Románico de La Cerdanya (Girona y Lleida)



La Cerdanya, el catarismo y las luchas entre los señores feudales


A finales del siglo XII y principios del XIII se produjo la invasión de las tropas cátaras dirigidas por  Ramon Roger I de Foix y por el vizconde Arnau de Castellbò, que trajo la destrucción de muchos de los templos ceretanos.

El catarismo es un movimiento religioso que alcanzó gran difusión en el sur de la actual Francia en los siglos XI y XII, uno de los muchos movimientos medievales que nacieron como respuesta a la corrupción y la opresión de la Iglesia católica. 

Cruz cátara, de 12 puntas. El catariosmo nace como respuesta a la corrupción y la opresión de la Iglesia católica. 


El catarismo era de carácter gnóstico y maniqueo. Su dualismo les llevaba a afirmar que el mundo es una creación de Dios y del Diablo. Este último era el responsable de la existencia del mundo material, las guerras y la Iglesia católica. Propugnaban la igualdad social, una vida modesta y sin lujos y eran vegetarianos (aunque podían comer peces, pues consideraban que los peces no son animales sino "frutos" del mar). La actividad sexual no era un pecado, como mantenía la Iglesia Católica, siempre que no estuviera destinada a la procreación, que estaba mal vista pues suponía reproducir el mundo material. Toleraban la homosexualidad, pues era una práctica que no produciría nuevos seres. Por todo ello, la Iglesia Católica les acusó de practicar orgías y relaciones sexuales aberrantes. Fueron salvajemente exterminados en el siglo XIII en una Cruzada capitaneada por el Papa y el reino de Francia.

Los cátaros fueron salvajemente exterminados en el siglo XIII en una Cruzada capitaneada por el Papa y el reino de Francia.


Por otra parte, el catarismo sirvió de excusa para justificar las luchas entre los señores feudales de la zona. Para algunos nobles feudales, proteger el catarismo era una forma de afirmar su poder frente a otros señores feudales que enarbolaban la bandera del catolicismo. Es el caso de los cátaros Arnau de Castellbó y de los condes de Foix, aunque hubo miembros de la nobleza que, a título individual, profesaban esta fe de forma sincera y honesta.

El vizconde Arnau de Castellbó se enfrentó al conde Ermengol VIII d’Urgell y al obispo de la Seu d’Urgell. Arnau favoreció las pretensiones de los andorranos frente al obispado de Urgell, que les sometía a fuertes impuestos y liquidaba sus derechos. También, desde finales del siglo XII, protegía a los cátaros que venían del sur de la actual Francia, dándoles cobijo en Castellbó.

Ermengol VIII, conde de la Cerdanya, recelaba de Arnau de Castellbó por que había construido varios castillos, expresión de sus ansias expansionistas. El conflicto con el obispado de Urgell fue por los dominios de la casa de Caboet. Arnau pretendía convertir su vizcondado en el eje económico, comercial y político de las tierras del norte de la actual Catalunya, desplazando a la Seu d’Urgell.

Recreación histórica en Castellbó. El catarismo sirvió de excusa para justificar las luchas entre los señores feudales de la zona.


Arnau casó a su hija Ermessenda con otro defensor del catarismo: el conde de Foix Roger Bernat II, a lo que se opusieron tanto el obispo de Urgell como Ermengol VIII. Décadas después de la muerte de Arnau y de Ermessenda, sus cuerpos fueron sacados de sus tumbas y quemados en la hoguera, aunque Arnau se había sometido a la autoridad católica en 1217.

Los condes de Foix dominaban gran parte del Languedoc, en la actual Francia. Posiblemente fueron los mayores defensores del catarismo en tierras occitanas. Ramon Roger I de Foix (1152-1223) entró en conflicto con el obispado de Urgell por el dominio de los valles de Andorra. La boda de Roger Bernat con Ermessenda permitió a los de Foix la anexión por un tiempo del vizcondado de la Cerdanya.

Recientemente se ha constituido el "Camino de los Buenos Hombres" (Camí dels Bons Homes), que parte del Santuario de Queralt (Berga) y llega hasta el castillo de Montsegur, pasando por la comarca de la Cerdanya y por lugares donde los cátaros dejaron su huella.