La experiencia y el conocimiento es la base de la Medicina


Paracelso plantea que la experiencia y el conocimiento de la naturaleza son las bases del saber médico. La verdad está en el exterior, en la práctica y en las cosas, no en los libros que en aquel momento se manejaban en las universidades. «¿Qué opináis de ello, fabricantes de medicamentos y dadores de jarabes? Aprended de la naturaleza. Mas, siendo incapaces como lo sois, ¿cómo queréis descubrir un arte? Vuestras artes irán todas a parar al diablo porque vuestros Avicena, Galeno y Vigo son excrementos diabólicos (...) sabed que el remedio se ha parecido y se parecerá a la enfermedad. La verdad está en la naturaleza, no en los libros». Este planteamiento le lleva a afirmar que los médicos han de dominar también la alquimia (la transformación de los elementos, la sintetización de los minerales para obtener los medicamentos) y la astrología (la influencia de los astros y del entorno).

La verdad está en el exterior, en la práctica y en las cosas, no en los libros que en aquel momento se manejaban en las universidades. 


Era consciente de que tenía que recorrer mundo para saber los remedios que usaban los campesinos y el pueblo en general. Paracelso sostenía que el arte de curar estaba en la Naturaleza y no en los libros. Afirmaba que "comadronas, curanderos, nigromantes, barberos, pastores y campesinos saben muchas cosas que aparentemente no han sido tomadas en consideración por los doctores eruditos. Los barberos, los médicos del pueblo, saben el arte de curar, no a merced de los libros sino a través de la luz de la naturaleza o por la tradición procedente de los antiguos magos." Y añadía que "la escritura se estudia en los libros, pero la naturaleza se investiga caminando de país a país, que son las verdaderas hojas del libro de la naturaleza". En otra ocasión, escribió: "Se estudia la escritura por los caracteres, y la naturaleza yendo de un país a otro; hay que ver un país como quien vuelve una pagina. Tal es el Codex Naturae, y así hay que volver sus hojas".

Paracelso escribió: "No vamos a seguir las enseñanzas de los viejos maestros, sino la observación de la naturaleza, confirmada por una larga práctica y experiencia. ¿Quién ignora que la mayor parte de los médicos dan falsos pasos en perjuicio de sus enfermos? Y esto sólo por atenerse a las palabras de Hipócrates, Galeno, Avicena y otros. Lo que el médico necesita es el conocimiento de la naturaleza y de sus secretos. Yo comentaré, por lo tanto, cotidianamente, durante dos horas en público y con gran diligencia para provecho de mi auditorio, el contenido de los libros de medicina interna y cirugía práctica y teórica, de los cuales yo mismo soy autor. No he escrito estos libros como muchas otras personas repitiendo lo que han dicho Hipócrates o Galeno, sino que los he creado basándome en mi experiencia, que es la máxima maestra de todas las cosas. Y lo demostraré, no con las palabras de las autoridades, sino mediante experimentos y consideraciones razonables. Si vosotros, queridos lectores míos, sentís el afán de entrar en estos secretos divinos, si alguno quiere aprender en breve tiempo toda la medicina, que venga a Basilea a visitarme y encontrará todavía más de lo que puedo decir con palabras. Para explicarme con mayor claridad indicaré, como ejemplo, que no creo en el dogma de los humores con el que los antiguos explican equivocadamente todas las enfermedades; pues únicamente una mínima parte de los médicos de hoy tiene un conocimiento más exacto de las enfermedades, de sus causas y de sus días críticos. Prohíbo hacer juicios superficiales sobre Teofrasto antes de haberlo oído. Que Dios os guarde y os haga comprender benévolamente la reforma de la medicina. Basilea, día 5 de junio de 1527."

Paracelso: "comadronas, curanderos, nigromantes, barberos, pastores y campesinos saben muchas cosas que aparentemente no han sido tomadas en consideración por los doctores eruditos".

«(...) El peregrinar que he llevado hasta ahora me ha enseñado que a nadie le nace su maestro en casa, ni lo tiene detrás de la estufa. El arte no persigue a nadie, sino que es necesario perseguirlo».



Los cuatro principios de la curación

Los principios para la curación son los siguientes: 

1 "No te propongas cosa imposible, que eso es para reír" (el médico no debe abordar enfermedades que no conoce)

2 "Contraria contrariis curantur" (lo contrario cura a lo contrario)

3 "Ordenará sus tratamientos según la correlación y la semejanza entre el macrocosmos y microcosmos."

4  "Tendrá muy en cuenta la influencia que sobre la enfermedad pueden tener la voluntad y la fe, así las del médico como las del enfermo."

Paracelso: "El arte no persigue a nadie, sino que es necesario perseguirlo".



Las cuatro columnas de la Medicina

En su obra "Das Buch Paragranum", escrito poco después de abandonar Basilea, Paracelso habla de los fundamentos de la medicina y de las cuatro columnas sobre las que se asienta. Éstas son: la filosofía, la astronomía, la alquimia y la virtud.

La filosofía es el conocimiento científico de la Naturaleza.

*  "la filosofía ha de mugir y resonar en los oídos del medico como la cascada salvaje del Rhin"

*  "sea la primera columna una completa filosofía de la tierra y del agua"

* "la filosofía debe ser de tal modo aprendida, que en ella aparezca y se encuentre el hombre por completo".

* "Es burda cosa para un medico llamarse médico y hallarse vacío de filosofía, y no saber de ella". 

* "la filosofía es naturaleza invisible y la naturaleza filosofía visible"

*  "Es médico quien sabe de lo invisible, de lo que no tiene nombre ni materia y, sin embargo, tiene su acción".

Los fundamentos de la medicina son: la filosofía, la astronomía, la alquimia y la virtud.


La Naturaleza tiene remedios para todas las enfermedades. Sólo hay que saber encontrarlos y elaborarlos.  "Donde están las enfermedades, allí están los remedios, y donde están la enfermedad y el remedio, allí esta el médico"

La astronomía comprende la astrología y la metereología. El astrónomo domina el conocimiento del cielo y del aire, de las estaciones y del tiempo, y de la influencia de todo ello sobre el hombre y la Naturaleza. No obstante, Paracelso condena los horóscopos: la influencia del cielo es sobre el cuerpo animal del hombre, no sobre el cuerpo sidéreo; por lo tanto, no puede haber influencia planetaria tal como mantienen los horóscopos.

* "La otra columna es la astronomia y la astrologia, con un pleno conocimiento de los dos elementos, el aire y el fuego".

*  "el médico deba ser astronomus, y considerar el tiempo, para saber de él, y cómo protegerse, y con qué dominarlo"

"Donde están las enfermedades, allí están los remedios, y donde están la enfermedad y el remedio, allí esta el médico"


* "habéis decidido que, para el hombre, la fortuna y la industria provienen de los astros... Mas nosotros invertimos todo esto; ... la fortuna misma proviene de la industria; y la industria, del espíritu"

*  "la sabiduría humana tiene debajo de sí todos los astros, el firmamento y el cielo entero".

La alquimia es la tercera columna. También la llama "ars spagyrica" (spao = extraer; ageiro = reunir). La alquimia sirve para que, una vez conocidos los cambios que se producen en el interior del cuerpo humano, el médico pueda elaborar un tratamiento. Paracelso está hablando de algo muy cercano al tratamiento farmacológico y a la bioquímica actuales. 

“¿Qué es lo que hace madurar a una pera? ¿qué produce las uvas? ¿qué hace de la  hierba leche? ¿qué hace de la tierra vino?”, se pregunta. Y responde: la alquimia natural. De la misma forma, el médico es el alquimista de las personas. La "piedra filosofal" es el objetivo máximo del alquimista, pues sirve para curar todas las enfermedades. 

«Las enfermedades requerirán que el médico las estudie, aplicándoles las concordancias que correspondan, preparando y separando las cosas visibles y reduciendo sus cuerpos a su última materia con ayuda del arte espagírico o de la Alquimia».

La alquimia sirve para que, una vez conocidos los cambios que se producen en el interior del cuerpo humano, el médico pueda elaborar un tratamiento. 


La virtud es la cuarta columna. La virtud "debe permanecer en el médico hasta la muerte".  "El sumo fundamento de la medicina es el amor", añade. La virtud es el sostén de las otras tres columnas. El médico debe estar dispuesto a lo largo de toda su vida a la abnegación y al sacrificio por sus pacientes. Paracelso: "Cuando algún mal se apodere de nuestro prójimo, venid en su ayuda, y no tapándoos la nariz, como hacen los escritorzuelos, los sacerdotes y los levitas..., sino como los samaritanos, que conocen la naturaleza y la experiencia... Notad que nada se pide tanto al médico como el amor de su corazón".