Puente la Reina, iglesia del Crucifijo
El Cristo
En la cabecera de la nave añadida en el siglo XIV encontramos un particular y misterioso Cristo crucificado. Es de estilo gótico y está en una cruz en forma de "Y". Es una de las mejores muestras de imaginería gótica de toda España.
Aunque se ha tratado de explicar la forma de la cruz con la poco creíble leyenda de que fue un regalo de peregrinos alemanes que lo llevaban a cuestas desde su país y por todo el Camino de Santiago, no se puede olvidar el origen templario de la iglesia del Crucifijo y que la forma de cruz recuerda la pata de oca, símbolo inequívoco de la Orden del Temple.
El Cristo es de estilo gótico y está en una cruz en forma de "Y". Es una de las mejores muestras de imaginería gótica de toda España. |
La oca
La oca es un animal cargado de simbolismo ya en las civilizaciones antiguas: Egipto, Babilonia, Grecia, Roma..., llegando en tiempos más recientes a cátaros, templarios y masones. La oca es tan especial porque se relaciona con tres elementos: agua (la oca nada), aire (la oca vuela) y tierra (la oca anda por la tierra). Por ello se la relaciona con la Madre Tierra y simboliza la Sabiduría.
El alma de los faraones egipcios tenía forma de oca. Con el nombramiento de cada faraón, se soltaban 4 ocas en la dirección de los 4 puntos cardinales. En la mitología griega, Orfeo regresaba cada año de los infiernos montado en una carroza tirada por ocas y así ponía en marcha el ciclo anual de la Naturaleza (una explicación mítica del ciclo agrario). En Roma el canto de las ocas alertó del ataque de los galos en el 390 a.n.e. Entre los hebreos, el pie izquierdo de la reina de Saba era una pata de oca. Para los celtas, las ocas eran las portadoras de los mensajes de los dioses y relacionaban el mundo terrenal con los infiernos. En el hinduismo, "el Huevo del Mundo es incubado por Hamsa, una oca sagrada, encarnación del bodhisattva Siddhârta en los jatâka y montura del dios Brahma, que como tal aparece con frecuencia en la iconografía y la escultura ornamental" (Antonio Páez, El simbolismo del juego de la oca). Los brujos y brujas gallegos utilizan plumas de oca en sus conjuros.
En la Edad Media, el rey godo Eurico se casó con Pedauque ("pie de oca"), mujer de grandes cualidades y en realidad evocación de la Madre Tierra. La esposa de Raimundo de Poitou, de nombre Melusina (Madre Lusina) mudaba sus pies en patas de oca según las fases de la luna; el conde tenía prohibido mirarla a los pies, pero un día vulneró su juramento y su esposa desapareció para siempre. En España existe la tradición en una mora con pie de oca como compañera de un caballero cristiano.
El topónimo "oca" está muy presente en el Camino de Santiago: rio Oja (queda nombre a La Rioja), montes de Oca en Burgos, Ocón en León, Puerto de Oca en Galicia... También es habitual ver la pata de la oca como señal de los canteros medievales.
Asociada al Grial, Alfonso X el Sabio nos habla del Caballero del Cisne, del que tomaría la idea Wagner para su ópera Lohengrin. El caballero Lohengrin aparece sobre un cisne; le había pedido a su amada que jamás le preguntara por su nombre, aunque, finalmente, cede a su solicitud: "Soy un caballero del Santo Grial, que he venido a ayudarte cuando solicitaste ayuda. He salido del Reino del Santo Grial, en el más absoluto anonimato y si alguien descubre mi identidad debo regresar al Reino del Santo Grial. Mi nombre es Lohengrin y soy de una tierra desconocida. El Cisne, que tiraba de la barca, es mi hermano." En este momento hizo su aparición el cisne y ambos, caballero y cisne, desaparecieron.
El juego de la oca tiene 64 casillas (8 x 8 = 64; el 8 con el centro hace 9, el número de la Madre Tierra), de las que 63 casilla están numeradas (6 + 3 = 9). En el claustro de la catedral de Barcelona se cuidan 13 ocas vivas (el mismo número de ocas que en el juego). Igualmente, en la iglesia de Santa Eulalia, de Lugo, están pintadas 13 ocas. Eulalia es la cristianización de la diosa Cibeles, cuyos templos estaban guardados por ocas.
La letra Y
El simbolismo de la Y reside en sus dos astas, una hacia la derecha y otra hacia la izquierda.
Para los pitagóricos, la Y significa una doble vía: la vía de la izquierda es el sentido siniestro, porl es ancha y en ella el ser huano se pierde, mientras que la vía de la derecha es la vía de la salvación, más estrecha y difícil de transitar. La Y representa el dualismo del Bien y el Mal.