Ermita de la Virgen del Cid. La Iglesuela (Teruel)


 El mausoleo romano


Las Dependencias

Hay cuatro dependencias visitables, en la planta baja:

- los restos del Mausoleo romano

- una habitación, previa a la del  laberinto.

- habitación con laberinto

- habitación con dibujo circular empedrado

Aparte de ello, hay otras tantas dependencias adosadas a las anteriores y toda la planta superior, que no se visitan.




Las dependencias. El mausoleo romano

Restos del mausoleo romano que hoy forman parte de la pared de la ermita.

Datado en el siglo I y posiblemente erigido en memoria de G. Domitius, a juzgar por las inscripciones que hoy podemos contemplar. “Se conserva el paramento derecho del templete que coincide con el segundo tramo de la ermita y forma parte del muro contiguo a la hospedería, apreciándose claramente desde ésta última sus sillares y molduras. Restos de columnas, capiteles y lápidas del templete aparecen en las esquinas del muro Oeste de la ermita, son elementos arquitectónicos de gran envergadura que denotan la importancia del lugar. Asimismo, aparecen dos estelas funerarias iberas una en el interior y otra en el exterior de la ermita”. (www.comarcamaestrazgo.es)

Algunas lápidas y piedras íberas y romanas se utilizaron para levantar la ermita, y son fácilmente visibles en la actualidad. “En El Morrón del Cid se han encontrado cinco inscripciones romanas, de las que una no se conserva. Se trata de la mayor concentración de epígrafes romanos de la provincia de Teruel, superior a la de las ciudades romanas existentes en el Palao (Alcañiz) y la Muela (Hinojosa del Jarque). Todas ellas son de carácter funerario y pueden fecharse entre los siglos I-II dC. (…) En ellas aparecen los nombres de diez personajes, siete hombres y tres mujeres, pertenecientes a cuatro familias, algunas de las cuales están emparentadas entre sí. La mitad de ellos, cinco varones, pertenecen a la misma familia, la de los Domitii, de los cuales dos expresan en su nombre su pertenencia a la tribu Galeria; por ello, y porque además uno de sus miembros erigió un sepulcro monumental que aún se conserva en parte, esta familia debería ser la más destacada del asentamiento. Las otras tres familias presentes son las de los Aelii, con dos individuos, y los Caecilii y Valerii, con un individuo cada una; queda un nombre ilegible que podría pertenecer  también a los Aelii. Los nombres de estos personajes son los siguientes: Aelia L. F. Supersta; L. Aelius Asiaticus; C. Caecilius Paternus (¿?); G. Domitius Gal. Proculus; G. Domitius G.f.Gal Proculus; M. Domitius Proculus; M. Domitius Seranus; L. Domitius Crescens; Aelia Paterna (¿?) y Valeria Nysa (…). En las esquinas norte y peste de la ermita se conservan numerosos sillares romanos entre los que se encuentran –además de las dos inscripciones mencionadas- un capitel de pencas lisas y varios elementos de pilastra estriada y dos relieves, uno con una roseta y otros correspondiente a un friso incompleto que representa un recipiente y dos delfines. A ellos hay que sumar el lienzo de un muro romano aprovechado para construir la ermita gótica, visible desde la masía contigua a ésta, y otros elementos moldurados conservados en el banco del vestíbulo de la ermita y en el exterior de ésta, por su lado NE”. “Pere-Enric Barreda, La Iglesuela y su ermita del Cid (I), ed. Centre d’Estudis del Maestrat).

Restos del mausoleo romano en la pared de la ermita. Grabado de los delfines

Como testimonio del mausoleo romano nos queda la figura de dos delfines, dentro de una escena que “representa un recipiente de pie alto con dos asas dispuesto en el centro y dos delfines a ambos lados mirando hacia el centro a los que faltan las colas, que continuarían en sendos sillares laterales. Los recipientes de formas diversas aparecen representados a menudo en los relieves funerarios y hacen referencia al ritual seguido en estas ceremonias. El tema de los delfines es también frecuente en los mismos y simboliza la travesía de las almas a las islas de los afortunados (…). El monumento erigido por M. Domitius Seranus para perpetuar la memoria de su hijo M. Domitius Proculus debió tener forma de altar de planta aproximadamente cuadrada, con dos lados de aproximadamente 5,20 m de longitud y una altura de 3,86 m, estaba decorado con pilastras estriadas coronadas por capiteles corintios y relieves y rematado por sendos pulvinos, tenía dos dedicatorias idénticas en sendas caras opuestas y puede fecharse en el siglo II dC. Se trata de un tipo de monumento de carácter funerario de procedencia itálica y ampliamente extendido en Hispania” (Pere-Enric Barreda, La Iglesuela y su ermita del Cid (I), ed. Centre d’Estudis del Maestrat).

Lápida funeraria romana en la pared de la ermita



El Mausoleo romano. Un enfoque desde la Radiestesia

Es un lugar de energía negativa, 3,000 Bovis, como corresponde a los lugares de enterramiento. La baja energía favorece la descomposición de los restos orgánicos, pues en estos ámbitos los virus y bacterias están más activos.

El espacio actual de la habitación del Mausoleo sigue la proporción áurea. No sabemos si este espacio se corresponde con alguna parte de la estructura del Mausoleo, pero, debido a que sigue la proporción áurea, vale la pena detenerse en este concepto. Los objetos que siguen la proporción áurea llevan a nuestra mente una sensación de belleza, perfección y bienestar físico y espiritual. Por ello también se la denomina como "la proporción divina" o "el número de Dios". Aparece la proporción áurea en algunas estelas de Babilonia y Asiria, del 2.000 a.n.e. El matemático griego Euclides es el primero que hizo un estudio de esta proporción en el siglo III a.n.e.  En la naturaleza encontramos la proporción áurea en "las nervaduras de las hojas de algunos árboles, en el grosor de las ramas, en el caparazón de un caracol, en los flósculos de los girasoles, etc." (wikipedia). También en la geometría, en el pentágono y otras figuras regulares. En el ser humano, si dividimos su altura por la distancia entre el ombligo y los pies; también, relaciones en los brazos y otras partes del cuerpo. En arquitectura, en la pirámide Guiza, en el Partenón griego y muchas otras construcciones. En música, en las partituras  de Mozart, Beethoven, Schubert... En la pintura de Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Durero...

La habitación contigua -no visitable, que comunica con la actual iglesia- tiene igualmente energía negativa. Es posible que formara parte del edificio del Mausoleo romano o de alguna estancia anexa al mismo.

Maqueta hipotética del Mausoleo (foto: Barreda P.E., La Iglesuela y su ermita del Cid)

- Quizá debido al recuerdo de este lugar como lugar de enterramiento, la dependencia calificada como “mausoleo romano” no ha tenido ningún uso posterior.

Torre de los Escipiones, Tarragona, mausoleo romano