Fuero de Jaca", e hizo esta ciudad su capital.

Pinturas del ábside


Parece ser que "Iguácel" deriva del nombre del pastor que descubrió la estatua de la Virgen y que se llamaba "Iuozar, Inoçar o Ihuásar".

Cartel informativo: "Entre los años 1040 y 1050 se construyó una pequeña iglesia por orden del conde Galindo, poderoso señor aragonés. A su muerte la dejó en herencia su hijo, el conde Sancho Galíndez, quien mandó remodelarla al gusto de la reciente catedral de Jaca. De su obra dejó constancia en una inscripción sobre la portada principal de la iglesia, algo inusual en la época. Es en el año 1072 de nuestro actual calendario, año de 1110 en la inscripción, cuando se finaliza. La iglesia recibe entonces numerosas donaciones de sus devotos, entre ellas las del propio rey de Aragón, Sancho Ramírez, quien concede al monasterio la villa de Larrosa".

Cartel informativo: "Sancho Galíndez, un hombre poderoso. El conde Sancho Galíndez fue consejero de los reyes de Aragón Ramiro I y de su hijo Sancho Ramírez, de quien también fue ayo. Tuvo que tener el conde la plena confianza de Ramiro I al asignarle este cargo, pues implicaba la enseñanza y la tutoría política y militar de su sucesor al trono.

"Su amplio patrimonio, sólo superado por el de la familia real, llegó a concentrar las tenencias recibidas de Sos, Atarés, Ruesta, Luesia, Sobrarbe, Buil y Sangüesa y como patrimonio personas las villas de Centenero, Salamaña, Larrosa, Siebosa, Bescós, Larbués, Villanovilla y Lasús, ocho iglesias además de Iguacel y distintas propiedades como palacios, molinos, casas, huertos y viñas en unas 40 localidades de Aragón, Sobrarbe y Navarra".

Cartel informativo: "En la órbita de San Juan de la Peña. En 1080 Sancho Galíndez dona la iglesia y su patrimonio al monasterio benedictino de San Juan de la Peña, cuyos monjes establecieron una pequeña comunidad para la atención de los vecinos del Vallis Cepollaria. Tras su marcha del lugar, Pedro II de Aragón lo entregó en 1203 a una comunidad de monjas de San Bernardo, las cuales también lo abandonaron en 1213. EN 1245 volvería a ser propiedad de San Juan de la Peña, época en al que se construye la torre adosada al muro norte para alojar allí a la comunidad de religiosos. Posteriormente, los benedictinos abandonarían definitivamente el monasterio."

Cartel informativo: "Una iglesia para el valle. Sin monjes al cuidado, Iguacel pasó a depender de la iglesia de Larrosa, cuando primitivamente había sido al contrario, y fueron los propios vecinos del valle de la Garcipollera los que se hicieron cargo del santuario y mantuvieron la adoración a la Virgen.

"El padre Faci en su obra Aragón Reyno de Christo, de 1739, habla de "N.Sa. de Iguazel en los términos del lugar de La Rosa" comentando que "quedó la Sa. Imagen venerada en la misma iglesia por los Nobles Montañeses que siempre experimentaron favores soberano en sus Aras: esta Sa. Imagen según la tradición de todos los pueblos vecinos fue en aquellos antiguos siglos Aparecida, y desde estos ha quedado siempre heredada en ellos la devoción de la Reyna Soberana de los Cielos: su festividad se celebra el día 2 de julio..."

"Pero en la década de 1960, toda la Garcipollera de despobló y Santa María de Iguacel quedó sola en medio del valle, sin sus antiguos devotos"