Monasterio de Sant Pere de Galligants


Un poco de Historia: de iglesia a sede del Museu d'Arqueologia de Catalunya

La primera noticia escrita del monasterio data del 949, en unos documentos del conde Sunyer de Barcelona y del obispo Gotmar. En el año 976 consta una importante donación a Sant Petri Gallicanti. Otros documentos del 986 y del 988 recogen nuevas donaciones de Guilmond de la Barroca y de Ermengarda. 

Es en el año 992 cuando el conde Ramon Borrell vendió el dominio sobre el barrio de Sant Pere al abad, quien ejercería a partir de entonces la jurisdicción civil y criminal. Ramon Borrell (972-1017) fue un conde muy importante:  tuvo que soportar varias razzias de Almanzor,  aunque, a la muerte de éste, consiguió consolidar el condado de Barcelona frente a los musulmanes. También, apoyado por el papa Silvestre II,  evitó renovar el juramento de fidelidad a los reyes francos.

Ramon Borrell dio un gran impulso al monasterio de Sant Pere de Galligants


El testamento del conde Borrell II, en el 993, también contempla nuevas donaciones. Por su parte, el conde Ermengol VI d'Urgell (1102-1154)  incrementó las posesiones del monasterio, motivado por su deseo de expiar sus muchos pecados. Y los testamentos nobiliarios a favor del cenobio de Sant Pere se suceden a lo largo del siglo XI...

Una necrópolis datada en los últimos siglos del Imperio Romano y posiblemente de los primeros siglos medievales, ha sido encontrada en sus inmediaciones. Es lógico pensar que pudo haber algún templo cristiano (y, anteriormente, romano) en la zona, que sería el origen del cenobio de Sant Pere de Galligants.

En 1117 Ramon Berenguer III unió Sant Pere de Galligants al monasterio de Santa María de la Grassa, en Languedoc-Rossellón, Francia. Era una consecuencia de la Reforma Gregoriana, que trataba de potenciar la orden de San Benito. No obstante, Sant Pere siguió conservando un abad propio y cierta independencia. Esta relación se fue deteriorando con el tiempo, de forma que un siglo más tarde prácticamente nada ligaba a los dos cenobios. 

La comunidad nunca fue muy numerosa, pues, en aquellos tiempos, normalmente estaba formada por un abad, 6 monjes y 6 clérigos.

Sant Pere de Galligants se levanta junto a una necrópolis romana y posiblemente medieval

En 1131 comenzó la construcción de la nueva iglesia, como consecuencia de una donación de Ramon Berenguer III. Es el templo que ha llegado a nuestros días, sustituyendo a otro anterior. En este siglo XII fue cuando Sant Pere de Galligants alcanzó su mayor esplendor

En 1339 Pere el Ceremoniós (1336-1387) recuperó los derechos sobre el barrio de Sant Pere, a cambio de las rentas regias de Palafrugell. Con ello ponía fin al dominio de los abades sobre esta parte de la ciudad.

En el siglo XV, se realizaron las obras de ampliación de las murallas y de esta forma el monasterio quedó dentro del recinto amurallado de la ciudad de Girona. Anteriormente, se ubicaba fuera, a campo abierto, lo que lo hacía muy vulnerable, como se puso de manifiesto en el ataque que padeció Girona en 1285. El ábside y el campanario formaban parte de las nuevas murallas.

A partir de este siglo, el monasterio entró en decadencia. Por estas fechas, siglos XVI-XVII, Girona contaba con unos 6.000 habitantes, de los que 500 eran clérigos. Sant Pere de Galligants era la comunidad religiosa más numerosa, con 12 monjes, del total de 14 comunidades conventuales de la ciudad.

Sant Pere de Galligants fue una pequeña comunidad que contó como mucho de 12 monjes


En 1592, Sant Pere de Galligants rompía todo vínculo con Santa María de la Grassa, y pasaba a unirse con el monasterio de Sant Miquel de Cruïlles (Baix Empordà, Girona) y el de Sant Miquel de Fluvià (Alt Empordà, Girona). Eran momentos de reorganización eclesial. Pero, a pesar de ello, ninguno de los tres cenobios recuperó ya su actividad y esplendor.

Por si fuera poco, Sant Pere ha sufrido varias inundaciones del cercano río Galligants (que le da nombre) en los años 1552, 1763 y 1777. La Guerra dels Segadors (1640) y, posteriormente, la Guerra de la Independencia (comienzos del siglo XIX), que tanto afectó a la ciudad de Girona, lo dejaron prácticamente en ruinas. Los soldados franceses utilizaron Sant Pere como cuartel militar.

Interior del templo

En 1835 la desamortización fue un duro golpe, como para tantas dependencias monásticas de este país. En aquel momento, vivían en Sant Pere únicamente un abad y 4 monjes. Su nuevo uso fue el de Cuartel de la Guardia Civil y todavía quedó afectado de nuevas  inundaciones en 1843 y en 1861. Su iglesia mantuvo sus funciones religiosas hasta la Guerra Civil 1936-1939.

A partir de 1857 se adecuó el monasterio como museo arqueológico de Girona .Para ello se edificó el sobreclaustro y se realizaron algunas obras de restauración. En 1931, con la II República, fue declarado Bien de Interés Cultural. Desde 1992 es la sede en Girona del Museu d'Arqueologia de Catalunya.

Cartel informativo: "Aunque la historiografía del barroco atribuye su fundación a Carlomagno,  el monasterio fue fundado seguramente en el siglo X y se mantuvo hasta la exclaustración de 1835 y las leyes desamortizadoras de Mendizábal de 1836. Con la desamortización, la iglesia como parroquia sufragánea de Sant Feliu se mantuvo como propiedad eclesiástica".