El románico y el mudéjar de Daroca


Los Sagrados Corporales


LA LEYENDA DEL MILAGRO DE LOS CORPORALES. El milagro de los Corporales tuvo lugar en 1239. A partir de entonces, Daroca se convirtió en un centro de peregrinación. Se cuenta que en ese año, estando las tropas cristianas en misa previa a entrar en combate en las proximidades del pueblo valenciano de Luxent, se produjo un ataque musulmán por sorpresa que obligó a suspender la ceremonia. El año anterior se había producido la conquista de Valencia por Jaime I y aún tenían lugar escaramuzas y diversos enfrentamientos entre cristianos y musulmanes, pues la conquista de estos territorios aún no estaban consolidada. 

Retablo de los Corporales. El milagro tuvo lugar en tierras de Valencia en 1239
(foto: Wikipedia)


El momento en que se produjo el ataque fue justo después de la consagración y las Sagradas Formas fueron guardadas en el paño corporal.  Tras el enfrentamiento, cuando el sacerdote quiso recuperar las Sagradas Formas, éstas habían quedado pegadas al paño, que había quedado ensangrentado. A continuación, las tropas cristianas, ante tal milagro, y con el cura al frente, derrotaron totalmente a sus atacantes.

Cuatro nobles cristianos querían llevarse estas reliquias a sus respectivos territorios. Para dar salida a la discusión, apelaron al Juicio de Dios y acordaron que las Sagradas Formas serían cargadas en una burra sarracena que nunca había pisado tierra cristiana y que sería la que decidiera el lugar a donde las reliquias habrían de ser custodiadas. La burra se dirigió a Daroca, donde quedaron guardadas desde entonces. Durante todo el camino, que tardó 12 días en recorrer, el animal ni bebió agua ni probó bocado ni descansó ni un segundo; una vez en Daroca, cayó muerta agotada. Una placa rememora el lugar con el texto “Aquí cayó muerta la burra”. Durante el trayecto se produjeron varios milagros más: cánticos de ángeles, posesos que se liberaban de sus demonios, conversiones de musulmanes...

El retablo de los Corporales cuenta cómo la Sagrada forma pegada al paño y ensangrentada animó a los cristianos a derrotar a los moros (foto: xiloca.org).


LA CUSTODIA-RELICARIO. Pedro IV el Ceremonioso encargó una custodia-relicario al orfebre catalán afincado en Zaragoza Pere Moragues. La pieza quedó terminada en 1386 y su autor cobró por ella 8,900 sueldos. Presenta varias escenas: la Virgen y el Niño adorados por los monarcas, el Calvario, los evangelistas…

Pedro IV el Ceremonioso encargó una custodia-relicario al orfebre catalán afincado en Zaragoza Pere Moragues (foto: ucm.es).


LOS CORPORALES DAN LUGAR A LA AMPLIACIÓN DE LA IGLESIA. La iglesia guarda las reliquias de los Sagrados Corporales en una capilla que ocupa el espacio del antiguo ábside románico. Las modificaciones del siglo XVI se deben al aluvión de peregrinos que llegaban para venerar esta reliquias, depositadas en la capilla del mismo nombre, donde también podemos contemplar un retablo del siglo XV. Es una de las mejores muestras de la escultura gótica de Aragón.

El cabildo aprovechó una visita de Felipe II en 1585 para exponerle la necesidad de reformar la iglesia. El monarca respondió con un lacónico “no está mal esta antigüedad”, pero un año después el cabildo acordaba, con el apoyo del consistorio, las obras de reforma del templo. El contrato de obras se firmó con Juan Marrón, que residía en Deza, en 1586. 

La reliquia de los Corporales (foto: ucm.es)


Detrás del retablo de los Corporales tenemos las pinturas de 1372 de Enrique de Bruselas, que tienen un acceso difícil dada la estrechez del acceso.

Era tal la afluencia de peregrinos que se instituyó la feria del Corpus con una duración de un mes, lo que reforzó el carácter comercial de Daroca.

Una magnífica reconstrucción informática de la Capilla de los Corporales la encontraremos en 

https://www.aragonvirtual.es/daroca-capilla-de-los-corporales/

UN MILAGRO PARA COMBATIR EL CATARISMO. Los Corporales de Daroca se ubican dentro de una serie de milagros similares que se produjeron por estas fechas en toda Europa. La presencia de Cristo en la forma consagrada o transubstanciación era negada por los cátaros, que tenían una fuerte presencia en el actual sur de Francia. Uno de los motivos de convocar el IV Conciliio de Letrán (1215) fue precisamente, en el combate ideológico que mantenía con el catarismo, reafirmar que la hostia se transformaba en el cuerpo de Cristo y el vino en su sangre. Para ilustrar esta tesis, "casualmente" se produjeron una serie de "milagros" en varios lugares de Europa, entre ellos el que nos ocupa de Daroca.

Detalle del retablo
(foto: identidadaragonesa.wordpress.com)

El catarismo fue uno de los muchos movimientos medievales que nacieron como respuesta a la corrupción y la opresión de la Iglesia católica.  De carácter gnóstico y maniqueo, su dualismo les llevaba a afirmar que el mundo es una creación de Dios y del Diablo. Este último era el responsable de la existencia del mundo material, las guerras y la Iglesia católica. Propugnaban la igualdad social, una vida modesta y sin lujos y eran vegetarianos (aunque podían comer peces, pues los peces no son animales sino "frutos" del mar). La actividad sexual no era un pecado, como mantenía la Iglesia Católica, siempre que no estuviera destinada a la procreación, que estaba mal vista pues suponía reproducir el mundo material. Por todo ello, la Iglesia Católica les acusó de practicar orgías y relaciones sexuales aberrantes. Fueron salvajemente exterminados en el siglo XIII en una Cruzada capitaneada por el Papa y el reino de Francia.

Retablo de los Corporales. Escena de la lactancia de la Virgen (foto: identidadaragonesa.wordpress.com)


LA DESCRIPCIÓN DE FRAY LUIS DE GRANADA. Fray Luis de Granada, en “Introducción del Symbolo de la Fe”, nos explica el milagro: 

“…del qual milagro esta escrito vn libro dirigido al inuictissimo Emperador Don Carlos Quinto deste nombre, y a la gloriosa Emperatriz su muger, los quales fueron a visitar y adorar al señor que en aquellos corporales esta… En el reyno de Valencia, en el año del señor de mil y duzientos y treinta y nueue, vino vna gran muchedumbre de Moros sobre vn pequeño exercito, de solo mil Christianos que estauan recogidos en un castillo. Viendo pues ellos que siendo tan pocos y estando muy lexos de Valencia para auer de ser socorridos, era impoxible dexar de ser vencidos de tan grande exercito, sino fuesse por muy especial milagro y fauor de Dios. Procuraron de lo alcançar seys Capitanes principales que en aquel exercito auia, confessandose, y recibiêdo el sanctissimo Sacramento: porque siendo pocos los sacerdotes que allí auia, y estando cerca los enemigos, no auia lugar para q todos hiziessen lo mismo.

“Estando pues estos confessados, y oyendo missa, y consagradas ya seys formas para comulgar en ella, dieron les rebate, q^ los Moros estauan ya sobre ellos. Por lo qual les fue forçado dexar la comunión, y acudir a las armas. Entonces el sacerdote que dezia la missa, emboluio las seys formas en los corporales y a gran priesa los escondió de baxo de vna piedra. Mas nuestro señor mirando el aparejo y la buena voluntad que estos fieles Capitanes tuuieron de recibirle, y teniendo respecto a la confiâça que en el pusieron, y al socorro que le pidieron, de tal manera esforço a ellos, y a los demás por ellos, que desbaratarô en breue espacio los Moros, y hizieron gran matança en ellos, y los de mas huyeron. Entonces ellos boluiendo victoriosos, y agradescidos por el beneficio recebido, quisieron acabar lo començado que era recibir el sancto Sacramento. Acudió entonces el sacerdote a traer los corporales que auia escondido. Y descogiendolos en el altar, hallo las formas teñidas en parte de sangre, y pegadas en los corporales como agora se veen. Y declarado el misterio, y descubiertos los corporales, fue grande la admiración, y deuocion, y las lagrimas que alli se derramaron, dando gloria y gracias a Dios por esta marauilla. En este tiempo los Moros boluierô a rehazerse, y apellidar toda la comarca y vinieron segunda vez a dar sobre los Christianos. Mas ellos esforçados con el beneficio recebido, mandaron al sacerdote que se pussiesse en vn lugar alto, tendido los corporales a vista del exercito, para animarlo. Y esto hecho, dieron sobre los enemigos con tan grande ímpetu, y hizieron tan grâde riça en ellos, que toda aquella tierra estaua cubierta de sangre, y de cuerpos muertos. Auida esta victoria y acabada con ella la guerra, començaron a altercar sobre donde se pôdria aquella preciosissima reliquia: porque cada vno quisiera honrar su tierra con ella…

“… buscasen una mula mansa, que no vuiesse caminado por tierra de Christianos, y puestos los corporales en vn cofre muy bien atado, la dexassen yr por do ella quisiesse, y el lugar, donde parasse, fuesse diputado para aquel precioso deposito. La mulilla yua delante, y de tras los sacerdotes con sus cirios encendidos, y tras ellos la gente de guerra con sus capitanes, y andando po este camino salian de las villas la clerezia, y la gente alabando a Dios, y ponían delante de la mulilla ceuada, y alfalfa, y otras cosas, para que ceuandosse allí, y parando en aquel lugar, gozasen de aquestas preciossas reliquias. Mas nunca la mula por esto se paro en alguno destos lugares, hasta que llego a Daroca, y entro por las puertas de vn hospital que estaua fuera de la ciudad, y allí acaescio otra marauilla porque assi como la mula entro en la Iglesia, hincadas las rodillas espiro: porque no quiso nuestro señor; ni era razón, que bestia que en tal ministerio auia servido, siriviesse en otro vso de la vida humana. Pues desta manera quedaron los corporales en Daroca, y ay acudieron Reyes, Principes y grandes señores..”.