Románico de la comarca de Liébana y de Saja-Nansa
Potes, iglesia de Santo Toribio
Un poco de Historia
En el siglo VI, en plena época visigoda, éste fue el lugar elegido por Toribio de Palencia y cinco compañeros para hacer vida monacal siguiendo la regla de San Benito. Parece ser que Toribio quería pasar aquí sus últimos años.
Tras la invasión árabe, el condado de Liébana resistió al empuje musulmán bajo el liderazgo de los Duques de Cantabria, entre los que se cuentan Favila Duque, padre de don Pelayo, y Pedro de Cantabria. Muchos de los soldados de don Pelayo eran lebaniegos. Alfonso I (739-757) repobló estos territorios con gentes venidas de la Meseta y varias comunidades de monjes que se instalaron en diversos puntos, creando monasterio como el de San Martín de Turieno o de Tours, que en el futuro sería conocido como Santo Toribio de Liébana. Alfonso I (693-757), fue rey de Asturias entre el 739 y el 757. Era yerno de don Pelayo. La revuelta de los bereberes propició que las guarniciones árabes al norte del Sistema Central fueran abandonadas (iban a reforzar los ejércitos del sur) y con ellas se fueron también las comunidades musulmanas. Ello permitió a Alfonso I extender sus posesiones y la formación del llamado "desierto del Duero", en el que la zona comprendida entre este río y la cordillera Cantábrica quedaba prácticamente despoblada.
El monasterio. En el siglo VI, en plena época visigoda, éste fue el lugar elegido por Toribio de Palencia y cinco compañeros para hacer vida monacal (foto: senditur) |
Conforme el peligro musulmán se iba alejando, se fueron creando iglesias en los pueblos de los alrededores del monasterio con el fin de repoblar estos territorios. En la zona se llegaron a contabilizar más de 20 cenobios.
En un principio, el monasterio de Santo Toribio fue una posesión real, pero Alfonso VIII lo donó a los condes Don Gómez y Doña Emilia y éstos, a su vez, lo cedieron al monasterio de San Salvador de Oña (Burgos).
En santo Toribio es donde se escribió el “Comentario al Apocalipsis”, en el año 776, que fue el origen de los “Beatos de Liébana”, copias y versiones de los “Comentarios” que recorrieron Europa entre los siglos IX y XIII.
El “Comentario al Apocalipsis”, en el año 776, fue el origen de los “Beatos de Liébana”. Beato de Valladolid. siglo X |
En el siglo IX las gentes de Astorga trajeron a Santo Toribio el “lignum crucis” (resto de la madera en la que fue crucificado Jesucristo), para evitar que los musulmanes se apoderaran de ella. En la actualidad, es el mayor trozo de la cruz que existe y como ha ha sido reconocido por la Iglesia. Esta reliquia había sido traída de Jerusalén por el primer obispo de Astorga (siglo VIII), cuyos restos fueron trasladados al monasterio de Santo Toribio.
Los siglos IX y X fueron la época de mayor esplendor. Muchos frailes del entorno dejaron sus comunidades y fueron a vivir en Santo Toribio, que recibió posesiones y bienes que aumentaron su riqueza. El primer documento que habla de monasterio es del año 828, que habla de unas donaciones que se hacen al cenobio.
En un documento del 1090 se nombra por primera vez este monasterio como de Santo Toribio, en honor al ermitaño que llegó a este lugar en el siglo VI. El cuerpo del santo descansaba en el monasterio, y por ello era normal que las gentes estuvieran habituadas a denominarlo con este nombre.
En 1256 se construyó la iglesia, financiada por los fieles a cambio de indulgencias concedidas por el obispo de Palencia. Las obras se prolongaron hasta el siglo XV. Este es el monasterio tal como ha llegado a nuestros días.
Con la desamortización de 1834, la comunidad de benedictinos abandonó el lugar. En 1961 volvió la vida monástica con una comunidad de franciscanos. Se dice que san Francisco de Asís visitó el monasterio cuando hizo el Camino de Santiago en el siglo XIII.
Fiestas y tradiciones
La fiesta de la Santuca se celebra el 2 de mayo. Se conoce esta celebración desde el siglo XV, pero puede ser muy anterior. Por las fechas, vemos que coincide con "los mayos" y las fiestas de primavera de las sociedades prerromanas. En procesión, una talla de la Virgen es llevada desde Aniezo hasta Santo Toribio. Aquí permanece unas horas y luego vuelve a su lugar de origen.
Otra costumbre de la que se desconoce su origen es la de “la vez”. Se trata de que dos hombres de cada pueblo van a venerar la imagen de la Virgen un día a la semana, de forma rotatoria, según “la vez”. Hasta hace algún tiempo, el ritual comenzaban saliendo de casa en ayunas y haciendo el recorrido hasta el monasterio durante la noche.
Leyendas de la fundación del monasterio
Una de las leyendas habla de que los habitantes del lugar no estaban muy de acuerdo en ayudar a Toribio a levantar un monasterio. Toribio, muy triste, se refugió en el bosque. Allí se topó con la pelea de un oso y un buey. Les habló para que cesasen su lucha y las fieras le hicieron caso. No sólo eso, sino que el oso y el buey ayudaron al santo a traer las piedras con que levantar el nuevo templo. En los capiteles del ábside mayor están representados estos dos animales, así como en otros puntos del coro.
María Belén Santos ha encontrado historias similares a ésta del oso y el buey en varios lugares de Europa. Esta leyenda tendría su origen en narraciones de tradición celta. En la versión cristiana, el oso simbolizaría el paganismo al que hay combatir ("domesticar") y el buey el catolicismo.
La leyenda fundacional reúne a santo Toribio, un oso y un buey. El oso es el paganismo , al que hay que combatir ("domesticar") y el buey representa al cristianismo. |
Otra leyenda añade que Toribio, en el monte de la Viorna, tiró su bastón al aire. Donde cayera sería el lugar idóneo para levantar el monasterio. Un ángel le había aconsejado a Toribio que éste era el ritual fundacional adecuado.
Las peregrinaciones
Las reliquias del “lignum crucis” y la tumba de santo Toribio hicieron del monasterio un punto de peregrinación muy importante. De hecho, se convirtió en uno de los templos cristianos de más renombre de Europa, al lado de Roma o Santiago de Compostela. En 1512, el papa Julio II concedió a Santo Toribio el privilegio de Año Santo el 16 de abril – festividad del santo – cada vez que coincidiera en domingo. Se construyó la Puerta del Perdón a tal fin. En 1967 Pablo VI amplió a un año el periodo para ganar el jubileo. En el ámbito católico, el año jubilar sólo se celebra en Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela, Caravaca de la Cruz, Urda (Toledo), Valencia y Santo Toribio de Liébana.
Las reliquias del “lignum crucis” y la tumba de santo Toribio hicieron del monasterio un punto de peregrinación muy importante (foto: itm.com.es) |
En el siglo XIV ya existía un hospital de San Lázaro para atender a los peregrinos y a los enfermos que venían a curarse gracias al contacto con las reliquias sagradas.
El día del jubileo el obispo abre la Puerta del Perdón y así los peregrinos alcanzan la indulgencia y sus pecados son perdonados. Es condición imprescindible confesarse y comulgar 15 días antes o después de haber pasado por la puerta.