Ermita de la Virgen del Cid. La Iglesuela (Teruel)


Las dependencias. Habitación con dibujo empedrado circular. 


En esta habitación hay dos áreas de dibujos: uno circular y otro con diversos trazados geométricos. Es el dibujo circular el que llama nuestra atención.

La energía media de la habitación es muy alta, 27,000 Bovis, como corresponde a los lugares sagrados. Está recorrida por una corriente de agua en su parte superior, que ocupa aproximadamente un 25% de la habitación. Esta circunstancia, junto con la ausencia de líneas Hartmann y Curry -que han sido desplazadas a los muros del edificio- explican la existencia de tan alta energía.

En la parte más exterior, el dibujo contiene 12 círculos con una piedra en su centro (en rojo en el dibujo que adjuntamos) en su parte más exterior. A continuación, en un nivel más interior, tenemos otras 12 piedras (en rojo en el dibujo que adjuntamos). Parece ser, pues que el dibujo gira en torno al número 12. Las “hileras” de piedras interiores de los dibujos son 7. Finalmente, rodeando un centro en forma de hexágono, tenemos un dibujo en forma de pétalos de una flor que evocan los de una rosa.

El diámetro de la circunferencia dibujada en piedra es prácticamente similar a la circunferencia del laberinto. Ello puede indicar que este diámetro obedece a algún criterio de geometría sagrada.

En la habitación contigua a la del laberinto, aparece otro pavimento a manera de mandala, construido en torno al número 12.


Se perciben dos zonas en la habitación, prácticamente ocupando la mitad del recinto cada una de ellas. Una zona ritual, que corresponde al dibujo que adjuntamos, a modo de mandala, y otra zona con dibujos geométricos más simples. Ello evoca las dos partes en que se dividían los templos en la Antigüedad; por ejemplo, en el Templo de Jerusalén, una vez atravesado el vestíbulo, había el “Santuario” y el “Sancta Sanctorum”. Esta última era la parte más sagrada.

Esta habitación sigue la proporción áurea. Como ya hemos dicho, los objetos que siguen la proporción áurea llevan a nuestra mente una sensación de belleza, perfección y bienestar físico y espiritual. Por ello también se la denomina como "la proporción divina" o "el número de Dios".

Las dos series de 12 piedrecitas en círculo de este empedrado y el diseño del dibujo en forma de pétalos de rosa nos evocan los colegios sacerdotales femeninos de 12 mujeres que se han sucedido a lo largo de las diferentes culturas y a los que se ha denominado como la “Hermandad de la Rosa”. En Egipto eran las sacerdotisas de Isis. En Bordón, no lejos de Iglesuela, 12 mujeres están representadas en la portada. Asimismo, se habla de una “Hermandad de la Rosa” como 'alter ego' de la Orden del Temple. Por otra parte, doce es el número de los apóstoles, de los sabios druidas, de los monjes con que Bernardo funda la abadía de Claravall; los dioses principales asirios, griegos y romanos también eran 12. En otro orden cosas, también hablamos de las 12 tribus de Israel, los 12 trabajos de Hércules o los 12 meses del año. En el Tarot, el 12 es “El Colgado”, es decir, el que nos permite ver la realidad de una manera diferente, más allá de lo inmediato y de lo físico para llevarnos a lo espiritual.

La rosa simboliza el amor, la pasión y el misterio. Esta flor fue creada por Cibeles para vengarse de Afrodita, pues la belleza de la rosa era lo único que podía competir con la belleza de esta diosa. La Orden de los Rosacruz, del siglo XVII, tiene esta flor en su simbología.

En el centro de todo este dibujo tenemos un hexágono. Esta figura geométrica está formada por la intersección de dos triángulos. uno con la punta hacia arriba y el otro con la punta hacia abajo: son la representación de la unión de lo masculino y lo femenino, de la fertilidad, del ciclo eterno de la vida, del amor que logra la unión de los opuestos (con ello apunta a la simbología de la rosa). En el Tarot el número 6 es "El Enamorado". En el hinduismo el hexágono es la unión entre Shiva y Shakti, las divinidades masculina y femenina. En astrología, el 6 corresponde a Venus, la diosa del Amor.

El diseño del dibujo es un mandala. Los mandalas son figuras propias de culturas orientales -budismo y taoísmo-, aunque también los encontramos en otras partes del mundo, como América (las "ruedas de sanación" de los indios norteamericanos, los aztecas...) y Europa (catedrales: rosetones, dibujos en el suelo...). La palabra mandala es de origen sánscrito y significa "círculo".

* Los mandalas representan un espacio sagrado a partir de un centro, que simboliza el centro del Universo. La contemplación de formas circulares evocan la idea de perfección, la equidistancia respecto a un centro, la armonía y el ciclo eterno de la Naturaleza, con todo lo cual podemos entrar en un estado de meditación. Los mandalas usan patrones geométricos repetitivos.

* Con los mandalas podemos trabajar traumas emocionales reprimidos, pues nos  informan de nuestros procesos inconscientes.


(los puntos rojos son piedras)